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Textos y poemas Grito de Mujer 2022 Mendoza Argentina

 


 

Representación
Martina Taricco, Marcela Guttilla


 

 

Palabras de Madre Tierra


Convoco a todos los seres portadores de vida, peregrinos de amor, testigos de los tiempos. Hoy, la amada semilla verá la luz, brillará en la cúspide de la montaña. Allí está su brote, permaneció mucho tiempo en la oscuridad, pero todo valió la pena.
Desde el génesis de su historia, he susurrado a su oído el llamado a la vida:

"Allí estás, hija mía...
¡Despierta semilla!
Eres un alma dormida, pero la luz sacude tu esencia,
¡crece, no te detengas!
Te observo, yaces debajo de la gran montaña, es hora de atravesar cada una de sus capas, ¡asciende!
Observo tu recorrido, acompaño tus pasos. Todos los seres creen en ti, te nutren, te iluminan, te impulsan desde el fondo hasta la cima. Tu debilidad es aparente y pasajera, te he dado designio de grandeza. Diluye los velos de la trama que no te deja crecer. Persiste, sigue creciendo, ¡no te detengas! aún no te he dado el último suspiro, te entregué la fuerza del fuego bendito.

¡Yo creo en ti!

Tú eres el brote de vida que atraviesa la montaña, que asciende contra viento y marea para ver la luz, pero también eres la montaña, grande fuerte y majestuosa, ¡descúbrete!
Ahora, escúchame bien, presta atención con todos los sentidos que te fueron dados...

Este es mi mandato:
Ama la verdad
Honra sus raíces
Siembra la esperanza
Eleva tu vuelo de ave fénix
Florece en amor y compasión
Valora la leyenda de los tiempos
Renace en la luz de tu consciencia
¡Recupera la conexión con tus Ancestras!

Ha llegado la hora, hija
¡Despierta!
Yo soy quien te cuida
Yo soy tu Origen
Yo soy tu Madre
¡Yo Soy La Madre Tierra!”

 

 

Marcela Guttilla







Ritual de sanación del Linaje Femenino
María Eugenia Cuello, Carmen Defelippe, Rosana Champane, Marcela Guttilla

 

 

*Hoy grabo en mi piel todas las memorias familiares de mis ancestras.
*Integro mi constelación familiar, sin excluir a mi madre, a mi abuela, a mi bisabuela.
*Mi útero fue creado en el útero de mi madre, el de mi madre en el de mi abuela y el de mi abuela en el de mi bisabuela.
*En ellos se imprimieron todas mis memorias emocionales y mi femineidad en base a los pilares de las mujeres de mi linaje.
*Arrastré el peso de todos los abusos que sufrieron las mujeres de mi casa.
*Tenía en mí la imagen de la mujer pecadora que las creencias habían grabado en mis ancestras,
la imagen de la mujer recluida en un rincón de su hogar,
la imagen de una mujer invisible y castrada a quien le habían quitado el derecho de ser mujer.
*En mi memoria había rabia, frustración e impotencia de generaciones de mujeres que aún no incorporaba en mí.
*Mis ancestras fueron niñas, fueron mujeres, fueron hijas y fueron madres al igual que hoy lo soy yo y en mí está la responsabilidad de liberar a todas las mujeres de mi casa.
*Todas esas mujeres han tenido sus sueños cumplidos y sus sueños frustrados, tuvieron inquietudes y deseos de brillar.
*Hoy tomo conciencia que más allá del lazo familiar, estoy unida a esas mujeres por un lazo universal.
*Puedo ver a mi madre como esa mujer que me amamantó y me cobijó con un amor incondicional.
*Puedo ver en mi madre esa diosa que siempre estuvo pero que nunca reconocí.
*Aceptando a mi madre me acepto a mí misma y a todas las mujeres con las que me une el útero de la vida.
*Sólo cuando pude llegar a la fuente de mi origen pude entender los misterios ocultos en ella, muchos no eran míos, pero vivían en mí.
*Poco a poco fui llegando a ellas, a las mujeres de mi pasado que gritaban a través de los latidos de mi útero. Las fui acogiendo una a una, dándoles las gracias y honrándolas por haberme dado la vida. Sin ellas nunca hubiera existido.
Respiré hondo mientras me decía:
“Reconozco el linaje de mi sangre. Soy mi madre, soy mi abuela, soy mi bisabuela y todas las mujeres valientes que me precedieron. A todas ustedes mujeres de mi vida las invoco desde el Amor buscando la sabiduría que pervive en mí a través de ustedes. Todas viven en mi sangre. Las nombro y las honro para liberarlas a todas y cada una y para liberarme a mí a través de ustedes.”
*De todas y cada una tomo sus sonrisas y sus lágrimas, su luz y su sombra.
*Voy caminando hacia las profundidades de sus úteros para ir al origen de su angustia y dolor que es también mi dolor, para así ponerle fin.
*Así, finalmente puedo comprender que solo cuando honro aquello de lo que formo parte, cuando me reconcilio con el pecho que me dio de comer y el útero que me engendró, solo entonces puedo sanar esa niña que no sabía si amar u odiar.
*Solo aceptando aquello de lo que huyo, puedo liberarme de ello para acogerlo desde un lugar más bello.
*¡Honro mi sangre, honro mi linaje,
honro el hilo ancestral que tejió la trama de mi Origen, para llegar hasta aquí!


Autor Anónimo




 

Presentaciones

Aldana Postizzi – Actriz, Performance, representación de Poesías de Carmen Leiva
Carmen Leiva – Poeta, Poesías:






RAÍCES
Carmen Leiva

 
 

Escalaron el mundo
Nos dejaron señales
Empuñaron sus armas
De austeras verdades.

Buscaron dentro de su alma
y entregaron estrellas,
elevaron sus ojos y
alabaron al alba.

Mujeres ancestrales
Nos dejaron su sangre
Sin distinción de género
Atraviesan umbrales

Ellas con su estirpe
De vientos y humedales
Se presentaron al sol
Abrieron sus pechos al cielo.

Existieron y nos dejaron
Legados marcados a fuego
que nos hacen ser lo que somos
Y a caminar codo a codo.

Nos dejaron apellidos
Enmarcados en un cuadro
De guerreras se trataron
De mujeres libres de pensamientos.

Nacemos con ese ancestro
Fluimos en mares lentos
De aguas claras, cristalinas
En un vientre cobijadas

Absorbiendo ese origen
Ancestral.
¡Gracias por tanto!

Por darnos esta estirpe
De soñadoras y guerreras

¡¡¡¡¡En el tiempo!!!!!




 

ORIGEN
Carmen Leiva


 

Nuestro origen latente se filtra entre los genes.
Se entrelazan las cadenas entre sí,
me siento ya calentita en este vientre,
de una mujer también ancestral, mi madre.
Ella no paso a la historia, por mártir ni por armas tomar.
Su gran defensa era la palabra
y el infinito amor para dar.
Me envolvió la vida
Me acunó el sol,
salí a caminar descalza
y el viento me acarició.
Se filtro en mis venas
la sangre de un chaperón.
Mis ancestros escucharon,
en los montes, el silbido del aire contra los cerros,
de la lluvia sobre las piedras.
Sus manos olieron a menta, incienso y coyuyo.
Eran libres en sus tierras,
dueños de cada paso sobre ella.
No sabían de rencores,
Miraban al horizonte,
desplegados de colores.
Mi origen se sumo a mi vida,
con palabras y sonidos.
Mi cuerpo salió al encuentro de frente,
sin miramientos.
Por ser libres tuve que gritar,
ser llanto, ser tiempo,
cubrirme la cara del miedo.
Perseguí cada mañana
salí al encuentro del alba
Me acunaron las canciones que ellos mismos cantaban.
A veces sentí la furia de tormentosas mareas,
seguí en pie, pensando siempre en ellas,
las mujeres que desde su origen nos dejaron huellas,
de valor y de espíritu indomable.
De allí vengo andando por esas venas
explotando ríos de amor y furia
de galopes y senderos,
de sudor y llanto.
De ese estirpe soñando
De ancestrales costumbres
del interior del alma
trasmutando en amores.








TRIBUTO
Lidia Funes Bustelo


 

Comienzo, irrupción, surgimiento.
Eres inicio. Tu esencia permanece entre los nuestros.


Mujer ancestral, sanadora del despojo y de la pérdida.
Principio del amor a manos llenas.
Manantial de luz y resiliencia.
Es tu naturaleza guerrera la que imprime valor a tu existencia.

Tienes alma de chamana. Sabes de dolores, de aliviar el espíritu y el cuerpo.
Cómo raíz perenne te aferras a la tierra y abonas el suelo que pisa tu descendencia.
Te vuelves árbol para quedarte y seguir cobijando a los que amas.
Soplo vital.
Entre ríos, valles, quebradas, montañas, anudas y sustentas el tejido humano que se fortalece con el paso del tiempo.
Tu grito retumba hacia los cuatro vientos.
El mandato de libertad y dignidad ya no es secreto.


Lidia Funes Bustelo, argentina, poeta. Autora de dos libros y coautora en antologías provinciales, nacionales e internacionales. Ganadora 1er premio poesía ( soneto) grupo Ger 2018 , 3er premio ( soneto clásico ) Bialet Massé (Córdoba) 2014), finalista en concurso poesía ( soneto) editorial Gerust, Madrid 2016. Integrante del directorio  mundial de poetas, que escriben rima JB en español. Incursión en la música: letra de dos zambas y una milonga campera.



 

 

 

 

EL CARRASCAL
Carmen Defelippe


 

Esta linda mujer, alta, delgada, de nariz afilada, descendiente de la nobleza y huérfana; ha sido ignorada como una de las mujeres de hoy, por su constante lucha y fortaleza.
De otra manera y por lo que sabemos por sus hijos, fue una gran jefa de hogar anónima, trabajadora autónoma y no muy reconocida en los libros de historia.
En palabras de su hijo: “En aquellos tiempos una mujer industriosa y lo eran todas, aun aquellas criadas en la opulencia podían contar con ellas mismas para subvenir sus necesidades”.
Ella aun siendo soltera con 23 años, levantó con ayuda de 2 criados su casa en el barrio EL CARRASCAL.
Se casó con un hombre que no tenía trabajo fijo, vivía de changas, arriero, peón, soldado. De hecho, la carga familiar cayó sobre ella, lo cual no fue un impedimento.
Parió 15 hijos de los cuales vivieron cinco. Supo sortear la pobreza y la complejidad de la vida con entereza, con grandes principios religiosos que le heredó a sus hijos y trató de formarlos en personas de bien.
Sus hijos se llamaron y fueron: Procesa (artista), Bienvenida (directora de varias escuelas), Paula y Rosario (obreras en el bordado y el tejido), Domingo Faustino (maestro).
Fue artesana, lavandera, tejedora, tintorera, bordadora. Sus hijas al igual que su madre, practicaron las mismas artesanías y siguieron su ejemplo en la labor y la educación.
Estoy hablando de PAULA ZOILA ALBARRACIN DE SARMIENTO, nacida en el año 1774 y que falleciera en el año 1861. Seguir su ejemplo es el mejor homenaje que le podemos hacer.
Palabras de su hijo: “La madre es para el hombre, la personificación de la Providencia, es la tierra vigente a la que se adhiere el corazón, como las raíces al suelo”. Domingo Faustino Sarmiento.


 

Fuentes consultadas:


•    Añon Suares, Delia
•    Sarmiento Domingo F
•    Herrera Bustos A (1962)
•    Días Franco: Caja número 1, Caja número 9. Tomos número 1 y 9 documentos número 9 y 9bis, Documento número 49. Departamento General de Escuelas.  Archivo General de la Provincia.
•    Bucich A J (1938)
•    Aubone G : Departamento Biblioteca y Hemeroteca. Archivo General de la Provincia de San Juan.   




 

 

 

MIL OCHOCIENTOS OCHENTA Y SEIS
Carmen Defelippe


 

 

A los quince años partió de su San Martín natal, Mendoza, enamorada de un marino mercante que decidió probar suerte en tierra firme.
Con él recorrió varias provincias, así la joven aprendió a cocinar como le enseñó su madre y al igual como lo hacía su abuela. En todos los lugares que fue trabajó a la par de su esposo; cocinaba para los patrones, para los peones, para algunos invitados. Su vida era dura, pero el amor hacía fácil la tarea.
Un día el joven marinero se rindió, viajaron a Buenos Aires, allí lo contrató un barco pesquero que viajaba al país de Chile.
Con un bebé en su vientre la muchacha cruzó el Estrecho de Magallanes, conoció y vio paisajes que guardó para siempre en sus retinas.
En Valparaíso nació su hija y en la Caleta San Pedro encontró trabajo el marinero.
Desde el Cerro Barón, salía la joven con su niña en brazos a trabajar de cocinera en las casas adineradas, vendía pescado en el mercado, lavaba y planchaba ropa. Fueron años difíciles.
El marinero después de nueve años intentó trabajar en una mina de cobre, su esposa lo siguió y en ese lugar cocinaba para los mineros.
Un marinero nunca se olvida del mar y cuando consiguió empleo en un barco pesquero en El Callao Perú, su esposa recordó las montañas de su tierra, era el momento de un adiós. Él volvió al mar y ella con su hija a la Argentina.
Era un comienzo, estaba sola con su pequeñita y sus brazos jóvenes para trabajar. Su vida fue austera como siempre lo había sido.
La pieza de un conventillo fue su hogar por muchos años. De cocinera, de sirvienta,
lavandera y planchadora, nunca le faltó trabajo. Más de una vez no comió para que no le faltara la comida a su hija.
La niña se hizo joven y consiguió trabajo de secretaria, y de la humilde pieza del conventillo pasaron a la pensión de doña Elena. Con el tiempo la muchacha conoció el amor y se casó.
Pero aquella quinceañera que una vez siguió a un loco marinero nunca dejó de trabajar.
Esa fue su vida y de ella nuestro legado. Narcisa Carrizo, mujer del Departamento de San Martín, Mendoza, falleció en el año 1982 a la edad de 97 años rodeada del amor de su hija, nietos y bisnietos.
“La Narci”, la abuela chiquita, como le solían decir, fue mi abuela materna. Mujer de fe y esperanza, mujer hecha de amor.
Valiente como pocas, segura de salir adelante, firme en sus convicciones. De ella aprendí a seguir siempre con la esperanza que cada amanecer es mejor que el anterior.



             En memoria de NARCISA CARRIZO
             1886_1983  Descansa en los brazos de DIOS

                                                                                            










A ELLAS
María Eugenia Cuello



¡Adelante! Pasen y tomen asiento...
Vos sentate adelante, no, no vos sentate en el medio... ¡tranquilas! Que hay lugar para todas... y mientras siguen llegando les voy pidiendo silencio
Para poder escucharlas y compartir un momento.
¡Buenas tardes! ¡Algunas me conocen y las que no, me presento!
Mi nombre es Eugenia, tengo 44 años... Y por primera vez puedo mirarlas a los ojos y decir...
No soy la misma, y sin embargo el tiempo no puede frenar estas ganas de ser y ser... ¡Las busqué tantas veces! En los ojos de ellas, en la templanza de otras, en la huella del tiempo, y no podía hallarlas, se me fueron perdiendo.
Pero yo seguí buscando, ¡inclusive en silencio! Cuando nadie las nombraba y me gritaban adentro.
De niña las dibujaba, y me acunaba en sus brazos, las buscaba en la luna, y en los castillos de barro, en las sombras de la noche, en los cuentos que narraron, en los besos en la frente y las muñecas de trapo.
¡Y luego las encontré! alguna madrugada, entre charlas con mis pares, y en la mujer que luchaba. ¡En lucha me convertí, para poder liberarlas!
La vida me fue llevando por sus distintos caminos... y al lado de un árbol fuerte, pude abrazar a mi niño, entonces, las vi llegar en el consejo materno, en el desvelo nocturno, en las manos del pequeño ¡que se parece tanto a ustedes! que siento que no están lejos...
En las manos de mi madre, en su fuerza inquebrantable, en el parirme a mí misma con dolores ancestrales.
En el sanar a mi útero, donde sanaba el linaje de tantas que habían sido putas, sumisas, culpables....
Por el hecho de ser hembras el derecho fue negado, entonces me empoderé por sus derechos pisados.
Pero también entendí, al mirarme en el espejo, que el tiempo es un viaje corto, pero en su andar es muy lento…
Hoy las traigo hasta aquí, para poder observarlas, mujeres antepasadas, mujeres por mí habitadas. Por ustedes soy guerrera, y soy mujer liberada de amarres, mandatos viejos y concepciones tiranas.
En sus úteros habité, en sus genes me formaron, y a cada una las debo la intuición de lo heredado... es por eso por lo que están aquí y que en mí puedo nombrarlas, las honro y las libero de cadenas oxidadas...
Y que puedan trascender y jamás ser olvidadas.











HILAR MEMORIAS
María Rosana Champane



 

Soy nieta única, me eduqué para que palabras tras palabras supiera hilar la memoria, descubriera que quien teje los hilos ancentrales, teje memoria, da puntada de vida. Que ser mujer es dar verdades, para esa generación de mujeres que no le importa nada, que con sus saberes le devolviera esperanza, fuerza, el vivir día a día. Desde niña nos preparaban para enseñar a todas las mujeres de la comunidad así la historia reclama sus vivencias, el olor a la comida tradicional, el alma de las montañas. Todas las abuelas guardan secretos milenarios, porque con ellos hilan memoria, puntadas de existencia, nuestra prosperidad. Como nieta con mi abuela nos instalábamos en las montañas más allá de los glaciares en el Aconcagua. Para que aprendiera el sonido de las aves, lo estático y energético de la roca, cómo viven y se comunican las hembras con sus cachorros y los más difíciles caminos para hacer cumbre, perder el miedo a morir y la experiencia te de vida. En cada amanecer se juntaban las mujeres cansadas, con mi abuela les dábamos la fuerza que la fe existía y ser flexible es una virtud. Comencé a crecer, en qué momento todo cambió. Bosques perdidos porque sacan sus árboles, para hacer muebles, lo ancestral desaparecía. Las nuevas generaciones de mujeres están sumergidas en lo tecnológico, han olvidado su esencia, la simpleza de ser yo. Me convertí en abuela, la comunidad ya no se sentía unida a los bosques, ríos montañas. A los amaneceres. A sentir sus ciclos de mujeres, vientres despojados. Es cuando desperté que las historias no están siendo contadas, debían aprender a crear sus hilos de memoria de sus vidas, así tejían el más grande cuadro para todas. Mi natalicio ya pasó, pero estoy aquí, ahora, en la tierra que escuchó mi primer llanto, en la llegada del otoño donde las hojas secas caen para volver a renacer en la primavera, mi interior se une a todos estos procesos de volver a empezar. Busco mi existencia, esa que olvidé con la llegada de la tecnología. Cuando sentí que todo se volvió estático. Me até un hilo grueso en mi tobillo, comencé a dejar huellas, ya borradas. Huellas de mujeres que curaron su espíritu para enseñar a otras mujeres cuando se sientan vacías.
Voy hacia ti descalza, impartiendo la marcha, tener en este suelo la conquista y el triunfo de
Crear palabras que se instalen que, den frutos, ir hacia el futuro que se establezca y perdure con el tiempo la flama de nuevos comienzos.



Maria Rosana Champane


Actriz, Cantante, Escritora. Comienzos artísticos coreuta de Cantoterapia con el Maestro Alberto Caparotta . En la actualidad es solista melódica. Aldoza: Quijote. 2019 participó de la obra teatral EUROPA, Dir: Juan Comotti, en el personaje de Diosa Hera. La farsa de los ausentes, personaje negrita mazamorrera. Dir: Juan Comotti. Revolutum, Ivan Tula, Dir: Juan Comotti 2022.








A TODAS LAS ANCESTRAS DEL UNIVERSO
Valentina Fiordelisi


 

A las que estuvieron y ya no están, y a las que están aún en este mundo,
El hogar es dónde tus madres, abuelas, hermanas nutren el cuerpo físico y el alma, todo lugar que habitamos y que nos habita es nuestro hogar, como los ñoquis caseros de cada domingo de mi infancia en la casa de mi abuela Catalina, o las meriendas al llegar a la casa de mi abuela Mecha, con un aroma a pastaflora a punto de salir del horno, esos gestos de amor que nutren el alma.
Este cuadro fue pintado como forma de agradecimiento a mis abuelas por traer vida a este mundo, y a pesar de mucho sufrimiento, han luchado por mantener la alegría y las ganas de vivir. Una abuela ya no está en este plano físico, pero estoy segura que observa esta obra de arte desde el momento que la pinte allá por el año 2014.
A partir de una sesión de lectura de runas que me hizo una amiga colombiana, me dijo que había un legado que sanar con mis ancestras, con las mujeres de mi árbol genealógico, había mucho sufrimiento aferrado a esas historias pasadas y para que pudieran seguir adelante esas almas, era necesario liberarlas de tanto calvario que han vivido en sus vidas, es que decidí homenajearlas, de la manera que me salió de lo más profundo de mi ser, y que tiene que ver con una de mis abuelas.
Mecha, tenía su casa llena de cuadros pintados por ella, paisajes realistas de mares, barcos, olas, tempestades, y para mis 7 años visitar su casa era ir a un museo, en donde te trasportaban al mar en plena Ciudad de Mendoza, entre olas y barcos, la conexión con mi abuela siempre fue desde un amor eterno, por eso decidí pintar un cuadro en conmemoración a esa parte femenina de mi abuela que me conectó con el arte visual. Y agradezco a mis dos abuelas por la vida, la crianza, las enseñanzas y el amor que pudieron dar cada una a su manera.

Valentina es una joven artista, que descubrió algunas de las múltiples formas de expresión artística a muy temprana edad. A los 3 años podía pasar tardes enteras tirada en el piso panza abajo, pintando y dibujando sin parar, a los 12 descubrió la escritura como medio para expresar sus emociones, y a partir de los 17 años –entre Buenos Aires y Mendoza- tomó talleres de escritura, dibujo, creatividad, improvisación teatral, encuadernación, ukelele, percusión, dramaturgia y payamédica. Allí comenzó una conexión singular entre la salud mental y el arte, lo que la llevó a estudiar Psicología Social y hoy continúa formándose para ser Licenciada en Acompañamiento Terapéutico.








TRIBUTO
Lidia Funes Bustelo


 

Comienzo, irrupción, surgimiento.
Eres inicio. Tu esencia permanece entre los nuestros.

Mujer ancestral, sanadora del despojo y de la pérdida.
Principio del amor a manos llenas.
Manantial de luz y resiliencia.
Es tu naturaleza guerrera la que imprime valor a tu existencia.
Tienes alma de chamana. Sabes de dolores, de aliviar el espíritu y el cuerpo.
Cómo raíz perenne te aferras a la tierra y abonas el suelo que pisa tu descendencia.
Te vuelves árbol para quedarte y seguir cobijando a los que amas.
Soplo vital.
Entre ríos, valles, quebradas, montañas, anudas y sustentas el tejido humano que se fortalece con el paso del tiempo.
Tu grito retumba hacia los cuatro vientos.
El mandato de libertad y dignidad ya no es secreto.



Lidia Funes Bustelo, argentina, poeta. Autora de dos libros y coautora en antologías provinciales, nacionales e internacionales. Ganadora 1er premio poesía (soneto) grupo Ger 2018, 3er premio (soneto clásico) Bialet Massé (Córdoba) 2014, finalista en concurso poesía (soneto) editorial Gerust, Madrid 2016. Integrante del directorio mundial de poetas, que escriben rima JB en español. Incursión en la música: letra de dos zambas y una milonga campera.

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