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Poemas Grito de Mujer 2013 Ecuador-Loja


UNA MUESTRA DE POEMAS QUE FUERON LEÍDOS EN EL III FESTIVAL GRITO DE MUJER-2013: ECUADOR-LOJA. (LOS QUE HE SELECCIONADO TODOS SON POETAS LOJANOS)









Paulina Jaramillo Valdivieso (Coordinadora)

La carpintera de la callecita de piedras

La tarde regresa con sus cantos de mansedumbre
y usted que sobre tacones camina para mirar más alto
y unta sus manos de crema para trocar la madera
con las mismas manos que ternura al hijo
y vierte la vid del hombre

Usted que entra a duelo con el silencio
mientras serrucha la tabla y el alma
Usted que dio a morder sus pechos dulcemente
con la tersura de las mariposas
Usted que golpea sobre los clavos
la prisa de las penas
que quieren salir ligeras
en una lluvia de llanto

¿Quién responde al tocar su alma?
Si a los rostros que la amaron los ha escrito en el olvido
¿Quién olvidó alguna vez,
ese secreto dulce que le quedó de un beso?
Su sexo señora, con sus ruidos secos
tiene el rostro de usted, la voz de usted,
los muslos de usted, la sed de usted

Entonces pasa besando la soledad de usted
Por su callecita de piedras
Con sus tacones altos y con las herramientas para el pan
Con un encanto particular que se guarda
en los ojos de los transeúntes
con el sudor de su rostro
y una gotas bajándole hacia el pecho
y lleva a la luna entre sus labios,
se suelta el pelo y deja caer en las sábanas
su nombre!!!



Iovana Jaramillo Valdivieso


Intenciones del caminante sin viaje


Sin nada que me quede
vengo a esta tierra de sol y de lluvia
con sólo la idea de llenar la intención vacía
con la esperanza engendrada en el
momento de las rupturas

Para entonces tu mirada cerró sus ojos
la elocuencia de las proximidades yace muda
la lógica existencia del camino se vuelve ceniza.

-¿Para qué existe el tiempo si ha de olvidarse?
¿Para qué la oportunidad cansada?
¿Para qué el ave si ha de quedar sin plumaje?—

Queda la complicidad de unos versos imperfectos
como si el alma debiera cumplir su labor
de emparejarnos con sentimientos urgentes
en la quietud del acontecimiento.

Pero la memoria se congela
y el mar se vuelve aún como un arrecife salobre
sin peces juguetones
sólo como un espejo de sol para de lluvia



Maruja Valdivieso de Patiño


Secreto íntimo


¡Amor! hoy he querido romper
el velo de las sombras,
romper con intensidad de viento,
algún regazo amargo,
y llegar en el vuelo
perfumado de las rosas
a confesarte mi amor inquebrantable,
sublime, grande, eterno.

Hoy he querido, confirmar
todo el caudal de dicha que fecundo
guardo como primavera refulgente
aquí en la estación aureolada de mi alma.

Te amo ardientemente, es mi secreto
aunque a veces, altiva te lo niegue.
Te amo vida mía, es mi secreto
aunque a veces rebelde, te lo oculte.

Quiero florear mi entraña con el hijo
que juntos soñamos delirantes,
he de darte ese fruto, esposo mío
solo entonces sabrás cuanto te amo
y nada nunca habrá de separarnos.



Aura Cumandá Aguirre Aguirre


Alborada


Y entonces soñarás
tierra dormida,
que amamantaste al pobre y al enfermo,
que una unción hiciste en los escollos
de sus frentes sudadas
y los sombreros blancos les pusiste,
como un bautismo de palomas blancas!
cuando en el surco siembre
Pedro, Juan y Julián, semilla nueva,
y no pese en los hombros la crudeza
del fruto que no llega
y la aspereza de la cosecha mala:
ha de temblar tu vientre de alegría
y un hálito de paz ha de bañarte
la silueta de hembra soñadora!

Cuando el hombre de la ciudad
aprenda el viaje
del rudo campesino
y ausculte en sus pulmones
horadados y obscuros,
la sed del manantial que nunca llega,
el nombre de aquel pan que ni lo escriben,
cuando empecemos a cambiar el traje
por otro más humano y de la prostituta
nazca el hijo indeseado,
cuando el licor que enerva el bajo instinto,
trigo y pan quiera ser en los manteles
que siempre están vacíos
volverán a llenarse tus pezones
con l miel que buscamos ¡tantos siglos!...

¡Nacerá la alborada!
si, nacerá, ya no es un sueño!
están despiertos:
Francisco, Samuel, Aparicio y Tubén,
pero no con machetes bajo el cinto,
ya los tienen alzados,
no los crucificaremos otra vez,
adolescentes de melenas largas,
de la copa que embriaga y el humo que adormece,
tomaréis sus barretas para romper la tierra,
que empezará la guerra,
no cuando os vistáis de proletarios
solamente por fuera,
sino cuando ya limpias
conciencias y miradas
podréis llamar al hombre, al unísono, hermano!

Nacerá la alborada
si, nacerá:
dónde está la bandera?...
ya no importa
que desde tus collados
hasta tus cordilleras
¡tierra! ¡tierra!
se ha escuchado tu grito!



Alfredo Jaramilllo Andrade


Tránsito amaguaña
Símbolo del Movimiento Indígena Ecuatoriano (En el Día de la Mujer)


A propósito de la golondrina
y su pluma enlutada a las espaldas.

A propósito del agua del manantial abajo,
fundido en lo salvaje
del pedernal y el alba.

A propósito del canto del hornero,
en el sitio privilegiado de la madrugada,
y en los sauces espesos
y en su casa de barro...

A propósito, Mujer,... trigal soleado,
de tu choza de paja majada y tu cobijo
de intemperie y llovizna,...
yo te escribo...,
Mama Tránsito;
y te comparto... y te recuerdo y te amo
en el granizo y su estatura herida
más allá de la pampa y las quebradas.

Más allá
de aquella soledad de monte, junto al río.
Más allá
de la invariable sed del caminante que fue tuya,
y es acaso la nuestra.

Más allá
del frío y su ronquido de brisa quebrantada
en la hojarasca de los recuerdos
y en la corteza de los árboles...

Más allá de tus manos y tus muslos,
y tu frente quemada.

Más allá del ocaso que nos muerde
con dimensión de niebla y colibrí
volátiles...

Más allá de la soledad en guardia.
Mas bien, tras la acidez acongojada
del fiambre y su burbuja, de chamizo mojado;
entre el cansancio de los surcos y las rejas;
entre los bueyes y los hijos de tu entraña;
entre la casa abandonada y el terruño sembrado
de viento envejecido, hecho de lunas
y de huesos trizados.

-!Oh parentesco triste e indomable
de porcelana estática;
replante terquedad de los potreros;
silencio de plateados gavilanes...!

A propósito,... Mama Tránsito,
de cárcavas bestiales, yo te presiento, hermana:

Sumida de repente en el paisaje,
donde azules relámpagos perdidos
se adhieren calcinados, noche adentro,
en eclosión esperanzada
de ritos y luceros.

A propósito, Mama Tránsito Amaguaña,
me complace escuchar tu voz de arcilla,
cuántas mil veces algún gallo cante;
a lentos picotazos, a sarpullido vegetal
de chine y tuna,
en un oleaje opaco de palabras y guandos,
ocultos, desecados,
en el grave horizonte de los hondos contrastes.

Quiero verte, por cierto, promotora
de ensueños, Mama Tránsito Amaguaña.;
Mama Tránsito barro;
¡quiero verte parir de nuevo brazas, agitar pedernales,
templar de pronto azadas,
y recorrer parcelas,
ante quienes ultrajan la paciencia del campo,
y tu carne,
y tus cuentas otoñales, Mama Tránsito,
conjuntamente errante como las liebres tantas
que rozan en la hierba tus pisadas,
y embrujan las inquietas oquedades
de los astros...!

Quiero exaltar tu brazo de bejuco bronceado,
moviendo las cucharas de palo como un arma,
para extirpar de dos en dos bocados
todo el dolor del hambre...

Quiero verte, a su vez, colegir tu franqueza,
tu grito que es pedazo de distancia rasgada,
en el podio ceroso de toda la comarca,
y de todas las chacras.

Quiero andar por los siglos de los siglos
de espigas y mazorcas y venados,
sin temor a ser libre..., de tu mano... y paisaje;
donde no sé porqué me duele el tiempo,
en el tejido de tu ruana, Mama Tránsito.
Ni porqué tu coraje, en la copa del cardo;
o en el trébol rosado de tu blusa y tu falda
urgida de collares
cual mirlos de abandono en el boscaje...

No sé porqué ni cuando
yo conocí el camino y la pendiente
del eslabón de tu alma,
del talón que se parte, y el desangre,
sobre los anchos guijarros afilados,
cual mordedura del feroz invierno,
como sierra templada;
cual desgaste de piel, cual rudeza de lianas,
sobre la piedra que anduvimos juntos,
sobre los charcos de culebra y ranas,
a todas horas, como las hormigas,
en la noche venida más arriba del campo...

Yo soy de aquellos que has de oír de lejos,
hasta entonces, vibrando
donde estabas de cerca, Mama Tránsito...

Yo soy de aquellos que deambulan parcos
en las ciudades sucias del planeta,...
como gato montés, austral y torpe;
y me percato de tu abierta sombra,
de hembra sin quejido, de musgo congelado,
de águila y estrella, en tu tierna mirada;
y en la silueta ágil de los juncos
cual templos vegetales levantados;
y en el opaco manantial de la existencia
tremendamente desequilibrada.

Por ello me alboroto, tímidamente solo,
tímidamente bólido,
entre la fría multitud y tu costado alado;
quiéralo o no, deseoso,
quiéralo o no, amante contrariado...

Y acojo el pergamino destronado del campo
donde la libertad se escribe aprisa
en las hojas del penco y su estatura;
mordiendo, acariciando, masticándolo,
quitándole su hebra marga y cáustica,
para bordar y acinturar el poncho en los ombligos
de las guaguas atentas,...
listas a no sufrir más..., ¡pendejadas...!

Para amar, sí, Mujer, los pajonales;
y un tenue olor de lunas y de lumas y cántaros.
Para ganar el filo de la loma por dentro
en las altas montañas y vasijas de barro.
Para así concitar tu pulso en los trigales;
para alcanzar los cielos y los vuelos remotos,
Mama Tránsito,
bajo la reverencia erguida de tus carrizales.

Pues, desde el lomo apuntalado del paisaje,
he de verte volver: como de vuelta
tu ves los arco-iris hoy quizá derramados
bajo el rocío y lagrimar continuos
que, de pronto, llevaste, a tu lengua y tu gente,
herida en el recalco de una sed imparable;
herida cual la risa de mujer que declara
ser amante del surco reventado y el agua;
...y en la sombra del día;
y en la noche del páramo;
igual que todas las mujeres claman,
como tierra encendida, como ardiente bravura
de volcán y lava.
Como estoques agudos de palmeras teñidas,
detrás de los ocasos... ¡Qué carajo!...

Por ello vine aquí, bajo este duro suelo
a tu eslabón de pedernal inquieto, Mama Tránsito:

...Tierra y semilla de alcanzar luceros, y cegar batallas;
con las manos crispadas, con los puños cerrados,
con el diente mordido de la carne fecunda,
con las trenzas en alto y una huella bizarra
de tanto corcovear el tiempo en las ardas!


Nota: TRÁNSITO AMAGUAÑA nació en Pesillo, Cantón Cayambe, Provincia de Pichincha, en 1909. Durante toda su vida luchó por la defensa de los derechos humanos de los indígenas (...) Asistía a las reuniones del naciente Partido Comunista y participaba activamente en protesta sociales. Se ha hecho merecedora del Premio Gubernamental “EUGENIO ESPEJO" 203. Murió EL 11 de mayo de 2009, en su pueblo natal.




Comentarios

  1. Felicitaciones a nuestros poetas, lojanos que con su sapiencia nos hacen revivir momentos de alegría y de dulce encanto en sus versos de poetas, un abrazo fraterno

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