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Textos Grito de Mujer 2019-Mar del Plata-AR




Carlos Alegre




Emerge



Te quiero viva, intrépida y audaz
Lumínica y tenáz, enérgica
Te quiero presente, fuerte y estable
Viviendo cada instante erguida
Te quiero altiva, feliz y sonriente
Cósmica, creciente, terrenal
Te quiero tuya, utópica y real
Empoderada y leal, viva
Te quiero viva






María Alejandra Ávila




SOY GRITO DE MUJER



Soy escudo, con historias sin final,
batalla, utopías por conquistar,
por instinto natural, energía ..
miles de voces, en mi voz,
lluvia fresca, mar bravío
canto de otoño,
llamado fresco, de libertad,
vengo en mil versos
a contar mi verdad,
eternidad, alma errante,
mañana que se pierde en suspiros,
piel marcada, de hazañas, de resurgir
infierno, silencios de ausencias
al llegar el alba, al morir la noche
estrellas por contar, al mirar
en mis ojos esperanza,
caminos ondulantes transite,
fuerte y serena una dama sin pudor
diamante de dios,
fui salvación y locura,
madre, mujer, amiga …
limpie caminos de alimañas
vestidos con caretas de carnaval,
venían con llantos de hipocresía,
para consumir el magma de la esencia,
con intención de apagar la pasión
como arañas tejiendo,
el hilo de sedas, para sus presas,
pero la intuición pudo más
construí fantasías positivas
gota a gota
purificado de amor intenso
como aurea de madreselva,
como luz intensa de un rio, mi quede
en el vaivén de unos brazos,
fui lobo suelto en la pradera,
sabiendo que no existe la soledad,
soy la palabra que pienso y declaro
me alejo con mis pies descalzos
por desiertos, montañas, charcos,
con alivio de risas nuevas,
de besos, de lujuria,
de cantos nuevos y amaneceres…






Andrea Busch


Ser mujer y ser…



Mi abuela paterna quiso ser médica,
Y no lo fue
Quiso estudiar bellas artes
Y no la dejaron
Era mujer.   
Fue esposa, madre, ama de casa.
En sus ratos libre pintaba paisajes.

Mi abuela materna quería votar,
Pero no pudo
Era mujer
Esposa, ama de casa, madre.
A escondidas  escribía poesía.

Mi madre quiso estudiar,
Pero no pudo
Quiso trabajar pero tampoco.
Era mujer.
Esposa, ama de casa, madre.
Entre ávidas lecturas crio diez hijos.

Soy mujer.
Pude estudiar, pude trabajar
Y además ser ama de casa, esposa, madre.
Al llegar del trabajo
Con el pecho amamantaba el niño
Con las manos cocinaba
Mientras contoneaba el cuerpo seductoramente
Para que el hombre de la casa
Que me miraba hacer desde un sillón
No se sintiera postergado.

Mujer, tienes que ser:
Exitosa en el trabajo
Madre devota
Ama de casa eficiente
Siempre bonita, siempre arreglada,
Siempre dispuesta y ardiente en la cama,
Eso sí, recatada.
¿Y si no?
No cumplir los mandatos
Tiene sus riesgos:
Te critican, te señalan
Te juzgan, te condenan
Te retan, te ofrecen ayuda
Tienes que volver al carril.
Es tan cómoda la seguridad del rebaño.

Pero hay otras maneras de vivir,
Solo hay que luchar por ellas.         






Mirtha Cáffaro




Sonoridad


Es el momento de la sonoridad,
palabras calladas,
silencios acústicos.
Secretos guardados entre sueños olvidados.
Fragmentos confusos de no saber quién es quién.
Dudas. Confrontación.
El espejo te devuelve una máscara que se hace añicos con el tiempo.
Tiempo de renacer.
Esperanza.
Tiempo de gritar una identidad que se fortalece
desde lo íntimo
desde el corazón.
Tiempo de cambio,
Encuentro con uno mismo.
Descubrimiento… develar la fuerza oculta.
Mostrarse tal cual somos.
Dejar el temor atrás… desandando recuerdos
que ayudan a sanar.





Griselda Crespi



Autorretrato


Ilusión enrejada
por donde insiste el sol
cuadriculándose
sobre paredes altas.
Hasta allí,
(donde todo empezó)
la mirada no alcanza.
Un poco por no saber ver
o tal vez por una miopía agazapada
que todavía no se nombra
que calla y deforma
que desdibuja los límites
y borronea verdades.
Una vez escribí:
“Estás siendo lo que sos,
ni más ni menos que
la chispa encendida que se reinventa
en el juego infinito de una niña
y un puñado de miedo floreciendo amor
en la grieta de una herida.”
(Uno tras otro, los días
cayeron haciendo ruido,
como las vainas de la glicina.
Vuelos y chasquidos irreversibles,
de cara al suelo).




Deshabitada




A lo lejos unas luces
son llegada
y meta
y abismo.
Titilan
y se tragan
el camino de regreso.





Irracional



Todo lo que sucede es bueno
menos mi empeño
(que debería ser bueno,
al menos,
porque es empeño)
Todo lo que elijo es bueno
menos mi tristeza
(que debería ser buena,
al menos,
porque me muestra viva)
Todo se me abre y otorga,
menos tu amor de fauno,
tóxico y esquivo
del que raramente se me preserva.
Sin embargo, una y otra vez,
camino hacia tu daga,
nota desafinada,
témpano cauterizado,
ceguera y abismo.






Violeta De Lisi                                          



MUJER



Fuiste parida al cobijo de la luna
la que esculpió tu humor, tus crecientes y menguantes
la impronta de tus mareas y tu radiante plenitud
Naciste con todas las preguntas
pero también, con todas las respuestas,
con la verborragia a flor de labios , la intuición , latente en tus entrañas
y la innata aptitud de querer sanarlo todo
Sin raza ni fronteras que te impidan el avance
aún ahogándote en la hiel del desencanto
intentas nadar hacia océanos de gloria
Y aunque fuiste creada en el después
la espera reservó para ti,
la cósmica sabiduría y el placer de ser nido
para acunar células enamoradas
Fuiste parida al cobijo de la luna  atesorando el secreto del origen
Ése, que te hizo ser semilla, raíz, sostén, fuego sagrado
lucha, conquista, lágrima, deseo y gozo ,
multifacética, cíclica, creadora innata
Poseedora del don del amor puro
Ése misterio, hace que todas, seamos una





DECISIÓN




Laureles y lágrimas acompañan tu camino,
el que has recorrido cargada de mochilas,
 con el vientre dulce, la mente abierta
 y la mirada, siempre anclada en la justicia
Es tiempo de unión y de consenso,
de cortar las ramas del árbol del mandato
 implantado en la inconsciencia y las entrañas
Reivindica tu esencia y caminarás libre
con la meta de cumplir todos tus sueños





NI UNO MÀS




Ni uno más que empuñe el látigo del miedo
haciendo imperar la cobardía
amparado en la injusta justicia
Ni uno más desdibujando sonrisas e ilusiones
gozando de la desdicha y desconsuelo
derramando su hiel en el candor
Ni uno más, engañando al destino
caminando codo a codo junto a las almas dignas
usufructuando inicua libertad
Ni uno más disfrazado de ángel
violando confianza e inocencia
torturando sin piedad cuerpos y mentes
absuelto de culpabilidad
Ni uno más, agobiando los días, acechando en las noches
estallando en la furia, escupiendo veneno
lacerando facciones, ignorando piedad…
Ni uno más, sembrando odio y muerte
Ni uno solo…¡Ni uno más!








Andrea Fernández




Con voz de Mujer…



Alzo mi voz Mujer
en un grito de esperanza
en un grito de consuelo,
porque aun con tus alas rotas
quieras emprender el vuelo,
para que sueñes en colores
aunque esté oscuro el encierro.

Alzo mi voz de mujer
para que nunca más,
la mordaza de un puñal
te oscurezca la mirada
o que un golpe traicionero
te destruya en cuerpo y alma.

Grito con toda mi voz
por las mujeres esclavas,
tras las trincheras del mundo
se sienten acribilladas
por manos que como balas
les desgarran las entrañas.

Mi voz es un  feroz grito
por las niñas que la trata
nos arranca de los brazos,
a ese tesoro puro
que el impío ha profanado,
arroja al fuego su inocencia
ultrajada y en retazos.

Grito y grito a toda voz,
contra todos los maltratos,
religiosos o sectarios,
ideológicos, legales,
de género, económicos,
étnicos y laborales

Grito porque la Mujer
tiene derecho a la vida,
a elegir en plenitud,
a ser libre, a la igualdad,
es un grito de autoestima,
es un grito de unidad,
grito por vos
grito por mí.








Griselda Hernández




EL AMOR DISFRAZADO



Estoy conviviendo con el diablo…
Lo sabias?
A veces se disimula entre las hojas del jardín
y se confunde con el color verde de las matas,
hasta puedo escuchar su bella música
determinando que me fascine.
Otras veces se disfraza del amor
y me sorprende con la guardia baja,
otras abre las ventanas
Y les ruge a las palomas que vienen
A saludarme…Las alucina.
Sabe desaparecer y casi inmediatamente
como por arte de magia se transforma
en el ángel de la compasión
y endulza mis días.

Va y viene
marca su terreno…Pero se olvida
y desaparece
En su incongruencia me desgasta
y me confunde...
No encuentro la llave para cerrar la puerta.
Así continúa todo el tiempo
Y mi vacío cada vez más grande,
Nace en mi alma y se manifiesta
en cada día hasta volverse
simbiótica mi locura.







María Cecilia Nebuloni Blasetti



Mujeres



Somos una obra del universo.
Estamos compuestas de luz, de sonidos, de energía.
La naturaleza nos confiere una señal, nos da significado.
Asimétricas, nos asimos a los opuestos aunque se nos estiren los brazos en el intento:
redundantes y sencillas,
                                                                                             
comprometidas e indiferentes,
                              claras y tormentosas,
                                                                firmes y ambiguas,
                                                                                              interesantes y anodinas.
Somos una composición musical en la que cada una escribe sus propias variaciones,
cada una elige su estilo,
cada una interpreta sus instrumentos,
cada una alcanza su particular y única versión de mujer.
A veces puede ser la mejor, o no, o casi…
No importa.
No nos definen ni las palabras,
ni los actos,
ni las creencias,
ni los recuerdos,
ni ninguna de otras muchas cosas.
        
Nos definimos nosotras mismas:
                                                                     mujeres.







María del Carmen Rimoli



ASI



Te presiento
agazapada en la guarida de la espera;
grito sordo que solloza la partida;
sutil habitante de silencios poblados
                                         y reclamos
Te dibujo
despojada, desnuda en tus afectos;
un rugido desbocado en la lucha cotidiana.
Madero y leño, guijarro y piedra.

Te imagino
seducida y multiplicada
rascando la vida a borbotones
en el páramo azul 
             de un descampado


Te descubro
ovario y pezón con que alimentas;
desafiante, aguerrida y ondeante
en tus banderas y pancartas.

Y te prefiero, mujer
sin condimentos, sin mesura,
negociando codo a codo,
los limites del aquí,
                           y del ahora.








Stefhany Rojas Wagner



Aquelarre



Nunca fue el momento para dar vuelta
y ver lo que había a mi alrededor,
caminé descalza por las piedras,
ya no podía arrepentirme de nada,
sólo perdonarme por ser débil,
por callar, otra vez, otro día,
levantar uno dos tres cadáveres,
ir a la casita azul de mi memoria
y enterrarlos con las uñas, con las tripas,
sedienta una vez más,
volver como si estuviera aprendiendo a contar con los dedos
sin entender qué pasaba, por qué tantos cuerpos bajo mis pies
como el mío, como el de todas, multiplicados, por qué con tanta rabia hincando las piernas en la tierra,
agotando el espacio de mi alma
de mis manos, perdiendo la fuerza para llevar la cuenta,
para escarbar entre la sangre
que envenenaba el agua y el cielo,
cuando ya no había qué amoblar en mi interior;
y esta hartura de la carne tornasolada
cocinada bajo las moscas, comenzó a crecer
con la brutalidad de un río de palabras que arrastraba todo aún sin comprender llorando a chorros con más voces de las que tenía
con todas las edades intactas en mi espíritu como el tic tac de un reloj
que marcaba el tiempo prescrito para morir
entre la ceniza
sin pasos sin nombre sin rostro
confundida con los cuerpos,
siendo yo misma cada una de ellas.






Mirta Susana Salomón



Mujer abusada



Mujer que lloras manantiales secos
por recuerdos afantasmados
en esas noches sin luna
y con el vientre abultado.

A veces eres colina
o una fuerte montaña
como un castillo de arena
te derrumbó al ser abusada.

Cuando palpita tu vientre
alumbra una canción de cuna.
Pero sombras a tu vida
la envolvió una noche oscura.

¡Qué no agonice tu alma!
Dolorida se deslizan por tu rostro
mudas lágrimas heladas.

Hoy un grito te acompaña:
¡Mujer reclama Derechos
porque la sociedad no calla!


¡No es No!

No quedaré en silencio
cuando en la hoja escribo,
no detendré mis escritos
ni pronunciaré palabras,
porque por la vida llevo
duro peso sobre mi espalda.

El desamor ensordece
entre el dolor infinito,
en la geografía del alma
la violencia , el maltrato,
la humillación y el abuso,
escribe la triste historia
con tinta roja y llanto
que tiembla bajo la piel
los sueños destejidos
por la tristeza.

A los proyectos perdidos
los quemaron las bajezas,
el miedo los detiene,
la voluntad se apodera.
Muchos somos los que juntos
unimos nuestras voces
en un solo grito
por un mundo sin violencia,
donde ¡No es NO!







Mariana Santa Cruz




“SÉ Y DEJA SER”



Más  allá de lo que escuchemos,                                                                                                            más allá de lo que observemos,                                                                                                             más allá de lo que no podamos sentir,                                                                                                 ¡mucho más allá!…,                                                                                                                 encontremos la calma; ese momento donde el caos,                                                                         que crece por fuera, intenta someternos a su ritmo.

Paz; ¡refugio del silencio!…                                                                                                                       Deja de hablar,                                                                                                                                    que las palabras te aturden.                                                                                                                      Deja que la tranquilidad te lleve a tu ser,                                                                                                       que descubra lo que verdaderamente quiere en esta vida.

No obstruyas tus sueños,                                                                                                                    sólo porque eso está mal visto por la sociedad.                                                                       Construye tu propia esencia, a través del tiempo,                                                                                         y deja que sea única, como todo. 

Recoge tus frutos, sin culpa,                                                                                                       porque son tuyos; te pertenecen.                                                                                             Compártelos, no te los quedes,                                                                                                      porque de nada vale que el egoísmo se apropie de ti.

Deja que fluya tu vida a través de todos,                                                                                           pero siendo único en este mundo…                                                                                       Permite un cambio,                                                                                                                    y verás cómo todo se modifica alrededor.    

Estira tu mano para sostener.                                                                                                               Y permite que también te sostengan.                                                                                     Confía en ti, y así mismo, en los demás.                                                                                                            Porque al igual que tú,                                                                                                                son dignos de ser escuchados.










Lu Schaffer
(Luisa Elena Schaffer Díaz)



El canto del cacao



Para ustedes el canto del cacao,
para ustedes mi espumosa semilla de cacao.

Brujas de todos los tiempos,
ofrendas transversales del agua, de la tierra,
del fuego en la boca entreabierta del aire.

Somos dueñas de la única arma, de la espada lunar,
nuestra lengua de tinta es la casa de la ofrenda,
blandimos saliva verde y lechosa, ciega y vidente,
amamos con nuestra lengua.

Tomen mi boca oscura, cabalguen el aire.

Tú me enseñas a hacer el amor
desde el centro quemado de mi sangre,
tú me enseñas a pendular entre venados,
con los ojos bien abiertos
y las pupilas incrustadas en jade.

Brujas mías de melena secreta,
de ojos preciosos, de iluminadas bocas,
de lunares como estrellas,
de silencios corriendo garganta abajo.
Mis solares canoas de la muerte y de la vida,
misteriosas como barcos hundidos,
vibrantes luciérnagas,
trasparentes sueños de recién nacido.
Les traigo mi semilla que a veces se atora,
mis atascadas hermanas,
entrego mi puerta omnipotente y roja.

¡Ay hermanas! ¡Cómo me duele no doler a su lado!
¡Cómo brillo cuando sus ojos brillan!
¡Cómo urge y brota y germina la sangre embrujada del canto!

Son preciosas sus caderas de amate,
los cuencos hervidos de sus vientres,
las preguntas columpiando en sus orejas,
son preciosas las cicatrices murmuradas bajo la ropa
y el vaho de sus axilas.
Sus canas por dentro y por fuera.

Me reconozco en ustedes, las reconozco en mí,
el círculo llama en el idioma que sólo fue entregado a las brujas.
La única arma converge, los universos se abrazan para explotar en línea.

Mis brujas mías de mi alma,
preciosas son sus puertas y sus ventanas de ojos arrancados,
precioso el polvo arrumbado en la escalera
y las costras del piso.
Sagrado el instante en que absorbemos la nada
para volvernos frascos vacíos.

¡Ay, mis hermanas sin tiempo!
¿Cómo les digo que aquí se abulta el total de nuestra existencia,
en un delgado chasquido de dedos?

Aquí está la semilla espumosa de lo vibrante,
del chocolate que muerde la lengua,
hagamos la vida hermanas
con las palabras abiertas.

Ofrendo mis ojos a sus párpados, brujas de mi enramada,
¿Cómo les cuento que el espejo miente? 
y que mienten también los rencores, las espinas y las canas.
Llamo al epicentro de sus corazones,
a la espera sagrada del tabaco
a la hierba recién brotada.
Soltemos un momento los espejos y las dudas,
soltemos muecas y larvas
para saltar al jardín con las entrañas abiertas
para amarnos tanto como nos ama el agua.







Mi casa y las moscas



A todas las que nos faltan,
a sus familias, y a las que resisten





¿Cómo susurran los cráneos
en las veredas lejanas?
¿Quién los perdió en la ceniza?
¿Por qué sus caras de mundo se desarman con las hormigas?

¿Cómo son las mujeres que aman entre las balas?
En las trincheras del vientre, ¿qué secretos amasan?
¿Dónde almacenan el aire?
¿Por qué se alejan sus piernas aullando entre las ramas?

Llegaron las moscas visitantes
desde tus uñas arrancadas,
sus dedos verdes eran tu nombre,
su sangre cóncava tu mirada.

No quiero, no quiero llorarte,
y con tu nombre tejo una canasta
para ahuyentar las moscas que devoran el aire,
para entregarnos a todas un pueblo de alas.

No quiero, no quiero llorarte,
pero en la bandera palpo
un mar de niñas desmembradas.

¿Qué cara te pones, espejo?
¿Te sudan un poco las manos?
¿Acaso desvías la mirada?

Las moscas arrastran sus cruces fermentadas en el olvido.
En sus calles los muertos reptan. 
En sus campos hieden los vivos.
¿Quién, con huesos robados, lo abandonado alimenta?
¿Quién, de plomo babeante, decapita pies y veredas?

Entre mi casa y las moscas, ¿quién pintará la frontera?






Para vivir necesito la muerte


A los maniaco-depresivos y a sus familias




Morir un poco, tres pedazos de flor al día, derretirme cada semana. Dos veces al mes visito la barca de mi catrina, le dejo mi cabeza y me entrega su sombrero pesado de plumas. Para bailar, para lo verde, necesito el abrazo azul de mi tumba. Cada año me entrego a las cien mil bocas del río subterráneo, los hilos de mi amor se queman garganta abajo, me dejo beber por el agua negra.
Sé lanzarme de boca al suelo para cantar con las golondrinas.
No tiembles, corazón de mi carne, mi muerte, como la tuya, te pertenece y te domina. Tres veces al día, cada semana, dos pozos al mes, toda la vida, me hundo de cara en la gran devoradora, sin raíz, sin retorno, sin medicina. Me desprendo del doloroso centro de la sangre y ando como andan los moribundos: desnuda. No llores, amor de mi sangre, son cosas del amor y de la vida. 
Entonces ardo y parece que todos los pozos se desdoblan hacia el interior de la hambruna. Entonces, desde el vientre, desgarro la delicada membrana de la cordura, parece que pierdo todos los hijos y batallas, parece que los muertos del mundo levantan su campamento en el cementerio de mi cama.
No llores, soy agua para incendios. No pegues la boca al suelo cuando me arrastro.  No tiembles, amor de pájaros y espuma, es sólo la muerte, mi más preciada enemiga, amante incrustada que nunca vence y nunca me olvida.
Así es todos los años, dos veces al mes, cada semana, tres caídas por día, cada eternidad entre segundo y segundo en la extensión de todas mis fibras. Así es mi cotidiana muerte, así recupero mi casa, no le temo, no tiembles, porque siempre me devuelve más bailadora, más llena de ganas tuyas, más aferrada a lo verde.







Marta Elvira Vega  



Esta mujer sufriente





Esta mujer sufriente, fragmentada
ya no existe.
Esta boca sellada ha renacido.
Ese antifaz que cubre medio rostro
deja pasar una mirada
que devela el misterio
de un alma torturada.
Extraña máscara
que cubrió mi rostro
y mi verdad de ser,
de ser YO misma.
Mi grito penetrante, celeste libertad,
lenguaje de gaviotas agujereando nubes
me alienta, me transporta
y es extraño el ritual
que engendra nueva vida
nueva esencia.
Estoy armando este rompecabezas
que es mi Vida.








Creación colectiva de PIEL
(Plataforma Independiente de Escritores Libres)


Con estos versos amarte pretendo, mujer.
                       Juntas se hacen fuertes y decididas van, despertando voces
                                              en defensa de los cuerpos, de las mentes…
                                                        P.I.E.L.



“Ahora me amo libremente,
no desde tu cielo prometido.
Elijo vivir en el diseño que nací.
Desde el aullido silencioso de mis vísceras,
recomienzo con miles de grullas
 recién nacidas que no tiemblan”.

Tu voz no se acalla, tu voz es un grito
y si alguien lo sofocara,
un coro de mujeres lo mantendría vivo.
Emerges de lo oscuro a nueva vida
 y en el camino las voces se hacen eco,
 para que el mundo las escuche:
Basta de mujeres muertas.
Para no conjugar  con las bestias
destierra la intolerancia
 y libera al opresor con la libertad de tu cuerpo,
desde las entrañas que sangran fuerzas,
desde el útero que emana vida.

Hoy, tu garganta  está preñada de revueltas.

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