Poemas Grito de Mujer 2019-Cali-Colombia
Yolanda Delgado
MUJER
Dios:
Construiste para mí un paraíso
mis pies caminaban en tierra firme
Y yo inventé las alas
Con palabras de humildad me llenaste
El silencio sería mi compañero
Robé tus diccionarios
Y aprendí de los pájaros
La escala musical
En mis entrañas floreció la caverna
Para parir con dolor
Y descubrí el placer
Tendrás los hijos que el cielo te mande
Ordenaste
Y acuno los que decido
De barro y miel le diste vida a un hombre
Y fue tan perfecto, Señor,
Tan dulcemente perfecto y humano
Que hasta mi descendió sin importarle tu cielo
Un ángel me expulsó del Paraíso
Con su espada de fuego
He recorrido mundos,
Abismos, laberintos
Y de ser oscuridad me convertí en luz
Te agradezco Dios
Haberme hecho mujer
Capaz de decidir mi destino
y con tanta fuerza
Para cumplir mi misión:
Ser la columna vertebral del mundo
-.-.-.-.-.-.-.
Ana María Gómez Vélez
Soy mujer
Soy mujer
Diversa, cambiante,
soy una y soy miles,
soy ésta y la otra
Soy la poeta
la periodista, la narradora,
la memoriosa,
la que escucha,
la que pregunta,
la que domina la situación
y la asustadiza.
La que olvida todo sin preocupaciones
ni dobleces,
la que exige y pelea por sus derechos.
La que aguanta todo sin hablar.
Y la que grita.
Y también tienes en mí a esa,
a la que calla, a la que sueña,
a la que juega todos los juegos sin trampas
a la que se equivoca a cada instante y
a la que piensa y entiende.
a la que espera,
a la que teje, a la que desteje,
a la que une, a la que separa
a la que dice la verdad
a pesar de que quieras escuchar mentiras.
Soy una y mutable
soy yo y soy miles
Soy yo misma y muchas otras.
No ves que soy yo,
la que muda de piel y de oficio?
Abre bien los ojos para que sientas
Abre bien el oído para que mires
Cierra bien los ojos para que veas
quién está a tu lado
y aunque la ignores
se ocupa de tus pequeñas cosas
y alegra tus días.
Soy yo, única e inmutable.
La mujer que sueña, la mujer que espera.
La mujer definitiva y total:
Ana María, Penélope, Anita, Chiqui,
Pamela, Andrea, Sonia, Inés, Tata,
Edith, Aurelia, Yolanda, Lady, Laura, Daniela, Pilar...
Soy yo: mujer entera.
Mujer para mí, para ti y para el mundo.
-.-.-.-.-.-.-.
Laura Bonilla
El crujir de las hojas secas marcan nuestra leve existencia
y en ese instante somos música,
somos otro poema encima de un prado que no existe para las manecillas del reloj,
para el deseo de mentes mecánicas, ir y venir sin esencia...
El canto del ave que siempre está y nunca existe sintoniza
nuestro latir profundo, olvidado y desarraigado de nuestras vidas
esas vidas que han dejado de sentir, de amar y ser.
La sombra del árbol protege nuestros rostros, aquellos que han sido reemplazados por líneas en un vaivén de quejas infinitas
Todo está allí y a la vez nada existe
cemento, bocinas, techos han arrebatado el cauce de lo real, pero mi alma que todo lo confunde, pretende integrar aquellas realidades lejanas
se niega a morir y solo quiere contemplar lo que nunca está, lo que nace a cada momento.
-.-.-.-.-.-.-.
Lady Andrea Marín
Respuesta en pronoia a "una belleza rara"
Sé que no soy bella, lo sé; pero cuando libero mi cabello encendido al viento y
el susurro de la brisa lo enreda con furia, me siento bella.
Sé que no soy bella, lo acepto; pero cuando dos filas de dientes manchados de tanto fuego aparecen tras mi sonrisa; me siento muy bella.
Sé que no soy bella, lo entiendo; pero cuando mis senos danzan libertinos a la percusión del amor; vibro bella.
Sé que no soy bella, lo comprendo; pero cuando mis pies se levantan en puntas, mis pantorrillas se tensan y mis muslos se vuelven piedra, me veo bella.
Sé que no soy bella, lo tengo claro; pero cuando mis brazos cobijan soledades, cuando mis ojos guardan tristezas, cuando mis oídos protegen secretos, es inevitable... Me siento bella.
Sé que no soy bella, no me lo repitan; pero cuando me descubro mujer, y mi vientre y mi espalda y mi sexo; y mi alma y mi espíritu y mi corazón...
No tengo nada que hacer. ¡Me construyo bella!
-.-.-.-.-.-.-.
Mónica Lucía Vivas
Si urge tocar
Está la fruta
Las frambuesas llenan
Las yemas de mis dedos
Un improvisado y exacto
Movimiento desprende
La corona de hojas
Henchidas de color
Y fragancia exhiben
Un agujero
Que va al vacío
Frágiles y huecas
A fuego bajo
Inundan la casa
Ruborizan mi piel.
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