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Poemas Grito de Mujer 2019- Barcelona



Poemas del IX Festival de Poesía y Arte GRITO DE MUJER- BARCELONA

Marlene Denis
Fridas de Barcelona y el mundo e invitados.



Autora: Isabel Llanos, España

DECONSTRUCCIÓN

Cuando aceptar es rendirse
buscando que deje de doler.
Cuando aceptar es asumir
que ya no habrá oportunidades.
Cuando aceptar es una renuncia
a las expectativas y al adelante,
y pretender un refugio
donde las arrugas
no sean más que surcos
en los que aún es posible
plantar semillas
y ya no quede nada
en lo que apoyarse
más que en una misma.
Sólo y tanto
que en una misma,
tanto
tanto
tanto
que rugen los peces de colores
al final de la bañera,
que las rodillas
se hacen costra de tanto rozar
contra el suelo
y la frente se marchita
de tanto peso en los párpados
y ya no quedan porqués
ni razones
ni justificaciones
ni una excusa más siquiera
y, por fin,
se rompe la cáscara
que no era más que lodo seco
horadando tus esperanzas
y escuchas,
como por primera vez,
tu voz primigenia y tribal
y la alzas por ti,
esta vez sólo por ti
cantando libre y liberada:
mejor morir viva
que vivir muerta.






















NIDO VACÍO

Caminar por las calles
volviéndose invisible.
Jugar al no me ves.
Desaparecer entre el gentío,
ser una más entre la multitud.
Entrar y salir
como la bocanada del moribundo,
negarse en cada espejo.
Estoy,
no estoy.
Quiero,
no quiero.
Soy,
no soy.
Dicotómica siempre.
Herencia del yo fui,
del yo soñé,
del yo aspiré
pero…
tan sólo llegué a esto.
A olvidarme de mí misma
para ser
tan sólo
en la mirada del otro,
del hijo,
del marido,
del amante,
del jefe,
del conductor del bus,
del tendero,
del ginecólogo,
y ahora
en estas tempestades
que aúllan a la soledad
reconocerme en el vacío
en el sinsentido,
que es más coherente
que lo pensado
lo masticado
lo reflexionado
lo premeditado,
la libertad sabrosa
de estar sin peso
sin cadenas
sin esperar nada
para,
por fin,
tenerlo todo.


















Autora: Rosy Suñé, México

AULLIDO VAGINAL

Aúllo al brotar de tu vagina asustada.
Aúllo al nacer de expectativas tatuada.
Aúllo al oír susurrar herencias mitológicas.
Aúllo por sus lecturas astrológicas.
Aúllo al cagar ideas adultas de mi destino.
¡Cólicos en mi intestino!
Aúllo hambrienta de tu pecho hinchado de dolor
que ofende a los puritanos y les cambia el color.
Aúllo por tu oro blanco que desesperada succiono,
mamando dolores de un origen que ignoro.
Aúllo al presentir tu prisión patriarcal.
Aúllo por tus lágrimas de sal.
Aúllo por esa soga que ahorca mis preguntas incómodas
dejando mudos a los tozudos. ¡No jodas!
Aúllo por el paso de ser la mariposa con ventanas abiertas
a una mosca con mierdas y vendettas.
Aúllo harta de ser la arcilla que se moldea
soportando olores rancios que marean.
Pero ahora, ahora aúllo de risa gozosa al romper cadenas
de generaciones añejas con oxidadas verjas.
Aúllo por la pasión de mis locuras y por los sueños mojados.
¡Tontos atolondrados!
Aúllo abriendo mis piernas sin culpas, vomitando letras sin dudas,
desnudando ideas salvajes sin puertas todas despiertas.
¡Aúlla jugosa y gozosa vagina!
¡Barre las mentes machistas
que amanecen generaciones activistas!



LOS GRITOS DE MIS SIGNOS

Miedoso te alejas de mi sonrisa
mi aliento se confunde con la brisa.
Ignorante te burlas de mis signos
que llevan mensajes como ríos,
violento golpeas lo diferente
ante mi respiración te muestras ausente,
neófito niegas mis necesidades,
hierves en un mundo de banalidades,
hipócrita me abrazas en público
secretas intensiones en un juego lúdico,
interesado disfrazas tu discurso
la vida sigue su espinoso curso,
selectivo me apartas como en un gueto
pero te escupen mis gestos.
Mis ojos te gritan
a las nubes invitan,
mis manos vuelan
a las asesinadas velan,
mi cuerpo arrasa
a los signos abraza.
Soy sorda pero grito mi existencia
a toda la audiencia exijo conciencia,
apartada del patio del cole
como descendencia de una rara prole,
¡Mi grito no es sordo! ¡Mi grito no es mudo!
Mis signos son poesía que brota de mi desnudo.





(Dedicado a la comunidad de personas sordas)
Autora: Cinthya Maldonado, Honduras

FORTALEZA Y EMPATÍA

Que las marcas en tu cuerpo, no te detengan. Solo hablan de lo que nunca debió ser. De lo que ninguna hemos de callar. De ese grito de auxilio lanzado.
Del inicio de esa liberación que tanto añoramos. Tus golpes marcaron su cuerpo, su mente y su corazón. Pero jamás, intelecto que procuró y protegió.
Así fue como supo que no era ni tuya, ni de nadie. Era dueña de su propia existencia. Comprendió que amor, celos y maltrato no están en la misma liga.
Y así te quedaste: vacío, solo, experimentando la misma soledad que sintió ella cuando los convencionalismos, los patrones de siempre se rompieron.
Y tuvo que luchar y cargar con ser señalada por los que aún viven con prejuicios. Ninguno de los que vertieron su crítica hacia ella, estuvo allí.
Nadie sabía de las noches en que su almohada se empapó de las lágrimas de dolor que sus ojos derramaron, a causa de golpes, gritos, desprecio e indiferencia.
¿Tú qué sabes de las veces que se prometió: nunca más? Y luego tambaleaba su decisión cuando se miraba, y se sabía desprotegida.
Aún se nos pone en tela de juicio cuando las marcas no son visibles.
Las cicatrices del alma son difíciles de observar.













ME MATAS Y NO ME CALLO

No pudiste callarme y me mataste
Ignorante, no pensaste que mi semilla germinara
Y ahora soy millones.

Tu represión no pudo con mi persistencia,
Con mi amor al río, con el amor a mi pueblo
Y me asesinaste a sangre fría.

Mi honestidad no te gustó,
Por qué no pudiste comprar mi silencio
Por qué no hubo soborno que apagara mi lucha.

La lucha de un pueblo entero, unido
Que pide dignidad, respeto, oportunidad
Y reconocimiento como diverso y ancestral.

Una muchedumbre que no se avergüenza de sus antepasados
Que vive sus costumbres y valores
Que ama como nadie su idiosincrasia.

No tengo miedo a tus patrones patriarcales,
A tu impunidad, injusticia y campañas misóginas.
Nada me hará perder la esperanza para defender la tierra y sus espíritus.

A la a opresión y la esclavitud de exterminio no le temo.
Tampoco a la bala que muere al detonarse.
Tú, sí, ten miedo a la palabra que vive al replicarse.

No pido caridad ni migajas, quiero derechos.
Despertemos porque el tiempo es poco,
La autodestrucción se abre camino en forma de racismo.

Autora: Maisa Sally-Anna Perk, Holanda

AQUELLAS HIJAS (Versión corta)

¿Qué pasa con aquellas hijas
que se despiertan de madrugada en madrugada
cubiertas por una mancha blanca incrustada.

¿Qué pasa con aquellas hijas,
de las que sus madres se quedan congeladas
poniendo un candado en la puerta de la pequeña
para que duerma tranquila?

¿Qué pasa con aquellas hijas que, desde pequeñas,
son tan buenas en borrar,
que ni recuerdan lo que pasó,
como único agarrador un presentimiento del pasado,
un rompecabezas que se transforma de repente en una imagen tan cruel
con la colocación de la última pieza.
Y el mundo pide pruebas analísticas, lógica
o por lo menos una cicatriz o una memoria tangible.
Porque ningún progenitor lo haría a su propia sangre,
¿verdad?

¿Qué pasa con aquellas hijas cuando crecen
y la vida reproduce lo vivido?
Sexo en gran cantidad sin sentido, sin cariño
o incluso sin consentido,
de madrugada en madrugada.

¿Qué pasa con aquellas hijas
en el momento de amar y confiar
cuando fue el propio mar sanguíneo
que les amedrentó
cuando fue el propio mar sanguíneo
que les asfixió?

O dime ¿qué pasa cuando aquellas hijas
simplemente tienen que ir al ginecólogo?
Un(a) desconocido(a) que las tiene que tocar,
que tiene que explorar
donde ellas no quieren ser exploradas,
año tras año, tras año.

Qué pasa con aquellas hijas
que fueron dejadas en las manos
del hermano jugando al médico,
del tío que solamente era muy cariñoso y generoso
del abuelo que le encantaba contar cuentos a puertas cerradas
y qué cuentos les contaba...

¿Qué pasó con aquellas hijas,
de las que muchas son amigas y familiares mías?
Atravesaron el mar para encontrar arenas movedizas que, progresivamente,
se transformaron en tierras firmas donde cultivar.
A pesar de sentir de vez en cuando
temblores de magnitud 2.0 incluso hasta 10.

Esto es lo que pasó a aquellas hijas,
que no solo son amigas y familiares mías
sino de ustedes también.







ROMPECABEZAS

Cada pieza finalmente en su lugar
la imagen completa me penetra,
secuestra mis recuerdos
mis lágrimas
mi sueño

El mundo no ha parado
Aun así estoy flotando
Con pesos pegados
En todo el cuerpo

Quiero gritar
-No es verdad, -
Sin embargo
Sólo logro decir
-No-

No hay nada
No hay respuesta
No hay preguntas
No hay dudas
No hay duda


Con las uñas
intento arrancar el rompecabezas
intento romper este silencio
intento romper esta exclamación
Con el puño
con todo
Rompo
Arranco
roto
arrancado
parado
Mi mundo

estoy flotando
cada pieza encajada
en su lugar
Veo la Imagen
y todavía no puedo decir
nada más que
-No-






















Autora: Ingrid Garasa, España

1

Tengo sed,
siento la sed de toda mi humanidad,
vivo la sed con toda la debilidad de esta carnalidad crucificada.
Llega cierto final,
el amor en el desierto sólo es un anhelo descreído y ateo.
Cada grano de arena un lamer la esponja con vinagre
entre torturas y risas crueles.
Tengo sed, digo
en esta crucifixión tan mía
se acrecentará mi pasión: la salvación / el desapego / la aceptación,
mi pecho: la sangre entre tus pies y mi vientre.
Se oyen mis propios intentos de asir aves carroñeras:
ser amada entre gritos y besos.
Luego vendría tu “te quiero”, luego mi “te quiero”
luego el mordisco en el pezón ahora escéptico.
En la cruz dibujada veo tu pequeño y dulce gesto:
Me regalas tu saliva del beso,
yo te regalo el mordisco del “ya demasiado tarde”.












2

Levántate mujer, recorre la tierra a lo largo y ancho de ella,
que tú la poseas y la entiendas.
Y no sé,
y no entiendo,
y si el rojo de mis labios y el rojo de mis uñas
fueran tú y tu pueblo y tu valle y tu casa y tu hija
y mi amor hacia todo aquello que dices que te pertenece?
Nunca hubo mandato entre nosotros.
(Incluso en lecho pudimos permanecer sin verbo
accionando tan solo el amor en el alma).
Yo mandé a esta tierra mía decirle que escuches mi mano zurda
escribir sobre frutos.
¡Abundancia de abundancia en cada semilla abierta
por mi ojo sin escrúpulo!
Rojo,
el rojo, rojo, rojo, rojo, rojo, el rojo en el camino,
sin calvarios ni llantos.
¡Levántate ahora tú, hombre!
Camina sobre el agua pantanosa de mi octubre,
manda decir a la tierra que me amas.
Yo voy
a creerte.










Autor: Ricardo Walter Moreno, Argentina

GRITO DE MUJER

Grito de mujer, un grito que dice basta.
Un grito que dice aquí estoy.
Un grito que clama y reclama.
Un grito para no olvidar a aquellas
que por la violencia hoy están ausentes
y para que todos tengan presente:
este grito dice ni una más.

Pero detrás de ese grito,
nace un susurro,
un susurro de música y poesía,
de protagonismo e ideas nuevas,
un grito de arquitectas y obreras,
constructoras de un mundo más justo y mejor.

Un grito que dice yo puedo y debo,
un grito que dice vengo a ocupar mi lugar
y aquí me quedo.

Y yo que escuché los ecos de ese grito,
me estremezco de emoción
y sólo puedo decirte gracias y bienvenida,
déjame acompañarte
y ser parte de tu viaje,
mujer poeta y guerrera,
y quiero decirte bella rosa justiciera,
que por derecho
el mundo y la historia te pertenecen
y yo quiero ser parte de ese,
“tu mundo”
y quiero también,
que sigas siendo mi musa,
para convertirme en letras,
humildes letras,
con las que mi pluma,
pueda simplemente ayudar
a seguir escribiendo tu historia,
esa historia con ribetes de leyenda,
la cual hoy renace
con más fuerza que nunca,
desde este grito de mujer.























Autor: Alex Madueño Naranjo, España

A LA SOMBRA DEL VIEJO PINO
yo, que soy la llama
que arde por su corteza
la resina que lloran sus ramas
ardo
también, junto a él

yo, que soy el llanto
el eco evolutivo
la palabra NO
el revés de la mano
el relevo
decido
romper con esa cadena

demasiados siglos
de perversión y de aguantar demasiado
sin mirar atrás
yo, elijo ser la palabra:
mujer, maricón, no sirves para nada…
y empatizar con las lágrimas
que tantos siglos y mejillas
han surcado

para venir aquí, a aprender
del camino que en silencio
tantas mujeres han recorrido
a reconocer mis privilegios
y ser también defensa
aliado, silencio
la palabra SÍ

yo que vengo del todo
prefiero redimirme
ser siglo entre los siglos
milenio
y aplaudir
llorar con mis defectos de hombre
pero ser hombre también…
aliado…
humano…
siglo XXI al fin
repito,
yo vine, como todos
a aprender





















DÉJAME

déjame ser
un grito de mujer
y unirme a ese roto coro de almas en lucha

déjame ser
un grito de mujer
tan alto
que se escuche por todos los rincones de la historia

déjame ser un grito de mujer
que tantos siglos, a ahogado el silencio

déjame ser un grito de rebeldía
y alzar el canto conjunto de la humanidad

déjame ser bandera
déjame ser voz
déjame ser madre, hermana, abuela, tía
déjame
ser ese grito
el que despierte de una vez por todas
las conciencias aún dormidas










Autora: Pura Salceda, España

LAMENTO
cae la noche sobre la boca del almendro
sus fauces hambrientas descubren sus cartas
ya no hay voz que reclame tus ojos
y no hay lamento
ya no hay lamento

cae la noche sobre la boca del almendro
y un frío hilo de vida se escapa
huye de los futuros recuerdos
fantasma eterno en sus manos
y no hay lamento

los cuervos rodean tus ramas
y tu alma serena en lo oscuro
ciegos ya los amores y los hijos venideros
pasto son de las llamas de la ira
y no hay lamento

una nada infinita nos reclama
pide a gritos lunas nuevas
fragmenta latidos inconexos
pasos no andados
y no hay lamento
ya no hay lamento en la boca del almendro.







SUS NOMBRES

nombres
dame sus nombres
dame sus huellas borradas
dame el fruto de su vientre


números son ya sus nombres
números como cristales en la garganta
como ladridos en la piel
jarrones ya sin flores
flores ya sin sombra

nombres como coronas
lápidas con nombres
un número petrificado
un pájaro seco

nombres
dame sus nombres
dame sus manos cortadas
innumeradas
una a una
rostro a rostro
sangre única de mi misma sangre.








Autora: Constanza Flores, Argentina

MUÑECAS

Bettina me tiraba del pelo
en la lucha por ganar
nos arañábamos la cara
peleábamos sin ropa
y sin miedo

con dientes de leche
nos mordíamos
los brazos
cuando los vestidos no cabían

en el juego
la batalla era de verdad

pero nos fuimos domesticando
entre retos y penitencia
entre misas y consejos
para hacernos niñas buenas

frotamos lo primario
contra animales domésticos
compañeros de nuestra niñez
y aprendimos a abrazar a los perros
con nuestros brazos cortos

frenamos la lengua
con cucharas de metal
y nos educamos en comernos las uñas
antes de contestar

todavía mordemos
la soga que saltamos
todavía llevamos leche
en los dientes afilados
pero nos quedaron los ojos fijos
como muñecas
que solo dicen “mamá”



























SANGRE

Sentadas a la mesa
la bendecimos con las manos unidas
mamá me pregunta cómo fue mi día en la escuela
la miro
solo puedo despegar los labios para soltar un “bien”
seco y vacío

ella me cree
y yo bajo la mirada al plato
¿cómo hablarle a mamá
si llevo un silencio solidificado
como una roca en la garganta
y desaprendí la tarea de decir la verdad?

quisiera contarle que manché con sangre
el uniforme de la escuela
decirle que hace unos meses
un chico más grande me tocó
y tuve miedo

necesito confesarle a mamá
que convertirme en mujer se me hace violento
que las miradas de los hombres me atemorizan
decirle que necesitaré una armadura
porque en la calle me siento amenazada

quisiera preguntarle a mamá
por qué a medida que este cuerpo crece y sangra
mi Yo se hace más pequeño
y parece desaparecer


Autora: Natalia Fernández Díaz Cabal, España

MUERTE CIVIL

La lluvia hambrienta
se niega a su papel secundario.

Y vosotros seguís
considerando la flor en el desierto
una excrecencia y no el milagro
que nos permite echar fuego
a la esperanza.

En la yema de mi dedo índice
donde el azúcar y los fluidos
desconciertan al paladar
suceden historias simultáneas
-táctil es la presa que trato
                  de recuperar entre el dolor
                                   y los muslos partidos-.

Algunas historias transcurrieron
hace tiempo.

Y yo las veo con la lente de aumento
de las lágrimas y del vino.

Del abanico se desprende
un coágulo
un resto menstrual
que la niña olvida
cuando la adultez
la ha forzado a ejercer el cinismo
en horas libres.
Despojada de quien soy,
impedido el esfuerzo
de que mi consciencia
me abisme en algo
que no sea el gris que presagia el abismo...
apaciguo mi viejo abecedario
mientras otros
inventan el lenguaje
de las concertinas.

Toda muerte civil
tiene responsables
que no aparecen
en las necrológicas.




















VOY A VOMITAR LA VIDA...

Acérqueme esa palangana.
Voy a vomitar la vida:
unos coágulos color café,
la infancia meticulosa,
la patada en la boca del
estómago de la verdad,
el útero poliquístico arrebatado
por los bisturíes en celo.

Voy a vomitar la vida
para detener o predecir
sus vendavales.

Porque ya agoté los recursos
para quedarme atónita.

Porque he visto el universo y la luz
manchados de vómito.

Vomito la vida.
Y la gelatina del lenguaje
se abre como un cielo bíblico
hasta que llueve sobre el desahucio puntual.

Partido en dos,
el tórax habla idiomas de cemento...

...que ni yo entiendo desde la penumbra
donde deslizan un informe
-ellos lo llaman así; yo, infamia-.

Vomito cosmos que algún
ojo ciego o virgen se atrevió a soñar.
(Acérqueme esa palangana...
para vomitar la vida o la muerte...)

En lo que queda de mi anatomía, desfilan noches temblorosas
a las que las heridas no arredran.




























Autora: Hilary Otto, Inglaterra

ATADA A LA TIERRA

Atada a la tierra
observo como los otros
vuelan, subiendo ligeros
al cielo a flotar.
Miran abajo
con ojos de clavos
y cuelgan allí, esperando.

La sangre me baja.
Pesa el cuerpo: me tumbo.
Me revuelco en el barro
hasta cubrirme de todo.
Fangosa, sucia
huelo de la vida
pero nunca la saboreo.















PANDORA CON LENTEJUELAS

Debe escaparse de la misma pecera
en un acto repetido (desde Pandora,
que fue la primera que tuvo la idea)
frente las caras de girasol
que quieren ver una lucha mojada
burbujas subiendo desde su boca
muda de pez.

Tiene menos de dos minutos
para encontrar la trampa de la caja
abrir la tapa y emerger, goteando
miseria desde sus muslos.
El público chilla, ella se queda
grabada, una sirena con cabello
serpentino.

La música también se repite.
Aretha, conmovedora, pide
respeto (solo un poquito)
en el fondo,
sumergido debajo
de gritos y pitos.
Plasmada contra el cristal,
una huella de palma.
Dos. La tapa vuelca
y una mujer asciende,
empapada en una ola de destrucción,
flequillo de perlas pegado a su frente,
con leotardo de color carne,
y delante de su concha diabólica
el público, por fin lleva la canción
                                        a las profundidades.
Autora: Sonia García, México

ERA LA TIERRA

Tenía la boca abierta.
La cabeza de la serpiente era el planeta.
Yo era la serpiente.
Por mi lengua caminaba toda la humanidad.
Sentía angustia. Miles, millones de personas de todas las épocas pasaban sobre mí.
Por mi lengua caminaban generaciones y generaciones, razas, épocas y tiempos.
Por mi lengua corrían carros, carretas, animales, caballos, coches, aviones, barcos y naves espaciales. A cada orilla de mi lengua aparecían estatuas de bronce, figuras de papel, miles de palabras, sentimientos, odios, placeres, manzanas, peras, naranjas y limas.
Cuántos sabores sobre mi lengua.
Entraban y salían de mí por encima del músculo húmedo y seco ya del tanto ir y venir del mundo.
Al fondo de la garganta se abría un arco, una puerta de entrada a donde llegaban todos. Más allá, mi faringe era un puente, el paso fronterizo hacia una ciudad antigua.
Pero la puerta no se abría, se quedaba cerrada para siempre.
La lengua era circular, por allí la gente pasaba y paseaba a sus anchas. Algunos cogidos del brazo, reían y cantaban. Otros se insultaban, algunos lloraban, los más sufrían.
Me sentía una puta a tiempo completo.







MI GRITO ES UN AULLIDO

Mi grito es un aullido
de loba
y un poema
que se escucha a lo lejos.
Como el dolor de ser
el llanto
el nacimiento
la orfandad
el miedo.
Amoroso deseo
del todo espero.
La soledad que curte
La soledad que suena
La soledad que escapa
por ventanas alegres
y noches presurosas
de lejanos ayeres

Silenciosa
la muerte
que llega
                    tan de prisa
Como si hiciera falta









Autora: Diana Reza, México

MIL RAZONES EN MI CUERPO O EN EL TUYO
                                                                                                     En cada golpe se escupe una palabra                                                                          Un color/un ápice de lo que eres En cada violación la superposición del ser Se eleva, entonces el mundo paralelo, onírico Quedará calcinado Si no fuere por eso la muerte, Por las formas forzosamente involuntarias Regresarías a casa/a tu ser/a tu centro
      DIANA REZA/ALEJANDRA VARGAS

ACTO I

Dudaste tanto en pregonar
                                     la mañana
como si tu cabello ralo
supiera la caída
Aun así…
            perseguiste los tonos
traslúcidos
               del día

Nada parecía darte
                  las respuestas
nada enmudecía tu presencia
          en las calles

                                           “Mariquita”
                              te decía tu madre
cuando sus ojos crisantemos
                        avisaban tantas llamas en el camino
aquel callejón
                repugnaba cada paso
cada luz
una calleja sin piedad
le conocían
¿por qué entraste en la escocida penumbra Mariquita?
¿porqué con tanta infinidad y artificio tu sollozo no dio para más?
Ni tanta palabra ni movimiento alguno
pudo bajarte las enaguas
todo tu universo
tus sueños tu boca
hicieron un manto sanguinario
un plasma en el asfalto



Acto II

Poco faltaba morir
y dejar que mi existencia
no tuviera nombre

Acordonar
la plegaria de mi madre
su roce
su escote
sobre mis párpados caídos
de infante
sus llantos
los insomnios
mitigando su dolor
entre mis sábanas
maldiciendo su miembro y el mío
la ausencia burbujeante
de mi padre
                                            QUE INMENSA IGNORANCIA NOS RECUBRE
                                                                      MONEDITA DE ORO
QUE EL PESO DE LA CULPA ES POCA
                                                  Y EL DESEO SANGUINARIO
                                                                                            CARNAL
                                                                    SEDIENTO
                                                                NOCTÁMBULO
                                                                          LO
                                                                          ES
                                                                       TODO
Aún con el estómago pegado
Al espinazo
Se siente el
                                                         HAMBRE
                                                                   COMO EL PERRO FALDERO
                                                                                               CIRCUNDANDO POR LAS CALLES



Acto III
Si hubiera sabido que a esto venía
a dejarme abrir las piernas
                                                como la res
A que otro se encaramara
sin piedad
sin siquiera percibir
que el cuerpo que ultrajaba
no le daría más que
parcas monedas…

Porque si bien
no he sido la
sobreviviente
sino un puñado de carne
viajando clandestinamente
en el mercado negro…

Si bien no he sido
el arrepentimiento de su hombría
qué pude esperar en los últimos minutos de mi vida

                         Tiempo
                                 Ilusión
                                       Vida misma
de todo aquel que acompañó
mi errante magnetismo
en las entrañas

           Pido clemencia
                    para todo aquel que calló
                                       soberanos del ladrillo
                                                                              anhelantes de la impunidad
















Autora: Laura Freijo, España

CASANDRA

Soy la que ve.
Más allá de lo obvio.
Lo obvio en sí.
La cosa y su representación.
Su símbolo y la señal.
Todas las posibilidades.
La única realidad.
Lo que es y lo que será.
Sus otras consecuencias
y dimensiones.
Sigo siempre la visión
que se manifiesta.
A su llegada,
la profecía,
penetra en mí
como la enseñanza
en el sabio.
La carne se abre,
recibe.
La sangre lee
y discurre.
La mirada sueña
la imagen y ya todo
lo sabe
para ignorarlo.
Ese es mi don.
Ese es mi reto.
Saber para ignorar.
Silencio que se funde
en el futuro.
Con el tiempo
he aprendido
que solo la llegada
de lo inevitable
puede generar
conciencia.
Por eso callo,
por eso y por los ángeles
de los diferentes
que abren sus almas
sin rencor.























FELIZ NOCHE DE REYES, REINAS

No estoy cuando me llaman
y estoy cuando no me llaman.
Las modas me fascinan
antes de que nazcan
y me cansan cuando se instalan.
Me produce verdadero estrés
imaginar que no puedo dormir
por el peso de mis sueños
y ya no salgo a correr,
no vaya a ser que a alguien
le dé por seguirme;
detesto los proselitismos,
incluso cuando se trata de footing.
De tanto en tanto escribo
-por dentro y por fuera
para relajarme,
aunque la mayoría de las veces
-lo confieso sin ambages
lo hago para comunicarme
con mis otras identidades
y con quienes tienen a bien
leerme para compartir
afinidades, discrepancias
y otras ignorancias.
Hace tiempo que no me enamoro
y tampoco lo echo de menos,
¿cómo echar de menos tanto
trastorno?
Ando algo espantada ante la tortura
de la palabra que detecto a mi alrededor,
el otro día unos jóvenes
hacían hogueras con diccionarios
y libros de historia
para encender sus cigarrillos.
Quizás es que me hago mayor
y al tener problemas en las rodillas
empiezo a tener dificultades
con el periscopio de mi mirada,
pero a mí me parece que algo
no va bien.
Algo profundo.
Algo como de alma.
¿Alma colectiva?
¿O será el inconsciente colectivo
el que desafina?
No sé.
Suponiendo que todos los seres humanos
queremos el bien para todos los seres humanos
-como principio fundamental ético
y de supervivencia de la especie
creo que fallamos estrepitosamente
en la aplicación de la bondad.
O quizás es que la superpoblación
mundial es insostenible
y los poderes fácticos andan preparando
un pequeño apocalipsis.
Un apocalipsis manejable.
Pero teniendo en cuenta
el origen etimológico
de la palabra en sí
poco pueden hacer las élites
para revelarnos algo que no sea
la obviedad de su jerarquía.
Claro que ya lo dijo el sabio,
el dolor es el megáfono que Dios
utiliza para despertar a un mundo
de sordos.
Por lo demás, se diría que hoy
es un día precioso,
brilla el sol de invierno en Barcelona
y aprovecho para saludaros
muy atentamente
y desearos
-como habréis deducido
el verbo desear no es uno de mis preferidos
pero de alguna manera tengo que decirlo
una feliz y mágica noche de reyes y reinas
tanto para vuestra descendencia
como para los niños y niñas bonitos
que todavía albergáis
en vuestros adentros



















Autora: Ana Laura López, México

QUIERO UN RINCÓN PARA MÍ
(Fragmento de la creación unipersonal “Más allá de mi rincón”)

Quiero un rincón para mí, donde pueda ocupar todo el espacio que me pertenece.

Quiero un lugar en mi espalda donde no sienta los nudos por los músculos esforzados.    

Necesito un rincón en mi cara donde cuelguen las mejillas, se restire la boca, se cierren los ojos y pueda dormir.

Necesito un rincón, aunque sea pequeñito, pero con aire natural de algún árbol que lleve a una nube, y de ahí mi pequeño espacio que es mío, donde quepa yo y mis anhelos, también los de alguien más, mi compañero y viajero. Que sepa acomodarse, callarse, cantar y no le dé pena gritar el cuerpo, aunque nadie escuche.

Que en ese resguardo el silencio pueda entrar, que golpe el cuerpo y mueva mi cabello que se convierte en ramas como mi columna.

Que en aquél resguardo me de oxígeno para vivir, amar, brincar, y poder estar conmigo misma.









MIS ANTIGUOS DIOSES HAN CAÍDO COMO BOLOS
(Fragmento de la creación unipersonal “Una flecha en mi cabeza”: En busca de Juana de Arco)

Mis antiguos dioses han caído como bolos,
estoy en el umbral de mis demonios un paraíso inacabado- sonrío- hay uvas mejores que te llevan al pecado - sonrío- ya no soy yo, me pinto los labios me saco un pezón - lo pienso- una copa de vino me llevará a otra parte de mí, dos, tres o más, no importa, quiero ser, quiero estar y no puedo.

Mis ojos atraviesan las paredes me sacan de aquí, niños gritando y llorando, yo parada en la puerta - sonrío- el sonido interminable de la angustia me marca, me absorbe, las puertas se cierran los sonidos se ahogan y no desaparecen - sonrío- acción automática para no morir en el intento de apartarme -estoy perdida -lo pienso -estoy perdida - lo pienso - estoy perdida -lo siento- estoy en blanco sin azul que me de tranquilidad, estoy con las voces calladas que gritan por el culo del deseo y los niños llorando.

Hay un eco
Todo se mueve.

Hay un vacío
Todo se cae.

Hay un silencio
Todo desaparece.

Mis antiguos dioses han caído como bolos.
Yo soy mi propia heredera.






Autora: Kathrin Schadt, Alemania

SUEÑOS DE LAS SEÑORITAS EN LOS SUELOS MARINOS (3)

¿cuando ella se va a dónde? se va a donde quiere
devenir la gran amante del país quiere ser cada chica
dijo mamá blanca como la leche es su piel un valor tesoro
donde solo un estudiante de medicina debería anclar
y no el anzuelo de un sucio marinero fregador de tablones
con las manos gordas y moradas y pinchadas las muchachas
de los cuatro vientos: dejadlo que se largue él
dijo mama izad velas vastas contra sus miradas
huyendo hacia vuestros puertos donde gira nuestro mundo
en círculos estrechos y sus pequeñas vueltas nunca en alta mar
los cabellos al viento la hija todavía derrochaba su mochila
llena de viajes sobre hombros y en brazos negros
como tinta un marinero en cada mano
alejarse de la tierra firme fue el sueño de la madre
hasta que también para ella el telón
un buen día dijo
mamá
caerá












SUEÑOS DE LAS SEÑORITAS EN LOS SUELOS MARINOS (5)

¿cuando ella se va a dónde? se va a donde quiere
a donde cerrar la clajeta nunca en la vida la llevaría
dijo mamá serrando siempre la lengua de la hija
y la propia boca con razón a la sombra
de temblorosos abanicos en sofocantes mediodías
cuando la ciudad recluía sus sombras en patios traseros
soportaban el silencio que engañó a sus habitantes
sobre el disgusto detrás de la boca tapada brotaban las palabras
retenidas fluidamente a través de los dedos de la hija
incómodos aludes como después de chaparrones
revolvían charcos largo tiempo dormidos por arriba
y abajo todo lo malo de este mundo dijo mamá
pero el cosmos todavía tiene en cuenta el orden de sus vueltas
dijo mamá y una chica tiene que sentarse ocultando sus manos
bajo un cojín y el dedo este dedo tiene que callar ahora
nunca más gesticular berrear maldecir a los cielos
el sistema que vivimos está esculpido en la piedra
dijo mamá una inscripción para su tumba
si la chica queda incapaz de tragarse la protesta
hacia atrás a su fuente pero las palabras clandestinas
caminan por rincones buscando hendiduras
donde el polvo levanta nubes futuristas que traerán la lluvia
porque humillarse en silencio colectivo
siempre fue el sueño de la madre hasta que también para ella el telón
un buen día dijo
mamá
caerá





Autora: Marlene Denis, Cuba-España

QUE NO TE LLAMEN PRINCESA

No permitas que te pongan etiquetas.
Eres más que un simple detalle de cortesía.
Que no te llamen princesa.
Que te digan guitarra
                     amazona
                     hemisferio.
Que te digan calle
                      ola
                      espacio sideral.
Que te digan grito
ácido sulfúrico
alto voltaje…
pero que no te ridiculicen
llamándote princesa en estos tiempos
donde eres ráfaga y canto
a punto de conquistar las estrellas.










LAS LILAS VUELAN EN DÍAS AMARGOS

Tengo los pulmones en lila
y grito con toda la ferocidad
                          que el amor me dispensa.

Grito con las cuchilladas del asesino en mi garganta
desde la voz del silencio
desde los jardines violentados en la sombra
donde deambulan los demonios y mi sangre.

Grito porque no puede ser de otro modo
al cielo que lacera mis migrañas
                              y da paso a las coartadas del infame.

Grito porque no puede ser de otro modo
al aire que oxigena los delirios
                               y da paso para que dance la navaja.

Grito porque no puede ser de otro modo
al fuego que destruye la evidencia
                                y da paso a la presunción de inocencia.

Grito porque no puede ser de otro modo
a la tierra que acalla las voces del reclamo
                                y da paso a la injusticia del crimen.

Grito porque no puede ser de otro modo
a mi oreja donde gritan las magulladuras del verso
para que recuerde que en un femicidio nos matan a todas
                                                       y dé paso al clamor de las aves.

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