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Poemas Grito de Mujer 2018-Cajamarca






El Corazón del Sol


Pues eres tú quien formó mis riñones,
quien me tejió en el seno de mi madre.
Te doy gracias por tantas maravillas,
admirables son tus obras
y mi alma bien lo sabe.
(Salmo 139:13-14)
Cuando la oscuridad invade mis entrañas,
Sombras turbulentas succionan la mañana;
El abismo se abre ante mis ojos
Extiende sus tenebrosas aguas
Sobre el cuello de mi alma que aúlla
Sangrando un dolor sin tiempo;
Innombrable profundidad sin fondo.

Entonces se rasga el firmamento
El Rostro Destellante de la Luz
Remece todos los cimientos.
Mientras navego en el Océano de tu vientre
Mi sangre vas tejiendo en silencio
Mi carne vas bordando en secreto.
Mi pequeño rostro sediento
Aspira la Vida del Manantial del Universo.
Tu sonrisa victoriosa se abre
A la Infinitud del Amor
Te observo crearme danzando
En el Corazón del Sol.

KARINA BOCANEGRA
Trujillo – Perú







ZANJAS ABIERTAS



Zanjas abiertas
en lomos tiernos
Diluviados arco iris
cristales rotos
zanjas Rosas en avance azuladas
tornan gualda el miedo
la congoja
Estropean esperanza
ruegos de confianza
Nunca más
Ni una menos
sofistas promesas
Espanto intermitente
ramalazos prolongan estertores
laceran agónicos perdones
No relevan las sanciones
CULPABLES
por acción u omisión
prevarican magistrados
Vidas en vida truncadas
Misógina insanía.

 

ELDI TORO   17/02/2018
Lima – Perú –








LA MADRUGADORA




Cada madrugada,
cuando los dedos del alba
 arañan la oscura colcha de la noche
y los gélidos tentáculos del viento
penetran, sigilosamente,
por los jirones de la ciudad,
desiertos,
salvo por un perro ocasional y los borrachos,
viene María, descalza, apurada y a medio correr,
bajando desde su choza, triste y precaria,
en un barrio sin luz, sin desagüe,
y sin agua potable siquiera,
con su carretilla, gimiendo por falta de aceite.
Va rumbo al mercado
 —hormiguero revuelto de gentío,
con altoparlantes vomitando música estridente,
noticias de choques, muertes, robos y asaltos—
para vender comida en la vereda:
caldo verde, frito,
mondongo con papas sancochadas,
 y papitas calientes con rocoto
—potajes que ni ella, ni sus hijos, probarán,
porque, aunque sean ricos,
son solo para los clientes—.
María y sus hijos se tienen que contentar
con sopa de chochoca y pan duro de ayer.
Siempre le acompaña Juanito,
de cinco años y demasiado niño
para quedarse en casa solo,
más Elsita, nueve;
lisiada a causa de un accidente.
Fue tropezada por un camión,
manejado por un muchacho inexperto,
—el dueño estuvo atrás,
borracho y roncando sobre sacos de papas y maíz.
Se despertó en un eructo de ajos y cebollas,
mentadas de madre y amplio comentario soez—.
No hubo dinero para rehabilitar a Elsita
y, por supuesto,
el dueño del camión nada les dio,
 sino, más bien, huyó, se perdió,
y nunca se supo a ciencia cierta quien lo había sido.
Quedan en la choza Pedro y Alicia,
escueleros que estudian medio día.
Cuando no está en la escuela,
Pedro es lustrabotas en la Plaza,
mientras Alicia compra alguito y cocina.
Desde antes de que Juan naciera,
fue abandonada la María por un marido
 que solo supo darle, por violación,
otra criatura,
más gritos y palizas en sus borracheras.
Él ya tiene un segundo compromiso
y vive bien a costo de la mujer aquella.
Ahora sola, María no sabe qué es descansar,
ni tampoco de las jornadas de unas ocho horas,
establecidas por ley,
ni de un sueldo mínimo o de un seguro social,
y, mucho menos, de un mes de vacaciones,
de los domingos o de los feriados.
No sabe más que del trabajo:
vender su caldo en las mañanas,
en las tardes, lavar ropa y, en las noches,
mientras pela papas para el día siguiente,
cuidar a que sus hijos estudiaran
a la luz de un humeante candil.
Además es solidaria con una vecina enferma
—quien tose y tose en su cama miserable
y toma el caldito que María le prepara.
No hay dinero ni fuerzas para ir al hospital—.
Luego, exhausta, María duerme.
Su labor es dura y tan mal remunerada
que no alcanza, ni en broma,
para conseguir la canasta familiar
—cosa que a ella y a sus hijos les pareciera
un banquete hasta desbordar—.
Pero, María va siempre adelante
para criar y educar a sus hijos.
No mira atrás con remordimientos,
no lamenta su mala suerte.
Su meta es lograr
que cada uno de sus hijos sea
alguien
y con valores.
Por eso, día tras día, para trabajar
y ganar unos cuantos soles,
María madruga.



MIGUEL GARNETT
Cajamarca, Perú 06-03-2018.









EQUILIBRIO



Más que pensar, siento que la vida siendo a la vez el misterio más requerido para descifrarlo, es también el detalle aparentemente más insignificante: contemplar una minúscula flor en algún cerco, en un matorral, detener la mirada en ella y percibir que en esa miniatura están plasmados todos los misterios de la grandeza del universo, y siempre concluyo que es armonía, belleza; también hay lucha, desarmonía pero siempre para lograr un equilibrio. Es cuando mi espíritu calla y contempla,  pues la vida es inefable.




SOCORRO SATTUI MEZA
Cajamarca - Perú








Principio del formulario
SHIPUNA



Hablase del estropajo espiritual:
aquel relajo artesanal
que se cuece diariamente en el atisbo de
los fogones;
acariciando la aurora de cada faena.
Shipuna, pequeño gesto de ternura,
sudor de manos andinas trabajadoras;
raciocinio divino de la siembra y de nuestra historia.
Shipuna encantada
Compañera de la leña, el tizón,
El toto y la olla de piedra
Shipuna, formadora de ternuras
Y de tantas tertulias de la familia;
Hacedora formal de la oralidad,
La propia sazón de los siglos.
Shipuna:
Una jornada musical de la leña
Del hollín, la olla - cashua –
Sentimiento racional
De las mujeres de la tierra.
Shipuna …
Harapo incoloro, amiga de tantas dulzuras
y soledades…
protectora ingenua de la prosa
la poesía: necesidad y hambruna  ¿…?
Documento infinito para seguir leyendo
Shipuna:
Cuando las manos andinas acarician
el vapor de la olla … bendita comida de la mañana,
… aparece tu rostro con el mismo esplendor del día
Entonces la imaginación d fogón,
Y el conjuro del tercio de leña
Conviértanse en la nueva oralidad del carbón y ceniza.
Shipuna:
Ningún diccionario o poeta te había mirado
sólo el fogón, el toto, la olla
y las manos de aquella mujer sencilla ¡…!
te mantienen viva y auténtica… todos los días
y aún eres parte de la costumbre yd e la historia.
La nostalgia de mi pluma y la alegría de mis versos
Llegaron para esculpir la sencillez de tu rostro,
Salieron a tu encuentro para
Expresar la humildad de los versos
¡de la vida misma!...
Ahora sabes a poesía
Sonríes con os dientes de shipuna
Y eres la identidad:
Parte del sol, la luna y la tierra.
Apareces en las páginas de una helada
Y el frío de las alturas.
Shipuna:
estropajo silencioso de la cocina
protector de incendios
poesía… sólo poesía
hipótesis de una nueva literatura



VÍCTOR MANUEL BARDALES LEÓN
Cajamarca - Perú








MAR




Quiero la paz del agua brava
y no la calma de un silencio,
por qué será que toda batalla
tiene un final y un comienzo.
Guerrear en paz y no con calma
es luchar con ideas y sentimientos
poner vigor y amor, poner el alma
crear tempestad a cuatro vientos.
Será que el acomodo a veces gana
juventud o madurez que nos engaña
o que sólo se persigue buena paga?
Quiero beber del agua franca
y sentir la paz de quien no desmaya
así este sentada en una perdida banca.



LUISA BOGGIO CARRILLO
Lima - Perú

¡CALLAR DUELE MÁS!




Niña mujer, vives  sola y olvidada
En la última casa de un cerro  inhóspito
Soñando con un palacio de cristal
Niña mujer  que vienes y vas,
por una rustica escalera amarilla
que se desastilla de tanto dolor.

Niña mujer,

Las lejanas luces de la ciudad
Se cintilan en la noche cargada de niebla
Trituran tus ilusiones
Al amanecer no tendrás agua para beber
Ni un mendrugo de pan en tu mesa

Niña mujer

Tendrás  que correr al último paradero del bus
¡Tal vez haya trabajo!…
Tal vez  alguien te de trabajo, sin pedir nada
Quien te prometió amor eterno te dejo sola
Con huellas en el alma y en el cuerpo
Con golpes certeros.

Niña mujer

Tuviste suerte de no morir…
Tus gritos no se ahogaron en sangre.
No te asfixiaron manos infames…
Cuanto tiempo pasará para el viento helado
De los cerros te lleve y emplace
Frente a dos leones de cemento gritando ¡Justicia!
Frente a las gradas tapizadas con lágrimas
de un poder judicial  que tiene ojos vendados
que perdió su balanza de justicia

Niña mujer

Levanta  tu voz doliente
¡Niña mancillada!
Camina con la frente en alto
y gritale al mundo que ya es tiempo
de zurcir sueños porque tienes un corazón
que late, que nadie podrá matarlo.

No estás sola
Un mundo de mujeres siembra esperanza
En un mundo violento, y teñido de sangre.
          No calles más…




ALEX MENDOZA SALAZAR
Cajamarca Perú









¿Lidia?




Dulce hebrea, 
penumbra de la tarde,
con un sudor y con lodo salpicada.
En tu heroica fragilidad vas repartiendo
de tu cántaro oscuro y milagroso
porciones de agua fresca y esperanzas

Atrevida y voraz mirada altiva
de altivo egipcio codicia inútilmente 
perturbar el torrente de tu sangre.

Entre obreros y ladrillos te deslizas,
opacada por la sombra victoriosa
del magnífico guerrero que, en tu alma,
tiene fija una espléndida morada.

General en jefe que, con ritmo de trompetas,
hizo polvo la ciudad amurallada

¿Lidia, fuiste? Tu nombre una metáfora.
¡Cuánta mujer sin rostro hay en la vida!




NIMIA MORALES.
Cajamarca – Perú







A propósito del Grito (de mujer)


Todo grito es llamativo para jalar la atención,
que llegue hasta el corazón, sin quedarse en el oído.
¿Por qué es necesario el ruido y no hablar despacito?
¿Por qué no hablamos bajito... como voz de enamorados?

La gente cae a todos lados y olvidó andar de frente,
parece que no es consciente lo que aprendió del abuelo:
pisar bien en todo suelo, aunque esté resbaloso,
callando al escandaloso si necesita de ayuda.

No es necesario que acuda haciendo mil aspavientos,
cual mocosos piquichentos que se hacen necios por nada:
en silencio, a la volada, salvemos al que ha caído,
con su traje ya raído y hambriento desde hace días:

que escuche las melodías de nuestra alma y corazón...
¡Que no sienta compasión sino verdadero amor cristiano!
¡Démosle alegres la mano, ya sea hombre o mujer
y aplaudamos su crecer... por su riqueza interior!

Que no se sienta inferior sino que somos hermanos,
que al estrechar nuestras manos comulguemos ante Dios:
y que las almas de los dos sean ejemplo a seguir,
hasta poder conseguir acallar bien cualquier grito.

Que con corazón contrito corrijamos la exclusión.
Que nadie tenga razón si pretende marginarse:
hombre y mujer hermanarse, perdonando nuestras fallas.
¡Será mejor si tú callas... de la paja en ojo ajeno!

GUILLERMO BAZÁN BECERRA – 2018
Cajamarca Perú







Mujer,
mi voz busca tu voz
mientras mi oído
se hace terso al sonido de tu acento,
mientras mi mano
busca el sostén poderoso de tu mano.
Ven,
llámote en hermandad,
en comunión de verbo y de palabra.
Ser mujer es ser luz,
es ser esencia,
es ser eternidad.
Hermana de ideal y pensamiento,
yo te convoco
para que hagamos juntas el camino.
!Eres tan importante en la jornada!
Tu paso junto al mío
hará que se transforme la montaña.



DINA AMADA SÁNCHEZ BACA
Trujillo – Perú








Mujer Corazón 




Cuanto más grande es el corazón de la mujer;
más excelsas son sus acciones.


El valor de la mujer nace en su propio corazón.
Él abre su puerta…
Se ilumina
y paso a paso
ingresan los sentimientos y emociones
que han nacido de las palabras…
Su corazón late al ritmo de esas palabras
que danzan en su cerebro infundido.


El cerebro infundido minuto a minuto
otorga felicidad al corazón fortalecido,
embebido de un néctar milagroso producto de la danza esplendorosa de
palabras mágicas, divinas, milagrosas que perpetúan en el alma que al viento
mágico y misterioso danza bajo los árboles azules junto al lago creativo de los
sueños de niños que ríen con el eco y juegan con su lago espejo dulce y
transparente.


Resultan pues las acciones espirituales, en consecuencia.
Resultan pues las danzas sobre hielo misteriosamente milagrosas.
Resultan pues, esbozadas las sonrisas permanentes en las almas.
Resultan pues, los caminos diáfanos bellamente dibujados, milagrosamente
recorridos con fresco rocío en las mejillas.
Resultan los trampolines hacia el cielo.
Resultan los sagrados sacrificios para el cielo en un manto.
Resultan claros los ojos viendo las almas.
Resultan los sueños palpados en las manos y compartidos con los hermanos.
Resultan también los libros inmortales
y las danzas de palabras que son ecos en las vidas
de seres que están al borde de la peña olvidada del amor.

Resultan las fuerzas
bajo la luna llena en una noche fría de hospital


o los pasos profundos de una niña un poco grande
que siguió una mariposa celeste zigzajeante
y ahora es más fuerte colocándose nuevamente
cada hueso en su lugar
y da un paso más a la vez
tragando lágrimas oscuras
y esbozando una sonrisa optimista y victoriosa.
Resultan los niños moldeados que carcajean a la vida
pensando sólo en el hoy, sin ayer, sin mañana.
¡Solo en el hoy!
Resultan madres tan valientes
que cobijan a un veintenar de niños en su solo regazo.


Resultan nobles damas que transforman sus dolores en victorias.
Resultan doncellas que salen a flote desde el fondo del lago.
Resultan mujeres chasquis que corren montañas enteras
y elevan alto nuestra bandera.
Resultan “madres mías” que caminan lento ya, pero tan firme.


Resultan pues, flores de distintas variedades y colores,
todas bellas, todas tan “humanas” y olorosamente naturales.


Si, por el contrario, se apaga el corazón…
Él es sometido a cerrar su puerta.
A golpe de insultos, de improperios,
de miradas indiferentes de la “nada”,
de una y mil preguntas sin respuestas,
de frases acortadas por la mitad,
de gestos que son palabras que laceran,
que bosquejan en el cerebro …
sombras que hieren al corazón vulnerable
que se desinfla con cada gota de sangre
que escurre con cada palabra
que taladra, cual dardo sangriento, al corazón.

En consecuencia:
Sombras son sus acciones.
La mujer existe en pena y
se ha olvidado ya de vivir y
sólo deambula…
por las lobregueces de las vidas que se asemejan a la suya.


Si el cerebro de la mujer decreta para sí;
su dictamen auto destructor o peyorativo,
ese cerebro cree en el dictamen
e igualmente su sombra actúa en el tiempo que no es tiempo.
En el tiempo que se escurre de las manos irreparablemente...


A veces es una estatuilla de porcelana
y es lanzada y hecha trizas
llora mojando el suelo oscuro y yerto;
otras, lloran sus almas queridas sobre su tumba socavada.


Si en el corazón de la mujer no se esparcieron las semillas irremplazables;
no habrá flores ni fragancias que lo inunden…
y que inunden almas al contemplarlas…


Sólo hay que elegir la senda azul, sin siquiera pestañear.



SILVIA FARFÁN CEDRÓN
Cajamarca – Perú








Mujer



ujer…
Silencio  del viento, caricia del mar
vas tejiendo en la noche
tu lamento y tu soñar…
y entre pétalos de lluvia
vas recogiendo en tu cesta
los suspiros del rocío
que acarician tu cantar.

Mujer…
Regálame en tu mirada
el sueño del picaflor,
y viste alas de seda
con trinos hechos canción,
con un cetro de esperanza
y una lágrima de amor…
                                                                                   

DEILÚ ELIZABETH OLIVEROS SOTO
Cajamarca –Perú









Mujer



Mujer,
¡esbelta en tu corazón! 
camino,
montaña,
cielo alcanzado por divinas torcazas.

Hay en ti 
hermandad en el tiempo.
Eres 
suma,  
creación genuina y compañía. 

Sea tu paso 
eslabón en nuestras manos, 
sostén,
misión y caminos de luz bajo algarabías de azules cantos.

Un mundo al que llegamos en horas blancas
fue coincidencia pactada 
de milenios guardianes en hora exacta.

Al final,
el terruño mira el tiempo andado... 
el cielo así te ve
celadora que ama 
y protege en tu seno terráqueo, 
dadora de vida y eternas alabanzas.



SOL BECERRA CELIS
Cajamraca Perú






DOS MADRES



Dentro de mi hierve la gracia de la nada
río a carcajadas y sucumbe mi alma
que no es alma, trapo viejo.
Relincha  la oquedad de la sirena
se pierde en la  ola brava
estrellándose una y otra
una vez  más, una vez más
en el muelle del olvido

Retazos los que quedan después de
hurgar en la basura
destapando botellas con orines;
las venderé a 30 céntimos
la hora de mi aliento
perdido en la nostalgia
del carro recolector
que recoge los restos
de mi cuerpo.

Es una mañana serena
preparo un vaso de arreboles
un tantito de esencia coronada
con el fósforo de mis huesos;
me lo bebo poco a poco
y descubro la firmeza de mi piel
la celeste melodía de mis veredas
el rostro devuelto en el espejo
la canción oculta de mi rodilla
las maravillas de mi cartera negra.

Vivo en este universo
dibujado por mi, cuando era niña
pensado por mi abuela
borrado por mi madre
vuelto a nacer entre mis dedos;
escribir mi propia historia
con los versos de mis dos hijas
mis niñas  de  cristal
y corazón de fuego



ISABEL BARRANTES ZURITA
Cajamarca,  Perú 7 de marzo del 2018









VIRAJE!

A ustedes Hombres me dirijo
y espero entren en razón,
tengo un sentimiento fijo
que viene del corazón.

No se valen los abrazos
las flores y los perdones.
Esos son pálidos trazos
de incompletas emociones.

Si bien sabes el valer
de nuestras bellas mitades,
el Homenaje a la mujer
debe ser, con las Verdades.

El Homenaje Verdadero
que les debemos brindar,
es ese cambio sincero
en nuestro modo de actuar.

Que se termine el ACOSE
al sexo no hay que obligarlas,
Con amor, que ella lo goce
así debemos amarlas.

Y tratarlas con RESPETO
nada de insultos e injurias.
A tu ira ponle veto
vasta ya, de mas penurias.

Que acaben las VIOLACIONES
que obremos con dignidad,
que hayan nobles emociones
con amor y honestidad.

Que su vida, la respeten
que sus instintos bien aten.
que sus maldades las veten
por favor... YA NO LAS MATEN !

Para que vivan felices
hay algo que hay que hacer,
no mas CUERNOS Y DESLICES
se muy fiel a tu mujer.

Este es el Homenaje
que deben de recibir.
Dale a tu vida el viraje
y felices van a vivir


 
Con mucho amor para todas
EDGARDO CANCINO CRUZ








UN HOMBRE



Un hombre gris soñó una tarde con una mujer buena y bonita,
la mujer bonita le dijo en el sueño: “eres soñador”;
tronó los dedos a punto de temblar todos los momentos que le hicieron daño y no ceder a ese momento que no es dolor,
que por ser dolor no
La mujer bonita y suave,
la mujer-Dios
lo arrojó de su jardín secreto
El hombre gris se tendió al pasto
a mirar su ausencia en las aves negras,
en el cielo a punto de caer,
el cielo gris
No escuchaba su voz suave
ni su perfume
que esa tarde no olió
como todos los días que pasó con ella
El césped de su casa blanca
y balcones celestes y puertas. amarillos jazmines
Un abrazo de su hermano menor,
por nada acaso
Ella nunca salió de la sala
y el hombre gris seguía pensando
sin poder dormir,
tendido sobre el pasto
tarde 5
Esa noche dejó de soñar
el hombre gris
con la mujer bonita que se dio cuenta que él soñaba
porque él se lo dijo
y ella se lo dijo



Jack Farfán Cedrón; Pasajero irreal (2005)
Cajamarca Perú












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