Poemas Grito de Mujer 2017 Logroño La Rioja España
Noemi Calvo
Madre no me quiere
Madre no me quiere,
no nací varón,
orgullo de estirpe no soy,
ni se valora mi trabajo.
Apenas me tengo en pie,
y madre me carga de pesos
Llevamos el agua al hombro
desde bien lejos.
Muchas abortan niñas
en el pedregoso camino hacia la fuente.
Sé que madre no me quiere,
pues le estorbo y no le valgo.
A veces, en la penumbra
cuando todo oscurece
les oigo hablar de mi esposo,
de cuantos haberes tiene
y si serviré a sus propósitos.
Hoy vierto un río rojo
de mi entrepierna.
El miedo se hizo mi amigo
y hoy de nuevo me acompaña.
Hay revuelo, preparan fiesta.
Son mis aciagas nupcias.
He visto la foto del viejo
que me tomará al final del día.
A la noche, a veces, en la penumbra
además de sangre, vierto lágrimas.
El dolor insoportable se mezcla
en mis enaguas con sudor hediento
de viejo con babas.
Madre no me quiere.
Tengo ya tres faltas.
Quiero que venga un varón,
si es niña,
entre sangre muerta nazca,
que no quiero más infiernos
para quien de mis entrañas salga.
Madre no me quiere.
A escala mundial, más de 700 millones de mujeres que viven actualmente se casaron siendo niñas (con menos de 18 años de edad). De estas mujeres, más de 1 de cada 3 —o bien unas 250 millones— se casaron antes de cumplir los 15 años. Las niñas casadas no suelen tener la posibilidad de negociar efectivamente unas relaciones sexuales seguras, lo que las hace vulnerables ante el embarazo precoz así como ante las infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH [6].
· Unos 120 millones de niñas de todo el mundo (algo más de 1 de cada 10) han sufrido el coito forzado u otro tipo de relaciones sexuales forzadas en algún momento de sus vidas. Con diferencia, los agresores más habituales de la violencia sexual contra niñas y muchachas son sus maridos o ex maridos, compañeros o novios [7].- Datos de la ONU
Sin Raíces
Lourdes Cacho Escudero
No concibo el silencio
que pone rejas a un cuerpo desnudo
que ata las caricias a la espalda
que abre las piernas a golpes.
Ni la mirada sucia
que convoca a la muerte de unos ojos
y cierra el paso a la luz.
No concibo unas manos
que amasan la tortura
ni al sexo que modela una esclava
ni la boca que somete a los besos
a la fría ignorancia
de una obediencia marchita.
No entiendo la soberbia que deshoja
todas las primaveras de una niña
para darle un invierno sin raíces
Muñequita
Noemi Calvo
Muñequita de trapo,
voy a vestirte de fiesta,
para que conquistes al príncipe.
Ven, mete la manga,
¿no sabes?
Yo te ayudo.
La falda es muy corta,
¿le gustará al príncipe?
Ven, muñequita,
voy a limpiar la sangre,
y a curar heridas
que te hizo
el hombre malo.
No llores muñequita,
que le gustarás al príncipe.
No lo cuentes a nadie,
solo es sangre
bajo la tripita.
No le cuentes nada a mamá,
se enfadará
y te dirá “¡mentirosa!”.
Ven, muñequita,
te arrancaré el vestido,
y te pondré andrajos
y la cara fea,
llena de pintarrajos...
te cortaré el cabello,
y quitaré los lazos
y así,
ni el príncipe,
ni el hombre malo,
te harán más daño.
María José Marrodán
Niñas De Ébano y Marfil
Todo el sol del universo en sus ojos.
Un estallido de luz su sonrisa.
Su inocencia manantial de porvenir.
Niña de cobre, de ébano, caoba,
Niña de agua y de violetas, igual
que la niña de loto, jazmín, clavel;
que la de narciso, lis, tulipán;
en todo similar a la de ceibo,
orquídea, flamboyan.
Y pese a ser todas flor y ópalo del día
en nada se parecen sus futuros,
sus nombres, adjetivos, su destino.
El afán de sus hombros, el mana
que han de comer, el vestido, las letras ,
las llagas, ese ala que es la libertad.
Y todo sol, el universo de sus ojos.
Y todo luz, sus sonrisas.
Y todo expectación, su inocencia.
Y tú y tú y tú, amotínate.
Seamos su eco, icemos la voz,
desbaratemos la serpiente del miedo,
abolamos los números irracionales
los verbos condicionales e imperativos
de sus horas de esperanza.
Que nuestras manos laboren la espiga
de la dignidad, la mies de la igualdad.
Tú, y tú y tú, alcémonos
por todas las niñas que son presente
de indicativo; arquitectura del aire;
futuro perfecto; albedrio en el agua.
Tú, y tú y tú, alcémonos, por ellas:
Niñas de cobre, de ébano, caoba,
Niñas de anastasias y violetas,
niñas de lilium, narciso, clavel,
de loto, jazmín,flor de mayo,
de lis, tulipán, orquídea,
Niñas de ceibo y flamboyan.
Y Tú, y tú y yo, por ellas.
Isabel Blanco Ollero
Mi Nombre Es Salwah
Es posible que se acerque el mediodía
y que yo ni siquiera contemple la tarde.
Me acunan todas las madres antiguas,
me aguardan las absoluciones del tiempo.
Mi nombre es Salwah.
Como en un carnaval en el centro de un bosque
nos ordenan por números disfrazados
y máscaras entrecortadas, ávidas de cielo,
de una sancionada verdad en las cumbres internacionales.
Pero todo es mentira, cloro de ciudad
donde la noche es metralla que desviste
infancias y el cuerpo más níveo de la esperanza.
Pero, dime, dónde la luz y el milagro de las madreselvas,
me puedes decir dónde la parábola
que sostenía tu boca y tu pluma firmando acuerdos
y tareas salvadoras. Dónde acampáis, en qué susurro, en qué garganta
ocultáis el manifiesto de vuestros dioses parlantes.
Y te digo, mi nombre es Salwah.
Yo sigo cerca del polvo, a la sombra de los mares
que no reconocen a sus ancestros. Mares de engañosas ubres
para con niños leves. Niños pájaros, niñas niebla,
niños agua.
Y yo habito junto a las vías de un tren derrotado,
junto a la herencia sin alma de la vacuidad. La misma
que florece de vergüenza en las reglas
de todas vuestras naciones.
Mi nombre es Salwah. De esto hace ya tres años
y el color que nos incendia a los desplazados
ya no anhela más patria que aquella
que amorama el enemigo.
Dónde la parábola que sostenía tu boca y tu pluma.
(Poema ganador en la 93 edición del Certamen PALABRAS PRESTADAS organizado por la editorial Cuadernos del Vigía-Marzo 2016)
Julia Baigorri Jalón
A una niña de sueños rotos
Se acurruca llorando en el sucio jergón
mientras hila sueños azules
y sueña con noches de luna y luceros.
Era un atardecer de un día como tantos,
y caminaba airosa a buscar agua
con el bidón de plástico sobre la cabeza
y una canción en sus jóvenes labios vírgenes.
No temía a la noche ni a la selva.
Conocía sus caminos y susurros,
el chillido de los monos, la falsa risa de la hiena,
los pasos tímidos de la jineta,
el monótono canto de los malimbes de pecho rojo.
Ya de vuelta, vislumbró tras los baobabs del camino
un extraño resplandor de fuego sobre su aldea .
No vio llegar la sombra amenazante
que la seguía sigilosa. De pronto el rápido ataque,
su caída al suelo, las manos crueles arrancando sus ropas,
la embestida del animal con aspecto de hombre,,
el dolor punzante, la vergüenza infinita.
Su poblado era un baño de sangre cuando llegó,
y sólo pudo ver a sus padres muertos,
a sus hermanos llorosos atados en una camioneta,
a sus amigas, camino como ella del cautiverio.
Ahora, se desvive día a día en la sucia cabaña
que la encierra, donde se refugia tras el duro trabajo
y donde su amo la visita y utiliza como un juguete roto.
Huye de su presente amargo pensando en la selva,
en su aldea, en los lagos de estrellas,
con el sonido de su río verde con ansias de mar
y el barritar de los elefantes en sus oídos.
“Creo que hoy es mi cumpleaños”, pensó. Y sus 12 años
le pesaron como 12 siglos sobre su cuerpo cansado,
sus manos ásperas, su entraña muerta, sus sueños rotos.
Esther Novalgos Laso
Yo Grito
Yo grito por las almas indefensas
a quienes calla el miedo.
Grito por los personas oprimidas,
por las niñas sin sueños,
por los pueblos enfermos
de alimento y de letras.
Grito porque no falten las escuelas,
porque sean los libros el pan de cada día.
Grito y gritaré siempre
por las mentes heridas,
por las manos esclavas,
por las vidas sin vida,
por las viles patrañas
de quien causa la herida.
Grito porque haya un mundo sin fronteras,
porque en él, para todos, se implante la justicia.
¿Por qué es tan hosco el tiempo?
¿por qué la fe tirita?
¿Por qué la luz se esconde
y la luna agoniza?
¿Por qué hay cielos con nubes?
¿Por qué la voz se irrita?
¿Por qué hay caminos yermos
y esperanzas dormidas?
¿Por qué la luz se apaga?
¿Por qué la PAZ se agita?
El mundo es para todos y es de todos.
¿Por qué no unir las manos hasta alcanzar su cima?
Luis Miguel Oraá
Grito cifras
6 de cada 10 niños en el mundo entre 2 y 14 años
sufren maltrato físico a diario
Cada 5 minutos 1 niño muere a causa de la violencia
En el 2012, 95000 niños y adolescentes menores de 20 años
fueron asesinados
El 98% de las mujeres y niñas somalíes ha sufrido mutilación genital
El 45% de las niñas son obligadas a casarse antes de los 18 años
Según la OMS, entre 100 y 140 millones de chicas en el mundo han sufrido algún tipo de mutilación genital
El conflicto de Siria, se cobra la vida de 10000 niños
Hasta 30000 niños forman parte de las milicias del Congo
Rusia quiere que no sea delito pegar a la mujer "una vez al año"
En el parlamento ruso 368 votos a favor, un voto en contra y una abstención.
La Iglesia ortodoxa rusa, cada día con más influencia, apoya esta iniciativa y cree que es disculpable "el castigo corporal" si es "razonable y se hace con amor" porque "es un derecho esencial dado por Dios".
En Europa, según revela el estudio de la OMS, estima que, de entre los más de 18 millones de niños que lo sufren, alrededor del 29,1% padece maltrato emocional, un 22,9% experimenta maltrato físico y un 13,4% de las niñas sufren abusos sexuales
Cifras y cifras que todos los días oímos sin darnos cuenta,
niñas violadas, vejadas, explotadas sexualmente
mujeres maltratadas física y mentalmente
vejaciones, maltratos, abusos…. cifras, cifras, números que no nos dicen nada…
que sangran con sangre transparente, que mojan de indiferencia el mundo
Hoy me han pedido un poema y no sabría cómo hacerlo…
Grito de mujer, de niña de hombre, de niño, de poeta
Soy una niña, una mujer
un hombre, un niño
a veces poeta, a veces dolor
soy cifra en un mundo de números
noticia que abre el periódico de una mañana
soy esquela que nadie ve, de mármol frío
soy ella que llora un sueño destruido
soy el grito que nadie escucha
palabra de un beso en verso que grita
soy cuerpo desnudo lleno de heridas
soy mujer, niña, hombre y niño
soy poeta y palabra, maltratada, vejada
callada, aislada, sola, rota
soy silla vacía de un voto absurdo
laberinto de vacíos, en un mundo lleno de tiempos sordos
soy vida, carne y hueso
sentimiento, piel y caricia
soy persona igual que persona
soy mujer niña madre y abuela
soy yo, ¿no me ves? ¿no me miras?
¿no me sientes?
soy amor, vida , soy vida, vida igual que la tuya
soy yo, yo, esa niña que da vida
que ama y delira su fino hilo de vida
soy yo, yo la que aguanta, la que muere
cuando tu mano absurda golpea mi herida
soy yo la que llora lágrimas de plata
cuando destruyes mi alma
soy yo la mujer que sufre callada
el dolor de tu palabra
soy yo la mujer vejada, esa mujer maltratada
de la que nadie habla
Hoy me han pedido un poema, y no he podido hacerlo
la palabra dicen que es el arma de un poeta
un poeta a fin de cuentas no es nada
sólo palabras que lees o escuchas, a veces cuando estás sola,
a veces cuando estás solo y todo es calma
Hoy el poema es este grito callado de palabras
hoy el poema es una niña, una mujer, un niño, un hombre
gritando juntos, seamos personas, iguales, de la misma forma
que una caricia cuando se ama, cuando estamos en casa y todo es calma
No más violencia, no más maltrato, solo somos niñas y niños
solo somos hombres y mujeres viviendo juntos
una vida viva, un grito de esperanza,
una vida, todos juntos, juntos...
Cecilio Barragán Bravo
Grito De Árbol
Hay un gran árbol en la historia
es un árbol milenario,
su copa tiene innumerables hojas
tantas como la violencia ejercida a las niñas.
Más adentro están casi tan abundantes,
las hojas del flagelo a los niños;
-aunque una vez que entras en el infierno,
quizá no haya muchas diferencias-.
Si vamos bajando encontramos otras ramas de dolor
como los pobres, los discapacitados, las minorías,
y, si seguimos ese descenso histórico,
encontramos ya gruesas ramas de abusos generales
del fuerte sobre el débil.
Y así llegamos al tronco principal,
que es
la mayor pasión del ser humano:
el poder.
Si aún seguimos,
la historia se sumerge en tierra.
En ese magma oscuro,
-regido por personas menos inocentes que las hojas,
desde luego-.
ahí se hunden las raíces de numerosas justificaciones
para el maltrato a niñas y niños,
como el control de población, protección económica,
cultura, política y religión.
Pero ya va apareciendo una raíz muy gruesa
aunque esté muy oculta,
que nos hace pensar:
“-¿Pero quién ejerce la violencia?
son remotos, invisibles..,
en todo caso los malos son los demás-”.
Son lejanos claro, en la vida ordinaria,
así que es fácil arreglarnos
para ir a un espectáculo solidario
de ocho a diez y luego cenar algo por ahí.
Paradójicamente eso nos aleja
con frecuencia del problema.
Porque donde nos batimos con el poder
es en las distancias cortas.
Creo que esto es tocar lo real
algo difícil, muy difícil,
y las armas que yo conozco son
fáciles, muy fáciles:
-hablar desde el corazón-,
-sanarnos en el silencio-.
Busco algo que fundamente
la supervivencia de una civilización.
Cristina Boyacá
Colgaré mis niñas de trapo
en el limonero del patio
las ollitas de barro y el labial mágico
en un baúl junto a mi cuarto.
Volveré a jugar cuando los huesos de mi mano
se junten de nuevo
ahora estoy partida dice mi madre
Y Graciela la sobandera
me sobra las caderas hasta que pueda volver a caminar
y a correr
ahora estoy rota dice
Pero yo quiero ya poder dormir
y volver a la escuela
sin orinarme cuando paso al lado del cuartel.
Preguntas
¿Y si quedas viva pero muerta
y la pesadilla no sea un sueño sino recuerdo
y si mi vientre no puede ya albergar ninguna vida
y si cuando sea el momento no admita caricia
y quedo siempre buscando los rincones
mas oscuros para acurrucar la pena
Y ya no pueda ver el azul del cielo
o el verde del limonero
o el amarillo del mango
y todo siga siendo sombras grises y frías
y si este dolor de coxis y este crujir de huesos en la pelvis
no desaparezca
Y si pensar en terminar de morir
también sea pecado
como haber nacido mujer ?
Yo sólo quería ser…
Yo sólo quería crecer…
Yo soñaba con jugar.
Sentir la vida como cuando tienes una mariposa viva revoloteando entre las manos,
Quería caminar sobre la hierba fresca de primavera, oler las flores, ora a bocanadas, ora despacio, como si tuviera un beso entre los labios.
Cumplir años y soplar velas. Y reír.
Yo no quería cadenas.
Yo no quería sus manos en mi cuerpo.
Yo no quería sus golpes en mis huesos.
Yo no quería sus negocios sobre mi espalda.
Yo no quería ver pasar su avaricia ante mis ojos.
Y grito, y grito.
Nadie me escucha, nunca me escuchan… mis palabras son zumbidos de moscas en sus oídos.
No me escuchan… y soy invisible para ellos.
Las personas no somos invisibles, no somos invisibles.
No me ven y mis palabras son como errores en sus oídos, acantilados en su conciencia.
No me ven, y lo sé, lo sé porque cuando me miran no creen en mi dolor como en el suyo.
Cuán invisible soy para sus oídos.
Quiero dejar de verlos… eso voy a hacer, no les veré, aun cuando les mire… voy a dejar de verlos… ellos no me escuchan, yo les miraré y no les veré…Serán mis ojos…, estos ojos que ven y piensan todo lo que ocurre más allá de sus cuencas… Estos ojos que se inundan porque sale el sol y se vuelven a inundar porque se esconde. Estos ojos que miran con miedo el futuro. Estos ojos que se volvían agua, que buscaban rendijas en las paredes, estos ojos que miraban la vida en colores, que ahora lloran arena. Y duele. Estos ojos serán los que les mirarán, pero yo no les veré…
De poco me sirven ahora estos ojos. A partir de ahora y como debía de haber sido…No les veré.
Pensaré en ello
No. Mi corazón, no puede pensar. Si lo hiciera dejaría de latir
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