Poemas Grito de Mujer 2016 Toluca México
Poemas presentados en Grito de Mujer 2016 Toluca México. Coordinado por María Alarcón.
Ese Lugar
Antes de ahogarse
en un pecho
que todo lo abrase,
rajar la niebla
para abrir las ventanas
del abismo.
Pisar la oscuridad
del mundo
para escuchar el aire
de mi mundo
y buscar los ojos de la luz.
Arrancar las raíces
de la duda, la ira,
el juicio y la condena,
antes de que anide el desatino
y se abra en la tierra
la hendidura.
Y volver contigo:
a ese lugar
donde todo comienza
y el sol nunca se apaga.
Saludo a las obreras
A las mujeres
ella es viaje tatuado
en el holograma del viento
Poco a poco de mis sueños
se ha esfumado la sonrisa,
en mis manos, ahora quietas,
rosas blancas se marchitan.
Hoy la prisa se detiene
como cansada de andar
es tan frío como la nieve
el paso a la soledad.
La vida es pasajera,
como fácil es soñar,
tienes que vivir la espera
y el paso a la eternidad.
Hoy, ya no sueño, ni espero,
ni lucho por alcanzar,
las alas se me rompieron
en mi intento por volar.
Están cerradas las puertas
por donde solía pasar,
caminos de rosas frescas
y aromas de libertad.
Las alas se me rompieron
jamás intentaré volar,
mis sueños quedaron quietos...
me encerró la soledad.
Luis Gilberto
Ramírez Alarcón
A Primera
Vista
Insinuar tus labios esbozados,
En la suave emoción, que palpita y absorbe
Siéntelos próximos y míos
Perfilando artices el contorno de mi cause
Dócil arcilla es mi boca
Que en el viento tibio forja materia impura
La delicia de tu talle
Urdimbre de dos cuerpos Entallados,
que entonan ese canto
genuino y bello
Tu piel tibia y lubrica
De miel y levadura,
Suprime sus fronteras
en las mías
Y desnudos desde el alma
Rendirnos ante el amor y el placer con rebeldía
Olvidando los sueños migratorios
Anclaos en la medula del tiempo
La mezcla de tu sangre con loa mía
Que hermoso debe ser amarte
Que hermoso debe ser admirarte
Que hermoso es saberte
Completamente mía.
Alfonso Moctezuma
Soy vegetal
Una
planta crece encima de mi mano
cautiva
en un castillo junto al mar
mi
piel enverdecida reacciona de antemano
la
realidad progresiva
para
esperarte a ti,
al
final de tus días
No
recomiendo mí sitio,
ni
lavo mis manos
que
se han llenado de tierras,
de
mentiras,
de
lamentos
tragaremos
nuestra inocencia para sintetizarnos
despreciaremos
aquella equivalencia,
volaremos
rechazando la ley de gravedad
Nada
nos detiene,
nada nos agarra
tan
solo las cadenas,
con
las que mantienes esta tierra amarrada,
gritando
con moños negros y risas grises
deslumbrando
las colmenas
de
tus cantos sagrados.
María Teresa Catalina
Herrera Guido
ALFREDA*
Callada, se movía de un lado al otro de la casa
recogiendo cosas. Más tarde se la veía lavando trastos, acarreando agua de la
toma común de la calle, o cargando cajas de cerveza. Escasos los trece años,
llevaba bultos grandes de ropa a lavar al río.
Hacía
tiempo que estaba en esa casa porque sus padres no tenían recursos para
mantenerla. La señora que la tenía de “criancita”, vivía sola, tenía un pequeño
tendajón en el pueblo, y se la pasaba hasta altas horas de la noche calmando la
sed de aquellos campesinos; esa sed que no se sacia con aguardiente, de esa sed
que penetra por los poros de la piel con la impotencia de resolver la subsistencia
diaria.
Así la
conocí sin más. Como irrumpe una tempestad en la montaña. No había cobijo,
disimulo o advertencia. Se presentó ante mí con su pelo negro y su tez morena.
Para
Feda, como le solían llamar, no había descanso, no asistía a ninguna escuela,
no salía con amigas. Su compañía era otra niña más pequeña, que también como
ella, permanecían en esa casa por comida.
Temprano, al día siguiente de nuestra llegada, salimos de paseo a la
presa. Feda, sorprendida de la invitación, se arregló con las manos el pelo y
esperó silenciosamente a que se le diera un lugar en el auto. Ya en la presa,
el rumor del agua la sorprendió y el río la llamó a jugar con él. Ese día se
sonrió. Estaba realmente alegre, como los niños que en su pureza desprenden la
sonrisa desde el alma.
Al
regreso, cuando la noche apareció entre los naranjas del crepúsculo, sin decir
palabra, empezó a revolver harina con levadura para hacer el pan. El silencio
fue poco a poco cobijando aquella casa, y finalmente llegó el descanso para
todos.
Muy
temprano, casi al alba, se escuchó una voz que decía:
— Feda, tenemos visitas, levántate — dijo María la dueña de la casa.
Sin
hacer ruido, sigilosamente se vistió y fue a lavarse para empezar otra jornada
de trabajo.
Ese día
al amasar el pan, se le cayó un trasto que cortó su pierna. María, sin más, le
colocó en la herida un puño de sal y aguardiente para que se le calmara la
hemorragia. Sollozando, casi en silencio,
observaba cómo la curaban. Era sorprendente que su mirada obscura,
observara con curiosidad y sin quejas, la mano que la limpiaba. Después,
sentada con la pierna soportada sobre una silla, continúo su trabajo, ahora
remendando.
Después
del almuerzo abandonamos el lugar, y la mirada de Feda nos siguió hasta
perderse en el camino. Recuerdo su pelo enmarañado por el viento de la sierra,
su seño de mujer-niña, su vestido roído por el uso y sus zapatos de plástico.
Con el
tiempo, la niña se hizo mujer, como tantas otras mujeres que hay en nuestro
país, de la misma manera que otras, unió su vida a otro ser con sed... y ahora,
va de un sitio para otro como lanzadera de telar, recogiendo las cosas, lavando,
cosiendo y guardando las palabras en el silencio, hasta el fondo de su alma…un
grito de mujer que nadie escucha.
Marcela
Magdaleno
Apresurada
En
fin me abandonaste.
No
es tu culpa
sino
de mi aura que es fuego
y
su alarido, canto de sirena:
ensordece,
alucina y petrifica.
Eres
hombre que busca apareamiento
pero
no de lumbre y remolino sino de carne fresca
y
a veces mi cuerpo duerme, tu sabes,
el
instinto miente, y la mente viaja por extraños mundos
Camina
la cuerda floja de la vida y la muerte
rompe
horizontes,
se
filtra en túneles sin apellido
como
viento suave de azucena
en
panteón otomí.
A
ti te gusta ver aunque sea a media luz,
mis
ojos rompen sistemas
tocan
almas; a ti te asusta el más allá.
Me
abandonaste
pero
si es para encontrarte
y
revelar tus secretos frente a la implosión divina
te
venero
pero
si es para esconder tus miedos
en
piernas de mujeres intrusas
te
abandono
corto
tu piel de tajo,
y
dejo de resonar en los ecos de tu voz
cediendo
mi cuerpo en sábanas húmedas.
Te
recuerdo que mis andanzas mulatas
resoplan
y jadean,
se
nutren de sobresaltos y alientos.
No
nací para ser domada porque tengo sed de catar vuelo,
de
ofrendar fuegos fatuos y danzar las olas.
Mis
ojos han besado otros mundos,
fecundado
próceres de sangre poseída.
Mis
poros instigan la espuma de los meses eternos.
Mi
cuerpo abreva primaveras
y
mi tercer ojo ya besa el pensamiento del Creador.
Abre
la experiencia
El aliento sigiloso de
la diosa se aproxima sin prisa
la palabra se amarra, se
seda,
desliza el símbolo
se bifurcan mis labios
doblo campanas en tu
oído.
Emerges del amanecer,
desde tu centro.
Te reconozco en la
memoria
Abro la experiencia,
se crece
crece
propicio el encuentro
me suspendo
tu mirada dilata las horas sobre mi cuerpo,
espero ser tomada como
el principio de los tiempos.
Arabella Siles
Tu Memoria
Sí, tú nunca, tú nunca:
tu memoria es
materia.
Pedro
Salinas
En la cima
del abismo
me derrumbo
ante la
dura claridad
de la
memoria
del silencio.
Aire de
arena
enraizado
a la
fragilidad de un mundo.
Huellas de
pájaros
atraviesan
muros
como llamas
de soles
que
oscurecen esta larga noche.
Antes de ahogarse
en un pecho
que todo lo abrase,
rajar la niebla
para abrir las ventanas
del abismo.
Pisar la oscuridad
del mundo
para escuchar el aire
de mi mundo
y buscar los ojos de la luz.
Arrancar las raíces
de la duda, la ira,
el juicio y la condena,
antes de que anide el desatino
y se abra en la tierra
la hendidura.
Y volver contigo:
a ese lugar
donde todo comienza
y el sol nunca se apaga.
Roberto
Ubaldo Enríquez Barrios (Brecko)
El
Gozo
Eres el gozo que me hace
cantar
Y me da fuerza para
continuar
Eres mi paz y consuelo
al llorar
Eres el Dios que me ha
enseñado a amar.
Eres mi luna al
anochecer
Y la palabra que me hizo
crecer
Eres mi ayuda…
Mi razón de ser
Eres la madre que me vio
nacer.
Contigo ya nada es
igual, mi vida mejora
Contigo ya nada es
igual, mi vida mejora
Contigo ya nada es
igual, mi vida se torna sobrenatural.
Reina
de mi Corazón
No, no puedo ya vivir
Si tú no estás aquí
Y cada día que pasa
crece más mi amor por ti.
Me has enseñado a amar
Te has hecho mi verdad
Eres mi otra mitad
Me tomas en tus brazos y
me llenas de tu paz.
Hermosa…
Mujer virtuosa
Mi Diosa…
Maravillosa
La Reina…
De toda la creación
Y de mi corazón
Espíritu de Dios.
Ana Karen
Ramírez Alarcón
Despiértame
Despiértame de madrugada
Con un suave murmullo sobre mi oído
Despiértame, pon tus manos frías,
Sobre mi cuerpo árido
Cual hoja al viento, Quiero sentirme libre,
Ser esa amazona sobre tu cuerpo
Galopando en voz de quimera tus sentidos,
Penetrando suavemente, tú en los míos.
Despiértame de madrugada
Que nuestros deseos
abran las ventanas,
Corra en el rio, Y
nuestro cause sea uno
Que el viento se
detenga,
Sea testigo de
nuestro amor florido
Amor que a primera vista ya quedo gravado
Y sumergido en nuestro tiempo.
Somos dos aves con destino,
Volando en el cielo, sobre esa nube blanca
Encontramos el destino.
Ahora Dios nuestro testigo
De esta madrugada dulce de esta madrugada
Que esperábamos con ansia.
Marco
Antonio Herrera Guido
Amada
Archimboldiana
Cuando toco tu piel,
olvido la locura,
El profundo alfiler que
me acompaña.
Tu cuerpo está lleno de
parques y palomas
Aquí te extiendes como
la noche sobre el día
Tu olor es amarillo,
Tu luminoso andar:
aurora de sonrisas.
Tu tiempo es una diáfana
alborada:
Agua de mayo, llamarada
que empapa mi jardín.
Hablo de ti y me salen
duraznos de la boca
El sol penetra por mis
venas,
Palpitan parvadas de
canarios
Y el alma es una
persistente campana.
A
Sor Juana
(Frente
A Un Retrato De La Decima
Musa, Pintado Por Francisco Corzas).
Viajo hacia ti, novicia
de las sombras,
A través de universos
momentáneos
Hasta el lienzo pintado
por mi ensueño
En tu jardín lunar de
simetrías.
Como música muda y
misteriosa,
Como a tientas vagando
por mis noches,
Como cálida hoguera en
mis arterias
Tu llama tiembla en mí,
lucero ardiente.
Con el amor divino de tu
pecho
Abismo donde el cosmos
se deshace
Incendiaste mi ser,
insomne fuego,
Desesperado espejo de
silencios,
Oh vestal del amor, dame
la dicha,
De morir lentamente ante
tus ojos.
Rosario Herrera Guido
Saludo
A Las Mujeres
Saludo a las Mujeres
Poetas del Mundo
por el collar de manos
que no terminan de engarzar.
Por gritar contra la
violencia hacia lo femenino
y clamar por la paz.
Saludo a Jael Uribe
por contener el
universo
en una gota de rocío.
Saludo a Marzo
en compañía de Gabriel
García Márquez
el más amarillo de los
meses
el color de la suerte,
la inspiración,
la alegría y la belleza…
el color de la
esperanza.
Saludo a las mujeres
de República
Dominicana
por crear una Estrella
de Belén
bajo la cual soñar la
redención.
Saludo a Soraya
Manutchehri
por condenar la
violencia milenaria
¡Qué tire la primera
culpa
el que se sienta libre
de piedras!
Saludo a Susana Chávez
poeta y activista de
Ciudad Juárez
porque su cuerpo
mutilado
inmortaliza su grito
“Ni una muerta más”
Saludo a la manzana
codiciado alimento
por su libertadora
mordida.
Saludo a las mujeres
donde sueñan y luchan
a la madre de cada cual
a las de la Plaza de Mayo
porfiadas investigadoras
que buscan en la noche a
sus hijos.
Saludo a las madres
preñadas de Acteal
y a las mujeres
violentadas de Atenco
que cultivan bosques
de machetes.
Saludo a las obreras
en sus extenuantes
jornadas
que engordan a los amos
del mundo.
Saludo a las mujeres
por su arte de amar
a pleno sol o bajo la
luna.
Saludo a las
procreadoras y a las creadoras
que dan vida a los
sueños
versos prosa colores
sabores sonidos y danzas
Saludo a la hermana
amiga compañera vecina
que trae el cielo a la
tierra
cuando se entrega al
cuidado
de los que sufren
humanos y no humanos.
A las mujeres
que hacen lo que piensan
diáfanas y valientes.
Saludo a las
mujeres que tropiezan
resisten y
refutan
denuncian el
acoso
gritan en
las calles
toman las
armas
y desafían a
la muerte
por amor a
la vida
propia y
ajena.
Saludo a las
manifestantes
que inmortalizan huellas
en tiempos
nocturnos y de auroras.
Thanatos
Thanatos, alado y
ominoso buitre
que cruzas la bruma
con la esperanza
desgarrada
Tus aborrecidos y amados
grilletes
chillan ante el
abismo
entre agónicas aves
Donde el mar es el cielo
que se ha caído
y las gaviotas
desfallecen
sobre la sombría espuma
Libra las aldeas y las
villas
amenazadas por enlutadas
nubes
en plomizos días sin
mañana
Lava las ensangrentadas calles
de los pueblos de ceniza
Lava las ensangrentadas calles
de los pueblos de ceniza
donde se yerguen aceros
y metrallas
En este doloroso valle
done cabe la miseria, la opulencia
done cabe la miseria, la opulencia
y el llanto de los
poetas
Sordo páramo de voces
desoídas
sombrío éxodo de
perennes lágrimas
huérfanas viudas errantes
huérfanas viudas errantes
Thanatos, hijo de Nix
gemelo de Hipnos
¡alto a la disputa por
los mortales!
Thanatos, sombra del
Hades
inclínate ante Eros
insaciable deseo de
palomas, rosas y poemas
Ella
Me enamoré de Ella
una tarde en el balcón
veraniego de tus brazos.
Me gustaron sus labios
porque estaban mojados
de agonía
y caminaba con los pasos
del olvido
tropezando con los
talones de un mañana.
Ella me guiñó el ojo,
atrevida coqueta de mi
barrio,
posó mirada y voz en mis
acentos
cuando tus dedos
arrítmicos
en mi pelo se enredaron.
Me negué al canto de tu
brisa
para alcanzarla más allá
del tiempo
apostada por su prisa.
Cabalga Ella en palabras
desprendidas
de ramas coaguladas en
un árbol de manzanas:
fruto de discordia y
erotismo.
Muchacha de cabello de
obelisco,
vestido ambicioso de
colores,
artimaña de placeres.
La encuentro recostada
en el relato
de un peñasco lejano que
se acerca
a la par que se mecen
mis pestañas.
La duermo, mujercita de
delicias virginales,
en el cajón de los
consejos
que se buscan cuando
llora el alba.
Me enamoré de Ella
porque enclaustra los
instantes no advertidos,
los latidos no plagiados
y un suspiro edifica su
morada.
Es plenitud vacía y
oquedad repleta;
mujer, niña y juventud cerrada.
Ella me enamoró entre
lazos diluidos
del edredón que en los
días sin luna
me cobija dientes y
pupilas.
Llévame, mujer sin sexo
ni destino,
al hostal donde amasas
la hiel con el azúcar
y horneas la metáfora obsesionada con la carne:
la fluidez de todas las
plegarias.
Ella es la diosa del
milagro
porque hace al tiempo y
lo desnuda,
lo absorbe y lo vomita.
Claudia Estrada.
Obdulia Ortega
Gitana
Noche; dame un vaso de
tu vino;
de
ese néctar maldito que supuras
y no consigues nunca
consagrar.
Mójame labios, corazón y
vientre
con tu cerúleo
aguardiente.
Déjame probarte toda
antes que consiga
despertar.
Mis uñas piadosas se
aniquilan
rompiendo tus vestidos
desertores.
Noche; deja de bailar.
Tus piernas no son
secreto de relojes
y
tus pasos me apresuran a llorar.
Bailarina de alpargatas
de hilo;
teje con tu angustia mi
camino
y mitiga con tu sed mi
soledad.
Noche; déjame beber a
prisa
la hiel que se
transforma en risa
cuando miel y sal tienen
la misma vecindad.
Claudia Estrada
He dormido
en el lamer tibio de la noche,
hombre de medio instante
me anuncio brizna.
Agua de río,
polvo y sombra.
En la rama… llora el
eco,
marea de viento
reza una metáfora.
La nostalgia…ortiga
el otoño de las
luciérnagas.
Unja en mí…
el aliento de la noche,
que se
derrumbe el silencio.
La soledad
baña de sueños,
de los
sueños que van al mar.
Recuéstese,
huyamos de
la hedionda
memoria de
la muerte.
Eres la
soga
lo que
arrasa y fragua los días,
hace frio,
ese frio que me dejaste
en la
ventana.
Emigra la
luz de tu sombra,
te exilio
en el cauce de mi sangre.
Linett
Haakenstad Sørensen
Círculos
Huelo el
fuego a lo lejos
Quema mis
manos con furia
me libero
¿Porqué
cargar cuando puedo volar más alto,
Suelto
todo
y dejo que
mi corazón me guíe
Celebro la
vida cuando siento el pasto acariciando mis pies
un búho
blanco canta al ritmo de mi corazón
vuela
sobre un puerto dorado,
me detengo y me pregunto cómo abro lo
desconoció
de pronto
estoy adentro
libero mi mente, respiro profundo,
me invade
el perfume de millones de flores
Camino en
el valle, lento,
cerca del
río de emociones
voy hacia
lo desconocido
Dejo mi
ropa, voy más ligera
Respiro
valor y profundizo más y más
abro mis
ojos y comienzo a brillar
en el
brillo de las perlas cósmicas
se refleja
mi sombra irradiando el arcoíris
Colores a
perlados rodean mi cuello quemándome salvajemente
Soy mujer salvaje que danza alrededor del fuego
sagrado
atravieso
montañas y ríos de emociones
me olvido
de mí
por un
momento mi mente es agua y flor
vamos
todas juntas abrazándonos en espacios paralelos
las
mujeres en su círculo compartimos
todas nos
necesitamos,
danzando
en el circulo cósmico
juntas
reflejando nuestra la fuerza
en el
brillo lunar.
Maria
Luisa Alarcón
Madre Callada
Quiero ser esa madre callada,
Donde mi lengua no profane Sus nombres,
Donde mi regaño no sea hiriente e injusto
Y mis actos sean la guía de mis hechos.
Quiero despertar de esta pesadilla
Salir del límite. A mis pasiones, realizar mis sueños
Y juntos volar por sus anhelos y nunca detener su vuelo
Son dos seres que a mi vida han confiado.
Quiero ser es madre callada,
Que predica con su ejemplo, claudica sin remordimientos
Ser sabía al decir no, no puedo
Para no perderlos.
Observar detenidamente las bellezas de sus vidas
Ver como se han transformado por el tiempo.
Ser esa madre callada
No quitara de mi vida la sonrisa
Y el gesto. Porque los amo.
Mi Último
Sueño
Pedí al tiempo detenerse, ese momento
Cuando el medico diagnostico mi enfermedad
Adjuntar lo no vivido y molestarme demasiado,
Al escuchar. Que mi vida podía acabar.
Deje de hacer lo cotidiano, para dedicarme a una vida
De medicamentos quimios y hospital, escuchar la palabra
No debes y ya no puedes. Aprendí a vivir mi vida, cada día
Como si ese fuese el último instante, mi último suspiro
Perdí hasta el último cabello Sonreí más de lo debido,
Viaje apresuradamente Bien sabia no debía hacerlo,
Disfrute de los rayos
del sol con más claridad,
Mi llanto fue cada
vez más seco.
Las 24 horas del día se me pasaron largas y lúgubres
Cuando llegaron los dolores quemantes por el cáncer
Ahí en ese momento se me termino el sueño, ya era mi agonía
Mi cuerpo estaba y mi mente recorría solo el espacio
Para decir ya no puedo. más implore con gemidos de león
rugiente
Tu misericordia Dios.
Despertando, este 14 de Septiembre, me mostraste lo
desconocido
Y me revelaste el sueño. Manantiales, árboles frutales,
arroyos, cabritas
Dando leche, abejas en panales, gente vestida de blanco,
danzando
En el cielo. Pude ver con claridad, que bebía de esa fuente,
Y comer de tu fruto.
¿Acaso tenía que vivir y pasar de todo esto?
Para darme cuenta del
regalo que cada uno propia vida.
decirles adiós. Hoy
nací de nuevo.
CON AMOR PROFUNDO PARA TI
MAMÁ.
TRES MESES Y
MEDIO
Mire al cielo, un lunes después de tu muerte
Una nube dibujaba un corazón
Transmutando mí silencio, unido a sus cuerpos
Con sus rostros muy sonrientes que decían estamos en paz
No tengan miedo…
Dios nos volvió a unir, en estos tres meses y medio
Tiempo exacto para conocer mi enfermedad
Mi angustia y mis
miedos.
Morí en el silencio, justo a los 70 años, en el mes de
diciembre
Mi voz, ya no pudo
decirles los quiero
Aislado entre las sabanas y respirando con esfuerzo
Abatidos por el suceso, los miraba fuertes,
Mi soledad rebaso sus
límites, los reunió mi nombre.
¿Qué harían conmigo?…
Esa fuerza heredada de la mujer que ame
Y con la que pronto
mi vida reuniré.
Quedan calcinados solo los malos recuerdos,
Hoy comienzo a vivir,
hoy nací de nuevo.
La luz que sujeta sus
rostros
Reflejara todos los días mi bendición
Antes de salir el alba.
Con amor y admiración, para ti papá
Víctor Manuel Alarcón Vázquez
Martha
Elisa Aguilar
Oleaje
Enciende la fogata de mi pecho
desliza sobre mis senos
trozos de tu alma
Deslía mis cabellos con la cadencia de tus dedos
Murmura en mis oídos
lo que calla tu corazón
Toca los acordes de mi existir con tus manos
Deletrea el alfabeto
de la seducción sobre mi cuerpo
Quiero sobornar al viento
pasear la partitura de tu cuerpo
¡Sentirte!
Enfebrecidos de esperanza
perdernos a la puesta del sol...
Viacrusis
Escalo la cúspide de tu pensamiento
Apuntalo los cuatro puntos cardinales de tu existir
Beso las heridas del cuenco de tus manos
Rezo ante el huerto de tu piel
Ando el vía crucis de la pasión sobre ti
En la cruz de tu cuerpo resucito.
Mar Barrientos
Me pinto a mí misma
porque soy a quien mejor conozco
Frida Kahlo
Frida en el espejo
I
Encuentro mi vena, se expande,
pluma
que recorre para iluminar las navajas.
Colibrí
viajero,
un
día me sumerges en el ruido.
Eclipses
habitan tempestades en la boca cercana a
los clavos
reconstrúyeme el aire en decadencia.
Llena
de imagen
de
piel la ciudad.
Los
mares se aman dormidos.
Aletea ave,
contempla
los espejos,
una
vida que fluye entre las paredes
arañadas
indirecto silencio
en la casa azul.
Verde
hojas y
jardines espinas sobre el
cuello,
yo
encontré un río,
a
mi boca la habitó el sol, la redondez de
la ciruela,
conocí el
viento
flota entre tu
cabellera.
colibrí
muerto
extiende
su ala entre ojo y ojo
colibríes
de buena suerte
soñamos
amantes renacidos.
II
Acomoda
mis coronas de flores que cubre la frente,
_a
pausas
_
a miradas.
El
amor es un colibrí navegando en los sueños
el
color sol se detiene y me mira con las
manos abiertas
_palpa
los ríos en los espacios de mi fruto.
En
el sofá existen incendios,
los
dedos cubren el frio del cuello.
Frente
a los espejos, la noche,
circunstancia
y conjuro para el aire,
equilibrados
bajan a nuestros pies para transitar y coincidir
en
la silaba del mar
en
la forma circular,
en
las olas exactas.
María del Rosario Turlay Guerrero
Muerte de Mujer
Camino, la ausencia
Lástima el alma
huecos sollozos
no palpita mi corazón.
Desolada busco
mi refugio constante
divina esperanza
imagino, veo, toco, nada.
Frio envuelve mi ser
siento, presencia
marchita mi cuerpo
sola desesperación
silencio eterno.
Mente vacía
alegría oculta
el espacio eterno
solloza, crudo, vagante
lastimada
tinieblas
nubes grises
gritos apagados
brillo intenso de ausencia eterna.
Jazmín
Silueta preciosa
impresionante belleza
irradia alegría
hermosos brillantes colores.
Olor impregna
dulce aroma
blanca pureza
verde va
envuelve ambiente.
Raíz extendida
suspiro vago
invito a amar
olor constante
llena tierra
absorbe fresca vida
frondosa
gigante
fría elocuente
brisa fresca
alienta mi ser.
Entorno acaricia el olor
inmenso eterno
flor mujer.
Yoali
Itaii García Cuevas
8
años, 3ro de primaria
Siente
el
color de la naturaleza
en
el bello día
es
una flor.
Es
La Mujer
Como un tulipán
como una rosa de mil
colores.
Es mariposa
que ilumina su alrededor
vuela sobre el cielo
azul.
Sobre el encantamiento
se para en las flores.
Es la primavera
grandiosa y bonita
es la mujer.
Ayari Ailed García Cuevas
10 años, 4to de primaria.
Las rosas
el sueño de la mujer
el viento en su cara
la
melena en su rostro
La Mujer Que Sueña
.
La abrasa el
viento del atardecer
un destello de luz
que viene con ella
estrellas fugases
del cielo
en sus ojos.
Brillan diamantes
rojo carmín en sus
labios
su voz retumba en
la sal
y en su alma ese
sueño
que la lleva a
amar.
Yoali Itaii García Cuevas
8 años, 3ro de primaria
Es La
Mujer
Siente
el color de la naturaleza
en el bello día
es una flor.
Como un tulipán
como una rosa de mil colores.
Es mariposa
que ilumina su alrededor
vuela sobre el cielo azul.
Sobre el encantamiento
se para en las flores.
Es la primavera
grandiosa y bonita
es la mujer.
Francisco
Navarro
Enciendo
el sol
para
verte cada día
y
a la luna en las noches
para
no olvidarte.
Mujer
las
tardes de lluvia
lloverme
en ti
húmedo
entonces
de
nostalgias
reverdecer
en roció
y
dormir
con
el trino
de
tu
cuerpo
entre mis manos…
Mujer
Beso
tu reflejo
atrapado
entre
mis
dedos
miel silvestre
que endulza
mis pasos por esta vida.
Beso
mis manos vacías
para recuperar
las huellas de tu cuerpo
dulce
temblor
de
estrellas…
Beso
mis sueños
para soñar que sueño
y que muero
a
retazos
por
besar
tan sólo tu recuerdo...
Daniel Villarreal Martínez
Mi amor por ti
Conozco tu mirada
se que hay algo en ti
que te hace llorar al despertar
conozco tu sonrisa
nada puede esconderme
ni aún en la oscuridad
¿quién te ha dicho que mi amor no es real?
¿quién te ha dicho que no se lo que pasa en ti?
¿quién te ha dicho que yo no he estado aquí?
si yo nunca me he apartado de ti
mi amor por ti es tan real
diga el mundo lo que diga
escucha mi voz
no temas en tu corazón
tan solo confía en mi
mi amor por ti será siempre igual
jamás jamás te voy a dejar
no sabes que si te escucho llorar
te abrazo fuerte en mi amor por ti
Conozco tu mirada
se que hay algo en ti
que te hace pensar Dios dónde estarás.
Conozco tu corazón
nada puede esconderme
ni aún en la oscuridad
¿quién te ha dicho que mi amor no es real?
¿quién te ha dicho que no se lo que pasa en ti?
¿quién te ha dicho que yo no he estado aquí?
si yo nunca me ha apartado de ti
mi amor por ti es tan real
diga el mundo lo que diga escucha mi voz
no temas en tu corazón
tan solo confía en mi
mi amor por ti será siempre igual
jamás jamás te voy a dejar
no sabes que si te escucho llorar
te abrazo fuerte en mi amor por ti.
Mi amor por ti.
Espejismo
Abre la estática de la puerta
las
épocas en sus pestañas
son camino y fragmento
umbral que refleja
un par de ojos sombríos
en la tabla colchón del sueño
en el presagio muerto
en el perchero dos ruedas
que anda sobre su ciclo
y lo devora
El dulce camino sin sombra
remeda todas las formas del aire
una mano a contraluz
es marea y espejo en los ríos
millones de
esporas náufragas
kamikazes al borde
caen al pasto cielo
sitio de la
impedancia
en la tenue línea que el sol siembra
y este suave descenso
crea laberintos
sueños verdes
de madrugada avícola
sueños pájaros
vuelan más allá del árbol
siluetas
difusas
trinar plástico al filo del
día
Breves pliegues
entre la piel
besos que danzan
en la curvatura
de un racimo de albaca
vuelve
a última hora
la sal
escurre por tu pecho
gotea para delinear un pezón
que anda de tu boca a la mía
y después abajo
se alimentan los
labios
azúcar glas líquida a borbotones
manos que figuren
blancas líneas
otros espacios
otros
sin años luz para detenerse
pero parpadea el silencio
tanta
fricción
les pulveriza la materia
ahora el vuelo
transmuta en cometa
se mira en los ojos
cae a la cama
otra
vez el beso
Lorena
Garduño
Luciérnaga
Viene de lejos entre las arterias
con brusquedad
de antílope cazado
para atravesar lo que no mira
y desprender filamentos
en la carne del tiempo
tras los nervios del ojo
tras la inmateria
que se crea en suspiro
viene
con brusquedad
de antílope cazado
para atravesar lo que no mira
y desprender filamentos
en la carne del tiempo
tras los nervios del ojo
tras la inmateria
que se crea en suspiro
viene
tal vez
ella es viaje tatuado
en el holograma del viento
Me taparon ojos y
boca,
han envuelto con túnica mi cuerpo.
Dicen que debo esconder el ombligo,
sol que ciega,
los senos,
el arca del fuego,
misterios que desatan placer.
Para rebelarme,
desencadené los brazos,
cargué en la espalda los pecados,
amé mi desnudez.
Deje fluir los ríos,
para recorrer la piel de norte a sur.
Sin túnicas,
con alma.
Erika Flores García
¿Quién tiene derecho?
Para abrirme el vientre,
duermo en sueño profundo,
apenas mengua la luna,
me
derramo en lechos ajenos.
Obscuridad cómplice de estas pesadillas,
las puertas se cierran.
¿Quién tiene derecho?
Para abrirme el vientre,
relámpagos de miradas obscenas,
larvas que se arrastran,
termina
el mal sueño.
Tras jadeante respiro,
ahora que nada poseo,
qué ironía,
no
puedo darte placer.
Laura
Moctezuma
Alas
Rotas
Poco a poco de mis sueños
se ha esfumado la sonrisa,
en mis manos, ahora quietas,
rosas blancas se marchitan.
Hoy la prisa se detiene
como cansada de andar
es tan frío como la nieve
el paso a la soledad.
La vida es pasajera,
como fácil es soñar,
tienes que vivir la espera
y el paso a la eternidad.
Hoy, ya no sueño, ni espero,
ni lucho por alcanzar,
las alas se me rompieron
en mi intento por volar.
Están cerradas las puertas
por donde solía pasar,
caminos de rosas frescas
y aromas de libertad.
Las alas se me rompieron
jamás intentaré volar,
mis sueños quedaron quietos...
me encerró la soledad.
Me
Quede Callada
Me quedé callada,
sin palabras,
sin versos,
sin puntos, sin comas,
solo el silencio
ha acompañado mis pasos
que presurosos,
van al encuentro
de lo que he callado,
de lo que no se dice
aunque se piense,
aunque se sienta,
aunque se llore, y
aunque lo lleves dentro...
lo callas.
sin palabras,
sin versos,
sin puntos, sin comas,
solo el silencio
ha acompañado mis pasos
que presurosos,
van al encuentro
de lo que he callado,
de lo que no se dice
aunque se piense,
aunque se sienta,
aunque se llore, y
aunque lo lleves dentro...
lo callas.
El frío y la lluvia
te detienen,
te abrazan,
abres los ojos,
fue un sueño...en silencio
lo encuentras...lo callas.
Ahora, ¡gira, canta, baila!
pero no calles,
que vuelvan las voces,
los versos,
las palabras,
los puntos, las comas: y
el amor que callas.
te detienen,
te abrazan,
abres los ojos,
fue un sueño...en silencio
lo encuentras...lo callas.
Ahora, ¡gira, canta, baila!
pero no calles,
que vuelvan las voces,
los versos,
las palabras,
los puntos, las comas: y
el amor que callas.
Areli Ramírez
Ortega
Un Día
A
Soraya Manutchehri
No duermen los hombres
del pueblo,
lavan sus manos antes de
cargarlas de piedras, ignorancia, dolor, superstición, culpa
Vienen
a sembrarlas en el
corazón de nuestros hijos
y serán ellos los
lapidarios de las tías, primas, sobrinas, vecinas,
también de madres,
esposas, hermanas, hija, de
toda mujer desprotegida
Hay que levantarse,
salir, detenerlos, pulverizar esas piedras, con tu voz Soraya y la de tantas.
Al Otro Día
Tendrías que estar con
tus nietas, hablando de libertad,
justicia, de ganarse el
pan y recetas de cocina, de alegrías.
¿ Por qué, Soraya, le sucede a las mujeres, a nuestra
hermanas?
Carlos Mitru
Parábola de un amante
En
otras caras
escondes
el oro
de
Magdalena,
diriges
su
mirada
hacia
pantanos,
conviertes
el aire
de sus
senos
en
elípticos
trances
y
rancio
fuego
desnudo
en
quimera
tardía.
En
otras albas
conviertes
tu boca
en
infiel
caricia
de
octubre,
ardes
con
tibias
palabras
la
historia
de tus
días,
condenas
los
cabellera
de tus
retoños
en
unción
y
rutina
crucificada.
En
otras caras
descubres
el
nódulo
de los
solitarios.
Caderas en mi espacio
Me
llueven
tus
labios
en los
lentes
del
infinito,
son tus
senos
breves
tintineos
sellados
de
sombra
y sol.
La vía
láctea
palpita
fuertemente
en las
paredes
del
lecho crepuscular.
Solo en
la anorexia
del
tiempo,
dibujo
tus
caderas
en el
aliento
de una
cascada.
Antonio
Campos Villagomez
Albores Venideros
Vengo de un
sol sin costumbres veraniegas
una sombra
que nunca espera la noche
para sentirse
mujer
los otoños se
vuelen añoranzas
que alguna
vez fueron verdades
y sonríen con
labios de oro
la plata de
su imaginación
los pecados
de eros fueron perdonados
antes que la
música
fuera razón
de las aves
he hambreado
las horas de los que sueñan
los instantes
de los grillos, el alma de las orugasl
la exactitud
de los ocasos
fui a la
prosa del mar
y regrese con
manchas de poesía
por toda el
alma
antes que la
luna
me de las
llaves del universo
quiero ir a
la edad de las flores
para huir de
la casa de la vida
y ser el niño
que duerme
en la
almohada de Dios.
Antonio Campos Villagomez
De Vida
Vida: termino
el sueño
del paraíso
prometido
la
extravagancia de perfumarse
con ilusiones
de otros
argucias
construidas en la zona cero
de la mente
humana
el discurso
del futuro
con la boca
llena de polvo
veranos de
nieve negra
la codicia
globalizada
un cielo sin
ganas de soñar
las colinas
imposibles
a los gansos
de patas rotas
primaveras en
las que ya no sobrevivió
la especie en
peligro
ni los
embriones de la castidad
un fauno sin
patria,
una flora sin
menstruación
canto
madruguero anunciando años nuevos
¿quién puede tan siquiera sustentarme
que el tiempo existe?
vida: eres
una muerte extraña
tu ceguera es
el ingenuo de la realidad
vida: termino
el sueño….
ya puedes
abrir mis ojos.
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