Poemas Grito de Mujer 2016 Costa Rica
Poemas Grito de Mujer 2016 Costa Rica, coordinado por Teresita Aguilar Mirambel
Tú eres un caracol
oyendo nostalgias en los tumbos del mar,
en las pescadoras gaviotas
que perdieron su ruta.
Tú eres un caracol
ovillado en la bruma;
va pasando un desfile de celajes sedientos.
Yo estoy empujando con mis remos al mundo,
pero él está encallado con su tromba de fuego,
o con su rezo de niño.
Tú eres la mariposa
que voló al despertar;
vas trazando arabescos
con tus alas de arroyo,
vas buscando las flores
que murieron sin tregua.
Tú eres una mujer,
un poco soy yo y un mucho eres tú,
y por esas huellas livianas de arena
te sigo por el borde de todo
Estoy sosteniendo el alma
Johan Brenes
A :
GINA
No me dejes Señor sin estos ojos
convídame estos ojos y no me debes nada
no sé si es imprudente
quererla asi con tanto
ella no piensa igual que las que yo conozco
ella no viste igual
que todas las que viven
ella se vuelve un único contento
y una alarma
me tiene caminando de un hilo por el mundo
y hacía mucho tiempo
que no sentía un celo
pero su sentimiento tiene de claro y bueno
la libertad que arruina
mi tumba y mis querellas
no me dejes Señor sin estos ojos
Magda Zavala
AROMA
Niña
aún con pocos recuerdos,
conoció
el satisfactorio olor de los secretos,
su
soberbia evocación marina
y
tuvo un sentimiento de felicidad simple
como
aletear de colibríes.
Presintió
la diferencia y sus delicias
cuando aquel muñeco demasiado rosado contra
su seno diminuto,
anunció
una satisfacción por venir
entre
agitaciones y escalofríos.
Pero
llegaron pronto las flagelantes
a
provocar naufragio en su entraña,
la cercaron matronas cómplices,
medallas sagradas en sus manos.
Vinieron
también jóvenes, cascabeles y puñales,
su
punta de envidia
golpeteando
por la espalda,
todas
ellas violentas con las suyas.
Mujeronas
aptas para la insidia
tendieron
candados entre las piernas,
hirieron
con ruda palabra su desnudez altiva,
le
ataron las piernas,
vendaron
sus ojos,
secaron
su lengua de toda humedad,
le
vaciaron el deseo con oraciones,
prohibieron
perfumes y sonrisas,
lanzaron
fuera toda celebración
y la condenaron a la aridez
en soledad o en compañía,
disecada
y
viviente.
Lavó por mucho tiempo
el orgullo de su fragancia distintiva.
Arabella Salaverry
Cancion De Una Niña Africana
Yo tuve
una corola
tuve una flor espléndida
yo tuve una anémona
que también fue fruta de la pasión
tuve una flor espléndida
yo tuve una anémona
que también fue fruta de la pasión
Tuve una
flor de suculentos pétalos
yo tuve una sencilla mariposa
durmiendo entre los muslos
yo tuve una sencilla mariposa
durmiendo entre los muslos
Tuve una
golondrina
Yo tuve un grillo cantando
un abejorro
tuve una tórtola
soñando entre los muslos
Yo tuve un grillo cantando
un abejorro
tuve una tórtola
soñando entre los muslos
Pero un
día
Me latió un pájaro
de desconsolado vuelo
Me latió un pájaro
de desconsolado vuelo
La
tradición fue navaja
de un turbulento trazo
enmudeció mi grillo
la mariposa abortó su vuelo
desapareció la fruta
la corola se anegó en mi sangre
de un turbulento trazo
enmudeció mi grillo
la mariposa abortó su vuelo
desapareció la fruta
la corola se anegó en mi sangre
Ahora
tengo un poco de nada
muriendo entre mis muslos
muriendo entre mis muslos
Batallas femeninas
Del
poemario Violenta Piel.
URUK
editores
Deshacer las líneas de fuego
limarlas
volverlas viento
Volverlas ni siquiera recuerdo
ni siquiera memoria
Pulverizar las líneas de fuego
romper retenes
desmembrar paredes
comerse muros
Desintegrar las líneas de fuego
que han delimitado claustros
Una batalla injusta y necesaria.
Ana María
Arias
CASUALIDAD
Te pienso,
mi cuerpo se humedece,
como el mar lo hace en la tierra.
Viajes
cortos, caminos largos.
Después del mañana
no habrá más allá.
Se acabaron las fugas de estrellas
y los vacíos llenarán el espacio.
Te pienso,
viviremos el para siempre colmados de suspiros.
Nadaremos al infinito llegaremos al ocaso, y,
allí,
cada quien volará a su espacio.
Lucía
Alfaro
CIRCUNSCRITA
Me
circunscribe el pálpito que humea en el
fuego,
la
pócima ancestral de la danza,
la
plural telaraña que nos hizo creer
que
éramos mariposas inconclusas
sobre
las húmedas laderas de Macondo.
Me
circunscribe el beso,
los
charcos asustados de este siglo
que
en torrencial lujuria me atraviesan entera.
Esta
incorregible y desdoblada nostalgia
que
me invade cuando amo otras metáforas,
otros
desasosiegos…
La
memoria me cabe en una gota de agua
escondida
con las niñas que tiemblan en mis ojos.
En
el cerrojo que aprisiona
esta
mortaja a medio terminar
y
cada punto cruz que se bordó en mi cuerpo.
Me
circunscribe, ambigua y locuaz,
un
corazón rebelde, todavía de pie en mitad de este cuerpo.
Los
sonetos de Shakespeare,
aquel
réquiem de Mozart,
la
trova de Serrat o de Pablo
y
el roce despistado de tu mano en mi pierna
cuando
me vence el sueño.
Me
circunda la ausencia del ángel
que
me guarda de ser siempre perfecta,
de
solapar el veneno y la duda
y
de usar la palabra precisa cuando debo callarme.
Elliette Ramírez
El Velo Cerezo
El velo cerezo de la brizna.
La sombra de tus huellas
sobre el asfalto.
Las máscaras prestadas
saltan y naufragan
en el marco de la propia certidumbre.
Sin importar que
una fiera enjaulada es iniciada.
Pretendes ser un dios
benévolo y amoroso
más eres dominante y perverso.
Te llevas
el brillo de la brizna
sobre tu gabardina gris
condenados por siempre
a gritar nuestros nombres al silencio.
Julieta Dobles
Lunaridades
A la luna, embozada en la sombra
entre nube y tiniebla,
la han mordido los días.
Y se ve enorme, chata,
sobreviviente cíclica
en alguna quimera.
Yo me muevo con ella,
mujer al fin, librada ya
de ciclos y de esperas,
entera aún para mí misma,
libre y dueña de afecto y soledades.
Cuando niña creía
que yo sería completa
si era en otro.
Y el temor de no hallarlo
marcaba
mis andanzas
y oscurecía mis velas.
Hoy sé, como la luna,
moverme libre, entre tiniebla y noche
aunque los días parezcan devorarme.
Poseo el saber de antiguas hechiceras,
siento el placer de sembradoras viejas,
cultivo la palabra y sus pasiones,
tengo hijos como puertas, siempre abiertos
a la
recíproca fascinación,
sufro de amores que parten y regresan
a puertos que la noche traza y borra,
como sólo ella sabe amar, distinto.
Y esa luz reflejada,
que es la luz de los otros,
me
aparece en el rostro
cuando te estoy amando.
Luna al fin,
donde planto este humano esplendor,
en busca de palabras que descubran
ese misterio incierto
del alma que devela sus lumbres y pasiones,
donde, a salvo de solares espejismos
estamos tú yo, de cara al universo,
que nos crea y que nos borra,
interminablemente.
Grito
Hoy grito el grito de mujer
que sale desde el fondo de mi alma.
Transmuto y mimetizo
el martirio entre las alas.
Vengo del sur, del este
del oeste , del norte
de puertos y desiertos
color purpura
amaranto,
vengo con las alas abiertas
paridas en llanto.
Grito, sí,
por la sangre de los hijos
que murieron por un sueño libertario.
Grito por las hijas abusadas,
por los pueblos olvidados
de mujeres madres y madres niñas.
Soy el grito de mujer
salida desde el fondo de la tierra,
con otra identidad y nombre,
con la boca abierta
renacida como una deidad gitana,
ceñidas a mi están mis alas de mariposa,
color viento, fuego y aire.
Víctor Julio Romero
Figura
Mujer
encantadora que expones
tu hermosura.
Quisiera entrar hasta tus entrañas
para acariciarte, besarte,
para
sentir tu cálida figura.
Tu cuerpo,
cual figura de danza
que se
pierde en el tiempo
llega a mi memoria…
Como si fueras imagen
que se
pueda guardar.
Me
confunde la mente
mas no sé
si empezar,
esperar o
seguir soñando
; hasta
que tú decidas dejarme entrar.
¡Mujer
hermosa es tu sonrisa
sabor a miel! Déjame acariciar tu cuerpo.
como tenue
rayo de luz
que
filtrado entre rendijas parece
Teresita
Aguilar Mirambell.
¡Hombre!
I
Salen lenguas de fuego
y ríos de lava de tus ojos
de macho poderoso.
Tu estatura no llega
hasta mi hombro
porque crecí luchando
contra el arma del sexo.
¡Deja ya de pensar
que tu mirada
puede fundir
mi témpano de hielo!
II
No me mires así
porque no soy tu sexo.
Otra mujer igual
te llevó nueve meses
en su cuerpo,
tienes que haber palpado
su fuego abrazador,
sus íntimos anhelos
Tu ropaje era entonces
su misterio...
Tu alimento el plancton
de su mar interior
tan vasto...tan extenso...
Una a una tejió tus células:
las irrigó de amor, dolor,
lágrimas ,deseos.
Cada gota de oxígeno
traspasó sus tejidos
y llevó a tu cerebro
su libre pensamiento.
¡Hombre: tú de veras
conoces una mujer
por dentro!
Luis enrique Arce
La Casa Y Todo
En
la casa están los niños, el gato y la cebolla.
Con
todo esto tan pequeño digo que somos la
casa y todo.
Esta
casa, con la noche adentro la queremos más.
Aunque
pequeña,
qué
importa si aquí nos preguntamos
por
siglo nuevo y los paraguas del ayer.
¡Cómo
no amarla y ponerle pintura fresca!
¡Cómo
no dotarla de más lunes y domingos eternos!
¡Cómo
agradecerle a los clavos que sostienen al reloj
a
las ventanas que atrancan el frío,
a
los orígenes del suelo donde tengo los dedos y los pies!
***
Mujer,
en ti el hijo que pregunta,
la
noche que nos escandaliza y sube
hasta
restregarnos el coraje de la boca
y, los orgasmos.
Amo
tu manera de armarme guerras en el dorso,
la
paciencia de buscar en mi barba el cansancio
y
hacerme música cansadas y vencidas.
Luissiana
Naranjo
Lo
Que No Somos
No somos mujeres artefacto,
ni tinaja donde se recibe el semen,
ni arteria adicional del otro sexo.
No solo perpetuamos descendencia
donde los siglos dicen que nació de una mujer,
porque cuando esa heredad
ya no es permitida se abandona el amor.
No es solo cuerpo que suda
en sus orgasmos ni sé cómo decirlo
después de eso y del siguiente día,
donde no hay caricia que se frecuente.
Y no es atropello decirle a los prejuicios
que ya son volátiles y que no aceptamos
tiranos en el cuerpo.
Ya no somos como éramos, se ha traspasado
la sucesión en una continuidad distinta,
ser desde todos los ángulos,
desde todos los silencios que nos daban miedo,
ya la voz tiene otro sonido plural de mujer.
Marlene
Ramírez
Manos
Rotas
Manos
rotas
Se
deslizan desangradas
por las cordilleras muertas,
muchas manos.
Cuerpos quebrantados
cargan en las venas a sus ancestros,
lejos están de su mirada.
En sus ojos no tañen manantiales
ni frutas y la carne es la propia,
magra, trasparente y dolida.
Hay manos entrelazadas
evocando dioses.
Veo a los hijos de la patria
desangrar amaneceres,
entre las manos
de sus madres muertas.
Hay muchas manos espantadas,
estallaron ,
laceradas, rotundamente rotas
por las cordilleras muertas,
muchas manos.
Cuerpos quebrantados
cargan en las venas a sus ancestros,
lejos están de su mirada.
En sus ojos no tañen manantiales
ni frutas y la carne es la propia,
magra, trasparente y dolida.
Hay manos entrelazadas
evocando dioses.
Veo a los hijos de la patria
desangrar amaneceres,
entre las manos
de sus madres muertas.
Hay muchas manos espantadas,
estallaron ,
laceradas, rotundamente rotas
Mía
Gallegos
Mía
De Nadie
Mía de nadie.
Sin una biografía.
Tierna, casi ácida.
Con un destino trazado
en una cruz.
Mía Gallegos, Mía de nadie,
de nadie , nadie ,nadie,
Aferrada a la ternura.
como único pan que no consuela
Mía de nadie.
Sin aire. Umbría.
Deja que el tiempo pase.
Deja que la vida pase.
Deja que la muerte pase.
Mía sin biografía y sin abuelo.
Sin un sitio.
Ni siquiera santa.
Ni siquiera puta.
Mía de mí.
Ronald
Bonilla
Mujer
Tú eres un caracol
oyendo nostalgias en los tumbos del mar,
en las pescadoras gaviotas
que perdieron su ruta.
Tú eres un caracol
ovillado en la bruma;
va pasando un desfile de celajes sedientos.
Yo estoy empujando con mis remos al mundo,
pero él está encallado con su tromba de fuego,
o con su rezo de niño.
Tú eres la mariposa
que voló al despertar;
vas trazando arabescos
con tus alas de arroyo,
vas buscando las flores
que murieron sin tregua.
Tú eres una mujer,
un poco soy yo y un mucho eres tú,
y por esas huellas livianas de arena
te sigo por el borde de todo
s mis deseos,
te invento so pretexto
de amarte hasta el abismo,
hasta ser uno solo
en el confín de los sueños
te invento so pretexto
de amarte hasta el abismo,
hasta ser uno solo
en el confín de los sueños
Emmanuel
Morales
No dejes
de ser
Especie que corre
ejercitando los órganos,
con mirada inocente;
individuo que vela
por contagiar a los otros
tu magia única.
Aférrate a la familia
pues es dádiva bendita
proveniente de lo alto;
pela tus dientes
si alguien quiere herirte,
para el dolor no habrán
motivos válidos.
Leal amiga
ante aquellos que extienden
hacia ti sus manos;
no olvides cuan necesario
es reflejar a los tuyos
agradecimiento eterno.
Actúa cual felino grande
sin obviar singular hecho:
tus marcas te hacen única;
utiliza tus manchas
como efectivo camuflaje
ante quién busca herirte.
Veloz para guardar
aun ante la ira
tus razones de enojo;
sigue puntos fijos
con esclarecida vista
y agilidad propia.
Por ultimo sé feliz
sin importar tu territorio.
Mariamalia Sotela
Proeza
Estoy sosteniendo el alma
para que
no se me salga
por los ojos
delante de
la gente.
Estoy
sosetniendo
mi esqueleto
para que
no se caiga
mientras
apren.o la proeza
de vivir
sin vértigo.
Estoy
tratando de asomarme
por los
ojos, desde afuera,
y ver mi
pulpa
y mi semilla
más allá
de esta piel empecinada
en
conciliarm.e.
Ya no sé
si soy
piel o si
soy fruta.
Nunca supe
qué sabor
tienen mis raíces
de tanto
desgarrarlas.
Quisiera
ser melón
y coco y
guaba.
Guanábana
quisiera
y no mujer
sibn pulpa
y
sin
semilla
de tanto
resembarme en el olvido
Deberé
arrancar mi piel,
pero de
veras,
y
remontarme el esqueleto desde abajo
y olerme
poco a poco
y escuchar
mi soledad
y
sostenerme.
Luego,
si es
posible , no cantar
nunca más
una mentira.
Y entonces
salir
y comenzar.
Seidy Delgado
¿Qué haré
mañana?
Cuando ya no te vea
y tu mirada
no se pierda en la mía,
cuando no escuche
el sonido de tu sonrisa.
Cuando mis manos
No se hundan en tu pelo
y mi piel no sienta
el calor de tu cuerpo.
Solo sé que mi cuerpo
no se secará por las lágrimas,
limpiaré de mis ojos
las huellas que dejan las gotas.
Seré de nuevo libre
con la ternura de siempre;
continuaré en pie
con mi mirada hacia el frente.
Una mirada
Víctor Julio Romero
(Integrante del CPV)
Miro por la ventana,
el aire se posa en mis mejillas;
su contacto me hace creer
en un Dios Soberano,
que me da vida y
tiempo para pensar.
Dios mediante el roce
de ese aire que refresca
parece preguntarme:
¿Qué ha pasado contigo?
Enmudecida queda mi voz,
¡No tengo respuestas!
Vuelvo la mirada
hacia los verdes campos:
la lejanía me parece corta,
lo cercano se me hace largo.
¿Me pregunto?
¿Cuántas cosas lograré?
¿Me alcanzara el tiempo?
¡Con solo una mirada,
creo que no!
Alan
Flores
Mi
estrella
De noche, cuando miro
el fondo infinito del cielo,
me es posible apreciar
el parpadeo de los ojos
negros más bellos.
Como estrellas tristes
tiemblan las pupilas de fuego;
de repente se me antoja
poder subir en vuelo.
Quisiera dedicarte una melodía
como músico diestro,
en algún momento,
¡No importa la hora!
Teniendo tus manos en las mías
podría contarte al oído
mis cientos de ocurrencias,
en una noche a solas.
Si en el fondo de tus pupilas
un brillo irradia mi idea,
pediré que en el interminable cielo
me ilumines tú, mi estrella.
No dejes de ser
Emmanuel
Morales
No dejes
de ser
Especie que corre
ejercitando los órganos,
con mirada inocente;
individuo que vela
por contagiar a los otros
tu magia única.
Aférrate a la familia
pues es dádiva bendita
proveniente de lo alto;
pela tus dientes
si alguien quiere herirte,
para el dolor no habrán
motivos válidos.
Leal amiga
ante aquellos que extienden
hacia ti sus manos;
no olvides cuan necesario
es reflejar a los tuyos
agradecimiento eterno.
Actúa cual felino grande
sin obviar singular hecho:
tus marcas te hacen única;
utiliza tus manchas
como efectivo camuflaje
ante quién busca herirte.
Veloz para guardar
aun ante la ira
tus razones de enojo;
sigue puntos fijos
con esclarecida vista
y agilidad propia.
Por ultimo sé feliz
sin importar tu territorio.
María José
Mora
Ser
Así como un árbol
le permite al humano
obtener oxígeno,
permíteme seguir mi camino,
¡Déjame ser libre!
Crecer, sonreír, caer, vivir,
llorar de alegría,
déjame nada más,
Déjame ser para no desfallecer
durante el recorrido,
que en el trayecto pueda
continuar con pie de lucha;
hazme capaz de ver más allá
de los sentimientos y el pensamiento.
Comprender que lo esencial
está en lo pequeño,
que el mundo es exquisito
y que la vida ni para qué.
¡Déjame ser humana!
Oler los aromas sabrosos
de las flores, de la miel,
los perfumes del aroma humano;
déjame por último
ser sin pretender lo que no se es.
Ana María
Arias Calderón
Casualidad
Te pienso,
mi cuerpo se humedece,
como el mar lo hace en la tierra.
Viajes cortos, caminos largos.
Después del mañana
no habrá más allá.
Se acabaron las fugas de estrellas
y los vacíos llenarán el espacio.
Te pienso,
viviremos el para siempre colmados de suspiros.
Nadaremos al infinito llegaremos al ocaso, y,
allí,
cada quien volará a su espacio.
A: GINA
Joan Brenes
(Poeta Invitado)
No me dejes Señor sin estos ojos
convídame estos ojos y no me debes nada
no sé si es imprudente
quererla asi con tanto
ella no piensa igual que las que yo conozco
ella no viste igual
que todas las que viven
ella se vuelve un único contento
y una alarma
me tiene caminando de un hilo por el mundo
y hacía mucho tiempo
que no sentía un celo
pero su sentimiento tiene de claro y bueno
la libertad que arruina
mi tumba y mis querellas
no me dejes Señor sin estos ojos...
María José
Mora
Ser
Así como un árbol
le permite al humano
obtener oxígeno,
permíteme seguir mi camino,
¡Déjame ser libre!
Crecer, sonreír, caer, vivir,
llorar de alegría,
déjame nada más,
Déjame ser para no desfallecer
durante el recorrido,
que en el trayecto pueda
continuar con pie de lucha;
hazme capaz de ver más allá
de los sentimientos y el pensamiento.
Comprender que lo esencial
está en lo pequeño,
que el mundo es exquisito
y que la vida ni para qué.
¡Déjame ser humana!
Oler los aromas sabrosos
de las flores, de la miel,
los perfumes del aroma humano;
déjame por último
ser sin pretender lo que no se es.
María
Bonilla
Yo Soy Aquella
Yo soy
aquélla a la que llamaron “ la mujer sola”
de aquél al que llamaron Lautrec,
la mujer de la bañera, tratando de lavar los muchos hombres
soñados, apalabrados y silenciados la noche anterior.
Mis muchas soledades.
Mis muchas verdades.
Con pocas o ninguna palabra.
Aclarando con un pedazo de sábana blanca
mi cuerpo adolorido.
Despacio, con mucha agua fría.
Bailando o esperando.
Pensando, queriendo, intentando un mañana posible.
Otra mujer sin nombre propio que sólo quería dormir.
Y dejar de estar en el lugar desolado, ingrato y destrozado
del vacío y de la indeterminación de soñar, en silencio,
que era el sueño de aquél al que llamaron Lautrec
la mujer de la bañera, tratando de lavar los muchos hombres
soñados, apalabrados y silenciados la noche anterior.
Mis muchas soledades.
Mis muchas verdades.
Con pocas o ninguna palabra.
Aclarando con un pedazo de sábana blanca
mi cuerpo adolorido.
Despacio, con mucha agua fría.
Bailando o esperando.
Pensando, queriendo, intentando un mañana posible.
Otra mujer sin nombre propio que sólo quería dormir.
Y dejar de estar en el lugar desolado, ingrato y destrozado
del vacío y de la indeterminación de soñar, en silencio,
que era el sueño de aquél al que llamaron Lautrec
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