Poemas Grito de Mujer 2015 Aguilas, Murcia ESP
Laura Hernández Carrasco
Grito
Hubo
un tiempo viejo, tiempo de noches esperando el día.
Hubo
brazos sobre su espalda, y en sus manos… En sus manos una espada.
Huracanes
que arrasaron belleza, la que yo adornaba para él.
Hubo
alas mojadas, días sin sol, sal en las heridas y risas
envenenadas.
Ya
no forma parte de mí, mi espejo no refleja su cara, ni mi voz
resuena en su estancia.
A
veces, solo a veces, mi grito fue bravo, como la embestida del mar,
y mi cara vuelta contra el suelo, rota como un cristal.
Cerré
mis ojos mientras pensaba,
guardé
mis manos en los bolsillos,
caminé
por desconocidos valles,
y
en placeres prohibidos.
Salté
entre pedregales, rodé por umbrías y matorrales.
Busqué
en las profundidades el olvido y en los laberintos las mentiras.
Abrí
puertas con desatada bravura,
Lucia
Rodrigo Fernández
A
Las Mujeres De Mi Vida
Mujer,
eres única alcanzando metas
eres
hija, madre, hermana,
abuela,
amiga coraje
fuente
de amor y energía,
la
más bella flor de la creación.
Mujer,
que resurges del fuego,
de
las brasas que aún arden,
del
peso del dolor de algunas madrugadas
con
vientos repentinos,
insólitos
y vacíos.
Mujer,
de mirada generosa,
creadora
de sueños,
fecundas
son tus manos
donde
mana el agua fresca
en
las noches de verano.
Mujer,
te aferras a la vida
como
la hierba al prado,
fuente
de amor es el brillo de tus ojos
de
azules primaveras
y
de consejos sabios.
Mujer,
que florecen gardenias
de
tu pecho y mirlos blancos,
ternura
brota de tus finos labios.
Mujer
de mirada firme
y
de firmes pasos,
siembras
la tierra de esperanza.
Mujer,
con Mayúsculas.
Pedro
Vera
Una
rosa de papel
con
su perfume de letras
he
puesto en la estantería
para
alegrarme la vista
y
olerla cuando la leo.
Y
decora el gran salón
una
rosa de papel
arrancada
de un diario
con
noticas luctuosas
de
intolerables hambrunas.
La
radio se queda muda
mientras
sostengo en la mano
una
rosa de papel
de
pétalos arrugados
con
sus letras desconchadas.
Se
ve la calle desierta
cuando
a plena luz del día
emerge
de un vertedero
una
rosa de papel
ennegrecida
de humo.
Al
tirano que consiente
tanto
llanto y tanta sangre,
envuelta
con celofán
le
llevaré de regalo
una
rosa de papel.
Ramón Zaragoza
Rondán.
Eva
Tu pelo cae como las
honda en la arena
Rizado y rebelde
como un suave lebeche
Es un mar castaño
donde desea surcar mi flota de cinco dedos
Marina y sal tú
eres.
Como eres
Tus labios
Son rojos como un higo abierto
Jamás he probado néctar tan dulce
Como la saliva de tu boca
Fruta saciadora.
Cordón umbilical
Que me alimenta de emociones,
Ambrosía anhelada
De la que quiero comer.
Saciarme
Pues tengo hambre de ti
Diosa marinera.
Son rojos como un higo abierto
Jamás he probado néctar tan dulce
Como la saliva de tu boca
Fruta saciadora.
Cordón umbilical
Que me alimenta de emociones,
Ambrosía anhelada
De la que quiero comer.
Saciarme
Pues tengo hambre de ti
Diosa marinera.
Volver
a vivir.
Perdí
mis poemas
Por
el camino llevados
Con
vientos del pasado.
Mis
pasos crujían al andar sobre la hojarasca.
Ahora
que los almendros son raíces negras
Que
succionan el aire, respiración de la nada.
Durante
años me alimenté de mendrugos de nostalgia.
Famélico,
Viví
en la indigencia de caricias.
Y
salió el sol por sorpresa.
No,
era un faro de centelleante corona.
Su
haz me condujo a un brazo de tierra entre dos mares.
Y
allí estaba ella, con un lapislázuli entre sus manos.
Diosa
marinera,
Con
su pelo de algas
Y
su falda de escamas.
Recuperé
por fin mis poemas.
Los
almendros ya están en flor.
Sólo
me queda esperar vivirla,
Vivir
la vida con amor.
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