Poemas Grito de Mujer 2015 Puerto Rico
Poemas
Grito de Mujer 2015 Puerto Rico, coordinado por Zulma Quiñones
Lala
Garcia
Viento
Serena
40
menos 1
"He
vivido en muchos cuerpos
vida
tras vida
en
otras vidas
y
como maldición eterna
he
despertado siempre con la estigma de ser hembra
de
ser mujer con piel de infiernos
y
almas dispersas en las caricias..."
-Niebla
Maldigo
esta cimiente en la que me han fecundado
tantas
veces
demasiadas
tal vez
el
vientre en el que han depositado la semilla maldita
raíces
del infierno han masticado el cielo de mi vida
dejando
en las grietas de mi alma
los
rostros de todos
y
en ocasiones de todas
40
menos 1
como
al Cristo
pero
no junto a éste
porque
él fue hombre
más
yo he sido mujer
en
todas mis vidas
he
sido y soy un cuerpo con desesperanza
recipiente
de loa y latigazos
de
besos, patadas
de
sagrada inmundicia
No
son 39
40
menos 1
porque
no merezco ni un número perfecto
por
ser mujer no merezco misericordia
por
llevar vulva entre mis piernas
merezco
ser lapidada en la plaza
frente
a todos los que se atragantaron con mis lloviznas
por
mis tetas han de quitarme el cuero
pues
en estas
en
mis tetas residen las legiones que atacan el universo
y
mis nalgas
son
el sendero a las huestes del infierno
y
por estas seré descuartizada
cual
perro con sarna en cofradía
pero
cuando llegamos al vientre
cuando
llegamos a la cuna que fermenta machos como liebres
tenemos
que esperar a ver que sale de mi vagina
para
entonces decidir si lo ponemos en altar
o
lo cauterizamos con opio
si
me da con parir una niña
40
menos 1
sí,
como al hijo del Dios de los judíos
como
al que clavaron en el madero para salvar a una raza escogida
pero
no junto a éste
pues
por ser mujer
ya
soy blasfemia
ya
soy maldición maldita
Llevo
el infierno en mi cuerpo
pues
nací mujer
en
todas mis vidas
Betzabeth
W . Pagán
Acompasada
“He
de partir
no
más inercia bajo el sol
no
más sangre anonadada
no
más fila para morir”
Alejandra
Pizarnik
Trazadas
en la arena y en los montes
¡Cuántas
rutas de voces y gritos!
¡Cuántas
partituras-mujeres
desatan
su canto por caminos angostos!
Forjadas
a tiempo y golpes;
buscando
en el centro de su vientre
esqueletos
de sonrisas absurdas.
Marchando
en el amplio horizonte
con
el cadáver a cuestas de los sueños tronchados.
Atrás
quedan las palabras rasgadas,
la
mirada de perro rabioso ante la puerta cerrada.
Una
mujer verbo-irreductible
se
abre paso a otra historia,
se
mueve colosal y decidida,
imponiendo
en oleada firme su espléndida figura;
se
aleja segura del sonido fatal y largo de la muerte;
aprieta
los senderos y en cada paso se posee.
Reclama
de la noche los astros
y
de la piel temblores por las ansias redimidas.
Un
centenar de primaveras floreciendo en sus pupilas.
Un
grito, un aullido contundente,
arqueándose
en su garganta,
cayendo
en vórtice, desnudo,
para
derribar la mímica de verdades agrietadas.
Una
mujer acompasada a su propio tiempo,
poniendo
punto final a un amor entre comillas.
Laura rodríguez abreu
Sin
título
Aquí
yazgo con cara almidonada
De
muerte y vértebras de papel…
El
cansancio me retira al abandono
Como
cuento inacabable de golondrina…
Aquí
yazgo, con zapatos que una vez
Me
llamaban, y sus lenguas ocultas
No
desean mi meta…y los dedos ensangrentados
Jugando
piedra, papel y tijera…
Aquí
yazgo, con todas tus perlas,
Ocultando
cada una de tus incertidumbres…
Cosecha
de invierno
Y
cereza en un campo de cristal…
Aquí
yazgo, con penumbra de arlequín
Esclavizado
en sonrisas sin futuro….
Despertando
ante el desplomo del día,
Ave
negra que grita ausencia…
Vanessa
carolina alvarado lópez
Un
cuerpo [sin alma]
Se
acerca y te abraza, te besa y después del “hola mi amor”
Te
agarra la cintura y aprieta...
Me
está agarrando los chichos... tengo que rebajar
Y
es tan cortés de cerrar la puerta mientras vomitas la cena.
Te
levantas junto a él, enredados en las sábanas
Y
mientras toca tu pecho y lo analiza...
Tengo
las tetas caídas... ¡que feas se ven!
Y
tu príncipe azul te acompaña a la cita del cirujano plástico.
Estás
celebrando tu décimo aniversario de bodas y, brindando,
Se
acerca a tu rostro y traza las líneas que amarran tus ojos.
¡tengo
arrugas! ¡me va a dejar por otra!
Y
tu esposo consentidor te paga el “face-lift”.
Te
arreglas tu traje cada minuto.
Cuentas
calorías hasta del agua que bebes.
Te
miras en el espejo horas eternas.
Examinas
todo lo que tu esposo hace.
Y
te sientas frente a mí... me cuentas de tu matrimonio,
De
lo bueno que ha sido compartir tu vida con él.
Pero
yo te veo triste...
Y
tu pobre alma se drenó después de tanto “amor”.
Ya
sólo queda un cuerpo sin alma...
Una
versión de ti, desarmada.
Idalisse Colón Ferrer
Alas
A
las hermanas Mirabal
Sus
voces tenían alas
como
las mariposas,
revoloteando
en la conciencia
de
un oprimido pueblo
batiendo
sus alas entre hojas esperanzadas
desafiando
décadas de tradiciones letales
con
la palabra hecha acción
Sus
voces tenían alas
como
las mariposas,
batiéndose
al vaivén
de
vientos de calumnias recias
usando
sus cuerpos como escudos vivientes
azotadas
bajo el látigo de la tortura
y
el puño del hombre bestia
hasta
que el último suspiro levantó sus alas
y
el Ojo del Agua arropó sus cuerpos.
Sus
voces tenían alas
como
las mariposas,
la
muerte no calló su mensaje inmortal
tejiendo
puentes con hilos de justicia
y
cimientes de igualdad
haciendo
marchar un pueblo como en el Éxodo
hiriendo
al faraón , en ruta hacia un gobierno justo.
Sus
voces tenían alas
como
las mariposas,
por
eso cuando hasta mi llegaron
sentí
que una ancestral hermandad
recorrió
cada célula que mi ser compone
por
eso, como ellas,
yo
también digo, basta.
Mara
Daisy Cruz
Antítesis
Esa
que refleja el cristal roto no es una mujer,
Esa
es una piedra inerte que se opone a la nada,
Esa
lleva en los ojos tinieblas y las alas cortadas.
Soy
vasija quebrada por la misma mano que una vez me acarició.
Soy
música apagada que no se atreve a gritar su llanto.
Soy
la antítesis de la mujer que una vez fue.
Soy
nostalgia de viejos tiempos.
Yo añoro a la niña que sembraba soles,
Yo
era aquella que cosechaba vientos.
Yo
la contemplo ahora.
Yo
la acaricio en mi recuerdo.
Qué
pasará con aquella niña...
No,
detente... por favor no crezcas.
Quiero
evitarte desdichas, frenarte tormentas.
Quiero
impedir que te amen los hombres.
Quiero
evitar que tomes del cáliz.
Quiero
que escapes del Hades.
Quiero
que seas libre, si llegas un día a...
Ser
una mujer.
Nora
S. Cruz Roque
Confesión
¡Declaro
y no me importa si con ello quedo presa!
No
me interesa si me dan un desacato por encubrir la verdad
Limpio
mi cuerpo de la sangre oculta que me han ocasionado heridas que
permití
¡Confieso
que fui la maltratada!
La
acuchillada profundamente al pulmón y al corazón
Cocieron
mi boca con hilos de metal
Ataron
mis manos a mi propio cuerpo
Sellaron
las evidencias con dulzuras de tasas de café
Mis
pies fueron taladrados para que no caminara hacia la libertad
¡Suplanto
a la mujer de antes por otra diferente!
Y
no es perjurio ante la sociedad
Es
limpieza de las huellas de un crimen del que me condenan
Me
convierto en mi abogado defensor
Y
mi voz condenará como fiscal a mi opresor
¡Señalo
que hoy encontré las fuerzas en las que han muerto por mí!
Y
en nombre de ellas decido y declaro:
¡No
quiero ser la abusada, la asesinada!
Quiero
ver el horizonte sin penumbras y llamar a cada cosa por su acción
¡Decido!
Suplanto
la que no era, quiero ser yo
Mujer
- Mariposa de quimeras y fechas nuevas
Atardecer
lleno de sol tibio y tranquilo
Amanecer
lleno de rocío que anima y da vida
Mujer
de denuncias ante el abuso permitido
¡Hermanas
Mariposas!
¡Declaren!
¡Confiesen! ¡Suplanten! ¡Señalen! ¡Decidan!
¡Ya
no moriremos más!
María
de los Ángeles Camacho
Días
de su mundial de futbol
Oigo
el escrutinio de aves nuevas en mis entrañas
ya
no tengo mariposas
se
han ido como los marineros
sus
alas pellizcaban el dormir;
insomne
me dejaban
trepidando
a
la espera del alma de mi amado
él
me donaba su cuerpo distante
cuerpo
teatro
su
cuerpo desconectado
cuerpo
trampa
su
casi cuerpo
cuerpo
vampiro
su
cuerpo sin lengua azulada.
En
el viento de mis greñas
desaté
un torbellino para coronarlo
nunca
vio mi boca dorada
vaciarse
para alimentarlo.
Desbordada
de hambre
-¡con
la fe una migaja!-
lo
espiaba, lo circula,
lo
rondaba, lo rondaba...
De
tantas vueltas
fui
su balón
lleno
de patadas
sin
trofeo, sin gol, sin red.
Bárbara
C. Pérez
El perfume del vuelo
De
la costilla inicia su cruzada,
con
un marcapaso de predisposición,
la
autoría de su huella boicoteada,
el
origen de su punto de inflexión.
Imagen
y semejanza: la censura.
La
secuela de divina perfección,
su
voz desintegrada en la bajura,
la
libertad, un decreto de rebelión.
Un
disparo sube el telón contemporáneo,
y
otra mujer cae al suelo sin vida,
donde
no se sintetiza un relato foráneo,
donde
todo queda en grotesca deriva.
Gritamos
todas por las heridas...
gritamos
todas con el alma partida.
Ausencia
de llanura, exceso de aspereza,
el
golpe y la bala como sello propietario.
Mujer
“insurgente”, bazofia es su entereza,
y
el anhelo de ser: un acto revolucionario.
[Pero
no, porque somos...]
Somos
fundamento y el sustento,
somos
alas perfumadas de vuelo,
la
meta que magnifica el intento,
espíritu
invencible en el duelo.
Somos
vida, fuerza y sustantivo,
primavera,
y océano de sensibilidades;
el
fruto, y con el pecho erguido
sepa
que la violencia no acalla bondades.
Mujer,
que nació (y nací) para ser,
vivir
es escribir nuestra verdad,
metamorfosis
que no he de perder,
Mariposas:
¡A volar por la libertad
Lourdes Collazo Algarín
Lourdes Collazo Algarín
El
peso de la prueba
Yacía la niña sin pulso en el suelo,
expuesta a las miradas de los vecinos,
aquellos que emitieron su juicio en mi contra,
los testigos de cargo que la vida me dio,
mi miedo fue la causa, he de confesarlo
a la que se escuda detrás de una toga
- la balanza se inclina
y siento que el peso de la prueba se incrusta
sobre mis espaldas dobladas –
hay golpes, maldiciones, dolores agudos
y unas gotas de sangre sobre mi sábana.
Jessika Reyes Serano
Yacía la niña sin pulso en el suelo,
expuesta a las miradas de los vecinos,
aquellos que emitieron su juicio en mi contra,
los testigos de cargo que la vida me dio,
mi miedo fue la causa, he de confesarlo
a la que se escuda detrás de una toga
- la balanza se inclina
y siento que el peso de la prueba se incrusta
sobre mis espaldas dobladas –
hay golpes, maldiciones, dolores agudos
y unas gotas de sangre sobre mi sábana.
Jessika Reyes Serano
Flores
Porque
existen muchas maneras de maltratar a una mujer.
Las
flores silvestres no tienen miedo.
Se
posan encima de una oreja desconocida,
se
regalan inesperadamente,
bailan
con el viento
y,
como Julia, se pintan con el Sol.
Las
flores silvestres
no
tienen precio, nacen donde quieren,
no
participan de despojos, no dan suerte.
No
creen en nada porque ellas saben quiénes son.
Cuando
quiero ser silvestre,
anuncian
en la radio, escriben en los diarios;
me
gritan desde la pantalla que no puedo.
Que
el maquillaje se hizo para mí.
Que
los tacones se hicieron para mí.
Que
las cirugías se hicieron para mí.
Que
el color rosa se hizo para mí.
Cuando
quiero ser flor silvestre,
rocean
mis pétalos con agua bendita
y
siembran en la recién nacida
que
pase lo que pase
el
matrimonio se hizo para mí.
Imponen
las flores que me deben regalar
cuando
él me quiere pedir perdón.
Imponen
que debo enterrarme sus espinas
para
liberarme del pecado de la soledad.
Que
me perdonen los dioses de los cielos
y
los nuevos dioses de la Tierra
que
se pasean en campaña publicitaria
vendiendo
sueños con photoshop.
Que
me perdonen los terroristas de lo natural
que
me bombardean desde que abro los ojos.
Que
me perdonen Todas y Todos los prefieren estar enjaulados
porque,
recuerden, que una rosa roja también puede ser silvestre.
Ada
M Álvarez Conde
Hermanas
Las
que escogen la barriga,
Las
que no la quieren,
Las
que trabajan,
Las
que limpian,
Las
que no,
Las
violadas,
Las
maltratadas,
las
fuertes,
las
que callan,
las
que adoran las cadenas,
las
que vuelan,
las
que cortan alas,
las
religiosas y las ateas,
todas
sobreviven,
a
su forma el gran regalo,
que
algunos hacen infierno,
por
lo que tienen en el pecho, en su pelo,
pantalón
o falda,
melena
o calva,
somos
resistencia,
somos
vida atada a un gerundio,
a
la vocal A,
mariposas,
inmortales
hermanas,
rugan
después de muertas,
para
que nos unamos
para
tener derecho a tener derechos.
Karina Gómez
Hilos invisibles
“Cuando supe que habían caído las tres hermanas Mirabal, me dije:
la sociedad establecida ha muerto”Pedro Mir
Siéntate, obsérvanos bien,
¿Dime qué ves? ¿Qué sientes?
¿Somos acaso para ti unos espectros más,
unas niñas indefensas que nada pueden?
¿Desde cuándo nos envuelves con tus hilos invisibles
como orugas en sus crisálidas?
¿Crees que nunca resurgiremos como unas coloridas mariposas? ¿es eso?
¿O que con tus hilos nos puedes controlar?
¿O quizás, que estaremos a la merced de tus garras?
¿Acaso concibes la justicia como una invitada pasajera?
¿O de verdad confías en que nadie más volará tras de ella?
¿O qué la insurrección no hará eco en los cementerios?
¿Aun supones que sobra espacio para tus preceptos discontinuos,
o que la realidad no sofoca el inaguantable silencio?
¿Crees que nuestras alas no volaran más allá de la muerte para desatar huracanes?
Ven! obsérvanos bien!
Obsérvate y contesta:
¿Qué sabes? ¿Qué puedes? ¿Qué piensas
Luis
Cintrón
Izar de banderas rojas
Hoy,
dentro de la parálisis de los sueños,
el
frío de la madrugada se volvió a confundir
con
otro aliento exhumado.
Las
calles se han llenado de neblina,
de
una bruma compuesta por los gritos de ellas,
niebla
dentro de oídos sin ecos.
Hay
labios tejidos con hilos de acero amaestrado
y
desahogos escondidos bajo el tapete hecho
con
pieles de leonas muertas.
Los
ángulos de las casas sostienen la evidencia
de
esas existencias expiradas para evitar ser secuestrados
por
lo ordinario de los pozos sin fondo.
Se
ha cubierto a la razón con un manto de adoquines
que
se tragan las pisadas de ellos, cuando escapan.
Le
han puesto a oler de un químico soberano
y
su inconsciencia brinca entre las hojas de un otoño
en
medio de un conocimiento sin revueltas generales.
Condenada
tarima, de actos sumisos,
bajo
una carpa de carnes y huesos,
de
maquillajes y desfiles de caras,
de
la tierra se alzan las voces de auxilio las cuales
terminan
dentro del pico de aves carroñeras…
¿En
dónde para esto?
Que
la ajenidad colonizada no nos absorba en el
izar
de las banderas rojas .
Edwin Figueroa
La más callada de todas las cosas
Todas los noches veía a padre
resquebrajarle a mi madre el espíritu,
azotarle hasta la sombra a golpes
Nunca vi a mi madre
abandonar sus faldas para dormir
arreglarse su cabello pajizo
ni maquillarse su rostro cuarteado,
No sé cuántas veces
escuchaba su nombre
en la boca de mi padre.
Siempre vi a mi madre
como una fornitura más de la casa,
abarrotada de polvo, de rasguños.
La más callada de todas las cosas
con un mar incontenible en la garganta.
Pero me equivocaba, una noche volamos
convertidas en mariposas amarillas.
María
Miguel Manzano
“Lánzame
flores”
Lánzame
flores.
Grítame
melodías celestiales
con
tu voz endemoniada.
Rómpeme
con las caricias
más
insospechadas.
Provoca
mi llanto
con
placenteras palabras.
Que
acaricien mis oídos
los
insultos más dulces.
Que
mi éxtasis quiebre las estrellas,
los
vidrios y las luces.
Fuegos
artificiales en mis caderas
y
por allá, charcos de miel,
ríos
de vino tinto y azufre.
Golpea
mi cara con tu hombría,
y
sacúdeme el cuerpo con tus miradas.
Tatúa
tu nombre en cada rincón
de
mi silueta salada.
Y
en cada habitación de mi alma,
clávame
obras de arte
pintadas
con tus dedos,
con
tu saliva, con tu aliento,
con
tus lágrimas.
Escribe
tu nombre
con
sangre en mi espalda.
Para
que nunca se borre,
para
que nunca te olvide,
aunque
te vayas.
Marieli
Calderón
“Nada
traduce la tempestad de mi alma”.
Minerva
Mirabal
Mariposas
Campanas
al alba,
azahares
de hierro,
en
ruta al patíbulo,
los
sueños.
Espejos
de verdades
en
voluntades vilipendiadas.
Sábanas
ensangrentadas
ya
no, de ingenuidades.
Alientos
que se escapan
en
golpes de madera.
Mácula
a las dignidades
ultrajadas
por vicio.
El
miedo busca sus silencios;
intento
estulto del caudillo.
Trascendió
a sus cuerpos,
la
enlodada esencia de un cobarde.
Ocultar
al sol fue la consigna,
en
connivencia inútil de apariencias.
Tempestades
asaltan al inquisidor
de
almas traducidas.
Efímeras
mariposas al viento,
sin
barreras de tiempo o espacio,
vociferan
el inmortal atropello
con
estigma de casta, al infinito.
Waleska V. Castillo
Mujer
Mujer
La
vida es impredecible
y un buen día despiertas de un sueño
en el que vagabundeabas sola,
hundida en silencios de afecto,
decides levantarte,
limpiarte las lágrimas,
sacudirte el cabello
de la tristeza que te adorna
y volver a aprender a caminar,
estrenar una sonrisa consciente,
conociendo que ni la vida,
ni el amor son para cobardes
porque más fácil fuera irte,
a dormir en el sueño eterno
pero es de guerreras escoger
enfrentar gigantes molinos de viento
que intentan sacarnos el aire de los huesos
un buen día te levantas
te lavas con pasta de sonrisas
y te repites al espejo
"soy la gladiadora de todas mis batallas
soy fuerte, saldré adelante"
y la mujer del reflejo te dirá lo mismo,
entonces no estarás sola
tu imagen te acompañará al campo
y sonreirá contigo cuando en la tarde se miren juntas al espejo,
cada día Guerrera es tu fuego
cada noche traerá tu paz,
cada amanecer tu esperanza
y la posibilidad de comenzar de nuevo
sin hundirte en las garras del silencio.
Walberto Vázquez
y un buen día despiertas de un sueño
en el que vagabundeabas sola,
hundida en silencios de afecto,
decides levantarte,
limpiarte las lágrimas,
sacudirte el cabello
de la tristeza que te adorna
y volver a aprender a caminar,
estrenar una sonrisa consciente,
conociendo que ni la vida,
ni el amor son para cobardes
porque más fácil fuera irte,
a dormir en el sueño eterno
pero es de guerreras escoger
enfrentar gigantes molinos de viento
que intentan sacarnos el aire de los huesos
un buen día te levantas
te lavas con pasta de sonrisas
y te repites al espejo
"soy la gladiadora de todas mis batallas
soy fuerte, saldré adelante"
y la mujer del reflejo te dirá lo mismo,
entonces no estarás sola
tu imagen te acompañará al campo
y sonreirá contigo cuando en la tarde se miren juntas al espejo,
cada día Guerrera es tu fuego
cada noche traerá tu paz,
cada amanecer tu esperanza
y la posibilidad de comenzar de nuevo
sin hundirte en las garras del silencio.
Walberto Vázquez
Mujer
Poesía
Eres
de
claridad clandestina
la
que me hace morir
de
día y de noche
en
el silencioso caminar
que
llena los vacíos lunares
de
fluorescentes huellas
cada
vez que te siento
en
mi piel.
Eres
y
serás la mujer
la
mujer poesía
la
que aún me tatúa palabras
la
que desnuda mi alma
la
que me hace ver estos cinco años
como
cinco siglos
la
que abre huecos en mi pecho
llenándolos
con lloviznas de recuerdos
en
la traición fértil de mis sienes.
Eres
la
mujer que me hace correr
tras
los latidos
de
unos amaneceres sin fechas
en
la voz infinita que teje este idilio
aún
existente
aún
vulnerable de su líquido amniótico
en
el libro del amor.
Yolanda López López
No
me maltrata
¡No
me maltrata, te digo!
¡Mira
que hermosa mi casa!
De
mármol mi piso,
antesala,
sala, comedor, biblioteca y cocina,
cuatro
baños, cinco habitaciones, terraza y piscina.
¡No,
no! ¡No me maltrata, te digo!
Me
regaló un carro último modelo
y
hasta para la fiesta me escogió vestido.
Dice
que negro y corto debo llevar mi cabello.
¡Qué
no, que no me maltrata, te digo!
De
sus manos no he sentido golpes.
He
recibido dinero medido,
Para
gastos según me sean permitidos.
¡No,
no insistas! ¡Que no me maltrata, te digo!
Sí,
es cierto, hablo en la cena si él me lo pide.
Yo
no sé nada, él es brillante, el que sabe de deportes,
de
economía y de luchas en otros lares.
Y
sí, se me quiebra la voz,
porque
no comprendo tu insistencia conmigo.
¿Cómo
puedes decir que sin golpes aún es castigo?
¿El
sexo? Yo pongo mi cuerpo cuando él quiere
y
hasta que él termine.
No,
de orgasmos yo no sé nada.
Pero
ya ves, no hacen falta.
¡Mira
lo bien que vivo!
No,
él no me maltrata.
Y
si lloro, es porque hace muchos años,
justo
al casarnos,
me
llevó a operar para que no tuviera hijos.
Irma
Rivera Colón
Ojal
en cuatro cantos
Si
tan solo pudiera ver el horizonte,
eso
bastaría para llegar allá.
No
es posible: la mañana me amenaza,
el
sol ha echado dedos
y
dispara cuchillos a mi frente;
se
me inunda la mirada de un mar amargo,
si
tan solo pudiera ver el horizonte…
Le
temo al silencio de tus pasos
y
al espacio torturado
que
es la distancia entre los dos;
me
enfrento a la contundencia de tus manos
con
un ¡NO! severo y exquisito.
Mi
ternura queda intacta,
en
espera de que la luna
se
llene de jazmines.
Me
llamas,
llego
hasta tu puerta,
y
allí me quedo
con
la voz atada a mi espalda;
el
cerrojo es una boca,
un
ojal torcido que me mira con dureza.
Regreso
a mi encuentro.
Una
guirnalda de palabras mudas
puebla
mi garganta,
un
roto olor a jazmines moteados de luna
se
me enreda en el pelo.
Empiezo
a ver el horizonte…
Marisol
Tellerías
SI
ME TOCAS
Si
me tocas, sólo toca el suspiro atrapado en mis adentros al contacto
con tus besos.
Si
me tocas, sólo toca mis virtudes y no repares nunca en herir mis
aparentes defectos.
Si
me tocas, sólo toca mi cuerpo al adorarlo con locura, y envolverlo
entre tus brazos
llenándolo
de amores tal si yo fuera un pétalo en polvorienta llanura sedienta
de pasiones.
Si
me tocas, no toques el pasado escondido en mis refugios, sólo toca
el goce del amor presente
que
ganaste al honrarme y tratarme igual a preciada perla.
Y…
si me tocas, procura sea para amarme y entregarme un mundo entero,
con ese toque que sabes enciende y exalta mi corazón llenándolo de
júbilo, cuando oigamos sonar las campanas que despertaran mis sueños
dormidos. Al sentirme tan amada, cual mujer hecha de amor y para el
amor.
Miguel
Ayala Chaparro
Si
pudiera
Si
pudiera arrancar los abrojos
que
cuelgan de tu oreja
Si
pudiera plantarme
como
un abeto en tu garganta
cuando
a tu voz le nacen garras.
O
quizás cercar tus puños
con
una estampida de gorriones
o
sembrar un manojo de ternura
que
te haga estremecer.
Si
pudiera ser tan frío
como
el gatillo con que acechas
como
la medida con que esperas ...
Si
pudiera congelar el odio.
Si
supiera
cómo
se reanima la sangre
si
con un haz del alba
pudiera
confundir a Cerbero.
Si
supiera
conjurar
el sortilegio
que
al cabo de tres días
devueve
el aliento...
Haría
que regrese
del
reino de la escarcha.
Desde
luego; si pudiera.
Gricelis
Torres
Verbo
Hay
piedras y hay escollos...
¡qué
nadie cave tu tumba!
camina,
lev ántate, retumba;
tropieza
en los atollos,
naufraga
en los arroyos...
que
ni tu padre,
por
engendrarte,
ni
tus amores,
por
mendigarle,
caven
tu hoyo.
Libérate
de ataduras.
Teje
tus armaduras.
pelea,
deslígate, sufre
tus
batallas puras.
Que
no hay enemigo mas sabio
que
la cordura.
vive
tu dolor,
enfrenta
la locura....
sosiégate,
cálmate, encuéntrate;
aliviana
tu cintura.
Tócate,
bésate, ámate;
asegura,
tu aventura!
Heida
Zambrana
Sí…
tú, yo o ¡quién sabe!
Sí…
sí… tú, la de los hombres necios
Sí…
sí… tú, la que descuelga versos
por
parajes inauditos.
Sí…
sí… tú, la que no nunca aprendió
que
comprender tiene límites
doler
tiene límites
amar
tiene límites .
Sí…
sí… tú y yo
y
Juana y Julia… Isabel, Hildegarda
y
los púrpuras que rumian con olor a santidad
y
los grises y el silencio
como
piezas maestras del sufrimiento.
Porque
soy, porque eres, porque somos
enigmas,
desolación, silencios…amor.
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