Poemas Grito de Mujer 2017-La Pampa-Argentina
Ana María Rolfi
La Niña Ausente
Encuentro
a la niña ausente
Con
la palabra escondida
Entre
silencio y silencio.
Con
los sueños arrugados
De
tanta lágrima suelta.
El
hombre grande sonríe
Tiene
a su presa domada
Sólo
basta un gesto lúbrico
Y
ella se asoma a sus pies.
Derrotero
de los débiles
Este
agacharse sumiso
Sin
aleteos posibles
Ni
ángeles redentores.
Su
pena no halla refugio
Se
pierde en sombras de miedo.
Crueldades
infinitas
Logra
el hombre en estas tierras.
Alimentando
miserias
Sin
dar vuelta su mirada.
La
justicia se ha dormido
No
hay quien pueda despertarla.
Sara Arrascoitia
El Lobo Feroz
Es
increíble. -¿Cómo pudo pasarme?
De
niña y de forma gradual me enseñaron a identificar al lobo feroz. Si, el del
cuento. Yo creí conocerlo tan bien a través del relato de mi madre, que estaba
segura nunca podría atacarme. Yo lo reconocería primero.
Sin
embargo, frente a este trabajo, descubro cuántas veces me tuvo a tiro de
zarpazo, y me salvando la repulsión más que la prevención.
En
la adolescencia, aquel señor mayor amigo de la familia, que se tenía demasiado
en el abrazo, y me acariciaba con suavidad, tenía demasiado pelo en las orejas
y una boca alargada y dientuda, que me impresionaba.
El
profesor de lógica, el que se paraba al fondo del aula y hacia pasar al
pizarrón a chicas de escalofriante minifalda, tenía un defecto al caminar creo,
no…que tonta, debajo de la botamanga del pantalón arrastraba algo peludo y
grisáceo. -¡Cómo no pude verlo!-. Algo de su horrible cola se escapaba por ahí.
También
el jefe que siempre necesitaba dictar cartas después de hora. Me fui porque no
soportaba el olor a carroña. Pero no sospeche nada.
El
que más me indigna es el médico, con esa cara de ángel caído. Deje de acudir a
su consulta por la forma en que deslizaba sus maños en mi piel desnuda, esas
manos frías, alargadas y vellosas.
-¿Qué
me cegaba? –Cómo no pude descubrirlo al momento?- ¿Qué me enseñaron mal?
Ya
se, tiene que ser esto; mi madre hablaba siempre en singular. Era uno solo el
lobo feroz. Eso me distrajo; habiendo tantas chicas, no me iba a sorprender
justo a mí.
Esto
es lo que quiero contarles, son muchos, están todos sueltos y al acecho.
¡Cuidado! Atacan con total impunidad.
Biby Palacios
Hoy vengo a contar un hecho que sucedió en mi
infancia... Si me preguntan si me olvidé, no, la verdad es que lo llevo,
lamentablemente, en mis más profundos recuerdos. Quisiera ya olvidarlos porque
esto paso a mis 5 años y hoy ya son 37 los que tengo; pero la verdad es que un
abuso, un manoseo, te vulnera, te degrada Y si hubiese sido solo eso quizás
podría olvidar, pero también tuve que soportar que fuera de mi abuelo, bah, del
padrastro de mi madre. Cuando fui creciendo, no sé si por vivir en un pueblo o porque
parecía una pibita pobrecita, débil, me trataban como si fuera menos y eso me
hacía sentir mal, muy mal... Mis compañeros se creyeron con el derecho a mi
cuerpo (hoy entiendo que eso está mal, y que no era mi culpa) y fui víctima de
otro abuso, así pasé mi infancia y adolescencia en ese pueblo de mierda... Hoy
decido yo. Quizás ahora piensen que por todo esto decidí ser lesbiana. La
verdad ¡¡la verdad es que no!! Soy lesbiana porque lo elijo, porque siempre lo
fui; pero decidieron por mí quienes y cuantos abusarían sin dejarme elegir a mí
cuando sería mi primera vez y con quién. Hoy soy lesbiana porque me da la gana
y me hace feliz. Porque puedo disfrutar de mi sexualidad y no la sufro. Porque
una mujer fue la que me tuvo y una mujer es la que está hoy a mi lado, me ama,
no me lastima, y no me viola. Hoy estoy empoderada y lucho por lo que creo es
necesario: salir a las calles y visibilizarnos.
Hoy decido contar mi historia como una forma de
denuncia y una manera de ayudar a otras que han pasado por lo mismo.
No
queremos más niñas ni niños golpeadxs maltratadxs o violadxs.
Fabiana B. Silva
Malen
Amanecía
ese día y la luz alumbraba sus sentidos
sueños
de mariposas de mil colores
alas
extendidas remontando vuelo
susurros
del viento con caricias…
Amanecía
ese día y juntos; el arrebato y la oscuridad
Sueños
desmembrados sin mariposas ni colores
alas
desgajadas, destrozadas, arrancadas
susurros
del viento que fueron tempestades, ciclones…
Amanecía
ese día y la luz volvió emitiendo
con
ella los sueños de mariposas de mil colores
las
alas brotando alzando el vuelo más alto
los
susurros del viento con las más apacibles palabras…
Amanece
ese día después de miles amaneceres y sonríe…
Nora Gabriela González
Ella Creció.
Ella
creció...
Descubrió
que sus miedos eran sólo fantasmas.
Y que al reírse ellos eran los asustadizos.
Arrancó
valiente, sin anestesia
Las
raíces amargas que la enfermaban.
Deshizo las vendas de sus ojos
Que
teñían este mundo de grises
manchados
de sangre. Cortó las cuerdas
de
sus pies y de sus muñecas y de su alma,
y
se atrevió a caminar sola.
Sacó
los manos frías que tapaban su boca y sus oídos
Haciendo
libre su mente y su opinión.
Ella creció... Encaró al destino y lo obligó a
retirarle su marca.
Con
sus dulces ojos y tierna sonrisa
Lo
sedujo, lo enamoró y lo convenció
A
ser ella quien escribiera sus días.
Y
el destino, no le pudo decir que no...
Ricardo Patricio Milano
La niña fantasma
La
niña fantasma
bailando ella está
su danza de muerte
en su soledad
no
llora ni ríe
tampoco
piensa
ella
solo espera
a su criminal
hermosa pequeña
no ve la razón
de
que aquella bestia
su
vida apagó
pero
alguien le dijo
muy
pronto verás
que
tu alma brillante
se
liberará
y
cuando aquel monstruo
llegue
aquí al fin
le
enseñaremos por siempre a sufrir,
sufrir,
sufrir, sufrir, sufrir.
Iris Lieschner
De
agua de hilo
de
sombra de humo
de
viento y llovizna.
Ella,
va y viene
con
sus pies descalzos
sobre
mi cintura..
Camina
en mi sombra
me
roza, me escarcha
persigue
mis pasos
rompe
mis caminos
deshace
mis lunas
me
pregunta
y
vuelve una y otra vez
en
las madrugadas.
Una
y otra vez
cuando
los rincones
del
patio celeste
rompen
mi ventana
contra
los recuerdos.
Se
acuesta a mi lado
me
nombra me nace
mientras
un fragmento
de
nube amarilla
desgarra
el silencio
que
pasa las hojas
del
diario gastado
que
sobre la mesa de luz
de
mi infancia
espera
sin tiempos.
Mi
ángel, mi niña, mi yo..
mi
cuna, mi madre
Mi
borde y latido
mi
útero y verso
mi
sangre, mi piel
yo
niña.. Mi puerto.
Laura Elena Carnovale
La
Niña
A mi madre
La
helada te deshace los huesos.
Tus manos chiquitas aprietan la ubre
y se siente tan tibia la leche entre los dedos.
Tus manos chiquitas aprietan la ubre
y se siente tan tibia la leche entre los dedos.
Querés
fundirte con el sol de la mañana.
Querés remontarte sobre el caldenal como un panadero
y saltar los corrales.
y girar con los cardos.
y jugar a la mancha con las tijeretas.
Querés remontarte sobre el caldenal como un panadero
y saltar los corrales.
y girar con los cardos.
y jugar a la mancha con las tijeretas.
Las
niñas del campo
no visten con flores
-te dicen-
a vos no te importa,
las llevás en el pelo y en los ojos.
Y los colores del alba
se te pegan a los trapos.
Y brillás.
Igual brillás.
no visten con flores
-te dicen-
a vos no te importa,
las llevás en el pelo y en los ojos.
Y los colores del alba
se te pegan a los trapos.
Y brillás.
Igual brillás.
Laura Elena Carnovale
Conectada
La
importancia de tu presente
sin
rodeos, sin prejuicios
saber
que escuchas
estas
ahí sin necesidad de gritar
a
la espera...
de
que te vea,
de
que te sienta.
Dulce
de pelo amarillo,
que
me observas,
con
paciencia me buscas,
me
encuentras...
que
dicha... me encuentras.
Juegas,
sueñas,
ríes,
sueñas...
me
enseñas a vivir,
me
dices "sé feliz".
Conecto
contigo
entiendo
todo,
todo
lo que debo entender esta en mi...contigo
Fluye,
fluye,
me
entrego a la verdad...
Aquí
estoy,
aquí
me encuentro,
la
niñez interior se apodero de mi inmadurez,
para
de una vez ...
cortar
lo innecesario,
lo
inconveniente,
lo
políticamente correcto.
A
pesar de...
Primero
siento, pienso... luego existo
y
existo mujer. Aquí y ahora.
Y
para llegar ahí, tuve que amar mi niñez fragmentada, que hoy sigue ahí,
representada por mi niña interior.
Maru Gandara
P.D.: Que en el día de hoy se tenga en cuenta el
interior de cada una de nosotras, de nuestros corazones , y que dentro de esos
corazones se descubra la importancia de ser niñas en una sociedad y cultura
donde es difícil, valiente y arriesgado serlo.
Marta Cardoso
Hay
lágrimas en el cielo.
El
viento huye; se abraza a la retama. Un rebaño de cabras enciende su enojo sobre
paredes agrietadas de la burda tapera El sol, disimulando la nostalgia, esconde
los rayos… y la llanura no redime sus pesares.
Yace
sobre el piso la indefensa…
Huye
el insensato… Hay niños sin madre.
Nidia Cristina Tineo
Corazón Pedazo
Apenas
te ves,
apenas
caminas,
y
ya tienes una pena
que
muerde la palabra.
Porque llevas,
corazón
pedazo,
en tu rostro dolido,
el
grito amenazante,
del sucio atropello,
que
rompió tu mirada.
El
verdugo acecha.
El
temor acorrala.
No
lloras.
No
ríes.
No
hablas.
No
dices.
La
sonrisa,
te
ha sido, por siempre,
arrebatada.
La
justicia duerme.
El
futuro aguarda.
Y
tu memoria,
tu
memoria de niña,
no olvida,
no
descansa.
Olga Liliana Reinoso
Culpas
Y
dónde estábamos nosotras
en
qué ceguera, en qué escozor, en qué suburbio.
Y
dónde estábamos que no pudimos ver
cuando
el ladrón robó la gema.
Dónde,
este corazón de pájaro demente,
dejó
que le mataran los pichones.
Dónde
el temblor, el frío, la intemperie
despedazaron
la ternura de la aurora.
Dónde
el deseo de las alhucemas:
se
evaporó en el túnel de los miedos.
No
hay perdón para nadie
en
la agorera multitud de la noche.
Solo
un desgarro secreto
en
la certeza del alma.
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