Poemas-Microrelatos Grito de Mujer 2016 Málaga España
Coordinado por Gems
Educación Andalucía
Gabriel Guerra Gil
Descalzo y de rodillas
Descalzo y de rodillas, Mujer.
Así se asienta el devoto en los templos.
Descalzo y de rodillas,
Arropado en su humildad
y sosteniendo en silencio su rezo.
Descalzo y de rodillas, Mujer.
Que cuando el extranjero que no comulga
se cuela por sus puertas abiertas,
reconoce en sus salas
el Misterio y lo Sagrado,
Y abatido ante el Universo,
por respeto,
inclina la frente y tiembla.
Descalzo y de rodillas,
que tu cuerpo es templo, Mujer.
Que lo Sagrado se encarna en las columnas con las que te eriges,
Que en la bóveda de tu vientre permanece la luz primordial de los astros,
Que no hay Primavera que no pueda conjurar tu pecho.
Que tu cuerpo es templo, Mujer,
y no comprendo a quien quiso adornarlo con cadenas,
cadenas pintadas de rosa,
para ocultar que fueron forjadas a golpe de martillo y yunque.
Que tu cuerpo es templo, Mujer,
y en sus paredes no hay cabida
para quien viene a esculpir, modelar y corregir
con su cincel de Maestro tus asimetrías.
Sacude los cimientos con los que te anclaron a la tierra,
Sacúdete las cadenas
y no te detengas ante quien viene enarbolando en alto
su furia y sus miedos.
Sacúdete y camina,
que tu cuerpo es templo, Mujer,
pero templo vivo
y libre.
Elena Larkova
El Lagarto de mi cuerpo
Soy la niebla
por
encima del mar.
Por encima de la montaña
soy
la nube.
Por encima de todo
me
gusta
experimentar con mi cuerpo,
mientras
lo tenga.
Luego estaré en cualquier
parte...
Apresúrate, la carne
viviente
llena
y ensimismada,
estira tu columna
vertebra
a vertebra,
¡suelta a este lagarto
que
vive dentro!
Deja que recorra al mundo
cuerpo
a cuerpo.
Por
encima
de
todos los cuerpos
disponibles
hay una distracción más
grande
para
mí:
La Transcendencia
del
Yo Absoluto
revolcándose en el barro
cochino.
Y así,
cuando
me miro al espejo,
reconozco al hombre
y
a todas sus pieles.
Mánchame de tierra,
¡
cielos!
Deja caer a este charco
humano;
luego
seré la niebla,
apenas
seré la nube...
Pero no me suspendas,
no
me suspendas
en
el aire;
El Lagarto de mi cuerpo
por
encima de todas las pieles...
Lentamente,
lo
que era marido
se
desliza…..pisando un alma.
Mª Jesús Campos y Juan Gimbel
Río Bravo
(Poema a dos voces)
Río Bravo del Norte,
es corriente de esperanza la que llevan sus aguas, baño que promete una vida
mejor. Desde lo alto, en el monte, se ve la sombra del árbol que crece, las
verdes yemas de las ramas que dan fruto, al vuelo sustento, y pasajero alivio.
Deja que alise tu negra cabellera y la cubra con la flor del nopal, que peine
las lunas de tus ojos y te bese las mejillas. Cae la tarde, los muchos brazos
de ese árbol, el cortador un día y otro va cortando. Ciega su vida, siega el
árbol con el fuego del hacha, que rama a rama, le da calor.
Mi madre me dijo:
“Dios escucha, pídele.
Él atenderá tus
demandas
y dará respuesta a tu
voz, niña mía, y pan para saciar el hambre de todas tus necesidades…” Desde lo
alto, nadie pone fin al abrazo de la muerte. De lluvias sofocantes como
cuchillos, las cruces mutiladas son testimonio de los derechos violados. Vuelvo
a casa y me pregunto dónde está la mano de Dios en este camino a solas; en este
oscuro sin luz, dónde está la voz de Dios, si la ahogaron las arenas del
desierto. El gran torrente, Río Bravo del Mundo, será germen de tierra donde,
inmunes a la mano del cortador, crecerán los árboles.
José Luís Chaparro González
15 Cents. LA HORA
Escribo estas líneas con la seguridad absoluta de que voy a morir. Tengo
23 años y soy inmigrante de nacionalidad italiana. Mi nombre no importa. Me
encuentro en la novena planta del edificio Axh en la fábrica de camisas Triangle ShirtWaist en
Manhattan. Son las cuatro y media de la tarde. Se ha producido un incendio. Las
llamas lo devoran todo y el humo hace que el aire apenas pueda respirarse. No
es posible la huida porque las puertas y las escaleras se encuentran cerradas.
Los dueños lo hacen para evitar hurtos y muchas de mis compañeras están
saltando por las ventanas a la calle presas del pánico. Todas llegamos a este
país en busca de un futuro mejor pero hoy, 25 de marzo de 1911, vamos a morir…
Antonio
García Pereyra.
Poema A
La Mujer
Mujer, perfecta efigie que rebalsa hermosura,
figura de alma pura.
Si yo fuera lágrima,
escogería ser una de aquéllas
que surcaron tu rostro aterido
y que brillaban como estrellas
queriendo abrirte paso en los oscuros caminos.
Mujer, ser bendito.
Si yo fuera un grito,
escogería uno de aquéllos
que lanzaste con bravura
mientras luchabas por estar a la altura
de los que tanto te oprimieron.
Mujer, lustroso diamante.
Si yo fuera un instante,
escogería ese momento
donde te sentías la persona más importante…
durante el dolor de tus alumbramientos.
Mujer, dura como una roca…
y frágil como el cristal…
Si yo fuera metal,
escogería el oro
más valioso,
para ofrecerme como tributo
y erigirte un altar hermoso
para rezarte a cada minuto.
Mujer, dama extraordinaria.
Si yo fuera una plegaria,
escogería una de las tantas
donde tú, hembra desamparada,
desgañitabas tu garganta
suplicando ser respetada.
Mujer, bonita flor,
que inclinabas la cerviz como un humilde
girasol…
Si yo fuera sol,
escogería uno de los engalanan tu cara,
porque
tus ojos me regalan
más luz que cualquier farol.
Mujer, imagen que rezuma en mis mientes,
¡imagen que traspasa mis entretelas!
Si fuera tela,
escogería ser ese pañuelo
que enjugaba tus llantos
mientras no encontrabas consuelo
que alivianara tus quebrantos.
Mujer, ser cubierto de gloria.
Si yo fuese historia,
escogería ese momento
donde se te reconoció tu talento
y alcanzaste tu primera victoria.
Mujer, beldad que asombra.
Si yo fuera sombra,
escogería ser…la que tu cuerpo proyecta,
pues no hay sombra que ensombrezca
la sombra de tu silueta perfecta.
Ay, mujer, cómo no admirar tus curvas:
tus caderas, tu barbilla, tus labios, tus
rodillas…
¡Hasta tu caminar de puntillas…!
Es tanta tu maravilla
que hasta Dios escogió tu vientre
para albergar las semillas,
las simientes, de un mundo que brilla
gracias a tu corazón valiente.
Miguel
Bravo Vadillo
Crónica de una muerte
denunciada
El día
en que la iban a matar, Clara Mendoza –inmigrante de larga duración– se personó
en la comisaría de policía para denunciar su asesinato.
–Agente,
mi marido acaba de amenazarme de muerte. Dice que me matará esta noche con el
cuchillo de cortar el pescado, que ni siquiera tendrá el detalle de utilizar el
de la carne.
–Lo
siento mucho –repuso el agente de turno–, pero no podemos detener a un hombre
por un delito que aún no ha cometido.
–Entonces, ¿qué hago? –preguntó la angustiada mujer.
–Denúncielo mañana, o pida ayuda a alguna institución solidaria con las
mujeres maltratadas.
Al día
siguiente, el fantasma de Clara Mendoza acudió a la comisaría.
–Agente,
quiero denunciar que mi marido me mató la pasada noche asestándome veintisiete
cuchilladas mientras pronunciaba en voz alta el alfabeto español.
–No se
preocupe por nada, ¿tiene usted todos los papeles en regla?
Eva Mª
Garcia Madueño
Empezaba a llover. Apretó el paso y la mano de
Dani. Olvidó coger el paraguas cuando salió de casa, camino del colegio. Un
único pensamiento ocupaba su mente: por fin lo había denunciado. En su bolsillo descansaba la orden de
alejamiento. Estrechó más la mano de su hijo y recordó la última vez que le vio
llorar, el terror en su mirada, la violencia con la que su padre le apartó.
"¡No le hagas daño!¡A él no, por favor!
Fue
la última vez.
Entró
en la casa. Había olvidado cerrar con llave. El suelo estaba mojado. Y ese
olor...
Obligó
a Dani a permanecer en la puerta, avanzó unos pasos y comprendió. Vio la
garrafa de gasolina a los pies del sofá, y la sonrisa cínica del hombre al
ponerse de pie mientras prendía el pedazo de papel que sostenía en su mano.
Solo
tuvo tiempo de gritar: "¡Corre Daniel!"
Angel Domínguez Menéndez
Batallón De Fantasía
¿Recuerdas que despotricaba de mi marido cada vez que me regalaba
un peluche? Doce añitos acumulando el mismo obsequio por cada fecha señalada:
cumpleaños, santo, aniversario, San Valentín, Navidad… Llegué a considerarlos
verdaderos espantajos, ni un solo hueco me dejaron en toda la casa… ¿Recuerdas
incluso que me planteé dárselos a mi legión de sobrinos? Pues esta mañana he
cambiado de opinión. Antes de que se fuera a trabajar pude oír, sin querer,
como le encargaba a todos y cada uno de ellos que me hicieran compañía mientras
estaba fuera.
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