Poemas Grito de Mujer 2015 Cajamarca Perú
Consuelo
Lezcano Ruiz
Arrullo
por el agua
Agua,
te quiero limpia como la niña de mis ojos,
clara
como el puquial de mi infancia,
fresca
como el beso de mi madre,
rumorosa
como el eco,
caudalosa
como la amistad,
serena
como la paz,
dulce
como el primer amor,
cristalina
como mis sueños.
¿Agua,
cuándo retornas a saciar la sed de los sin pan?
¿Agua,
dónde te dejaron los transnacionales individuos?,
¿Agua,
dónde te contuvieron los ricos egoístas?
¿
Agua, dónde te evaporaron los efectos invernaderos?
¿Agua,
dónde te ensuciaron los sapos cavernarios?
Llora
mi corazón bajo el cielo de febrero
y
te busco ,agua, en este estéril campo
donde
los bandidos han sentado plaza.
¡Agua,
retorna a tus orígenes!
¡Agua!,
mi labriego espíritu espera
ser
regado por tu líquido elemento.
¡Agua!,
vuélvete río, cascada, bronca espuma,
remolino
castigador, con quienes
pretenden
romper el pacto de la vida,
del
niño, la madre, el padre, el hombre que te beben!.
Las
gotas de agua de mis ojos
en
impaciencia se derraman.
Antonieta
Inga del Cuadro
Por
este solo momento la vida
es
bonita para siempre
Por
esta luz que regala la ventana
la
vida es bonita en todas partes
Por
saber que llegarás estás haciendo
hermoso
el antes y el por venir
Por
este pedazo de silencio
se
justifican todas las presencias
Por
esta brizna de calma
se
cree en el más allá
¡Cómo
te asiste
la
vida de un eterno
día
merecido!
Contigo
el tiempo
parece
detenerse
en
su razón de ser
Y
tu presencia
habla
por si sola
de
un siempre hoy.
Se
nace de nuevo y de veras
de
siempre y a toda hora
Contigo
se vive siempre
quiero
decir se nace
Se
precipitan los días
y
siempre hay otro día
otro
día que pasa
y
otro día que espera
Y
nos esperan los días
caminando
por nosotros
Y
decimos que hoy es hoy
que
habrá siempre entre nosotros
que
habrá siempre:
con
tu estarte y con mi serte.
La
distancia es la voz con que tú te delineas
la
luz en que tu ser termina
la
sombra donde te haces misterio
abriéndote
camino entre instantes y minutos
entre
tú y nosotros, entre yo y nosotros
¡Sin
saber yo cómo te dejas ser!
¡Sin
saber yo cómo somos en ti!
La
distancia es el tiempo en que te resumes
el
espacio en que te realizas
la
sombra en que te entregas a la luz
sin
que tú lo sepas
Prisionero
de mí “eres”
de
mí “estás”
de
mí “debe ser”
Nimia
Morales
Crepúsculo
La
niña también, como las los pájaros, se ausentó de la casa.
se
fue a buscar otros caminos claros, rumbó
silencio
de húmedas mañanas.
Encontró
en la ribera azul del tiempo
un
eco inevitable de palabras
aleteando
inquietantes agonías,
conoció
la nostalgia.
Otras
veces advirtió que el aire puro
entreabría
sus ecos como un sueño
herido
de penumbras donde acaso
los
recuerdos anelaban su misterio.
Caminó
entre lejanías muchos años.
Un
buen día volvió sobre sus pasos
y
encontró que aquella casa enorme, suya.
Con
su adobe y su teja la esperaban.
Parecíale
aquella casa un gran palacio
anegado
por un eterno sol en primavera,
porque
también llovía en el invierno.
Hoy
llueve sobre el alma. Sin piedad
hoy
se desbordan bateas y tinajas invisibles.
Hoy,
a contraluz, solloza la mañana,
¡Los
pájaros se van, ya no regresan!
¡Ahora
aquella niña es una anciana!
Wilson
Silva Albitres
Fabiola
In
memoriam de la entrañable amiga y hermana en Cristo Jesús: Fabiola
Silva Abanto, que fue llamada por el Señor Jesús Cristo, el
16-12-2013.
Diariamente,
alababa al Señor en la oración
leyendo
su Santa Palabra y participando de la misa diaria.
Asumió
su dolencia con estoicidad
y
la ofreció por la Conversión
de
los sacerdotes del universo.
Era
solidaria con las adversidades de nuestro prójimo.
Era
una espléndida confidente escuchaba pacientemente
las
vicisitudes que compartíamos con ella
y
siempre nos animaba a que oremos, leamos la Biblia
y
nos confesemos y comulguemos
para
liberarnos de la esclavitud del pecado y el extravío
Todos
los lunes salía a Evangelizar a nuestros hermanos
de
la Jurisdicción de la parroquia la Recoleta.
Era
hormiguita de radio María y nos ofrecía las rifas
para
si Dios lo permitía salir agraciados para viajar a tierra santa.
Aceptábanos,
cuando le invitábamos que nos acompañe a Evangelizar,
visitar
algún enfermo o ir a rezar un rosario a algún velatorio
de
un hermano que el Señor lo llamó.
También
me acompañó a Evangelizar en el hospital de Cajamarca.
y
por la bondad de su espíritu aceptaba que le leyera los poemas
que
escribía, producto de las diversas vivencias acontecidas en mi
caminar.
Cuando
se hallaba orando, en el Santísimo Sacramento del Altar
aceptaba
leer y reflexionar la Biblia en forma conjunta.
Adoleciendo
y padeciendo su enfermedad
aceptaba
leer y meditar la Biblia
y
orar a nuestro Dios, para que se haga su voluntad
en
relación a su quebrantada salud.
Lilian
Goicochea Ríos
La
Guitarra
La
guitarra entre mis manos
Vibra
con gran emoción,
Le
canta a mi Patria hermosa
Y
también le canta a Dios;
Pues,
sus sonidos son gotas
De
mi alma que es artista,
Que
asusta la miseria
Y
goza con la alegría;
Por
eso, tiembla guitarra
Con
mi voz que es el clamor
De
un niño que anhela siempre
Sembrar
sólo paz y amor.
Guillermo
A. Bazán Becerra
Luto
Ven,
tal vez en juego travieso,
como broma;
pero
ven
y
libérame del peso de tu ausencia,
esta
roca filosa
que
desangra,
a
velocidad de
minutos
por segundo,
mi
corazón, mi pecho y mis entrañas.
Ven,
como si fuera en serio,
y
tráeme contigo el mejor tiempo
de
verano, de luces y de sueños,
que fueron sábanas
en el lecho agitado
que besaron
nuestras
pieles desvestidas…
Sólo
ven…, pero al llegar
traes
el luto del silencio que sembraste
(arronjado en
distancias de amargura
y
abonado en mil pretextos–barreras)
porque
lo necesitarás en mi agonía…
para
poder
disfrazar
tu desamor.
Eliseo
León Pretell
Mujer… Obra De Dios
Mujer, obra de Dios y su grandeza,
perla escondida en el fondo de los mares.
Virgen de amor, cantar de los cantares,
caro diamante, en su más alta pureza.
♪♪♪
Me subyuga la luz de tu belleza,
Y embobado en el hechizo de tu encanto,
le he pedido un milagro a cuánto santo,
con la terca ensoñación de mi entereza.
♪♪♪
Me fascina el dulzor de tu fineza,
el compás de tus pasos en la calle,
tu mirada…, hasta el último detalle,
cuando quieres mostrarme tu tristeza.
♪♪♪
Eres tú mi soporte y fortaleza,
un alma y corazón para escucharme,
sonriente y predispuesta para amarme,
aceptando mi temor y mi flaqueza.
♪♪♪
Sin preguntarnos tenemos la certeza,
de un amor sin igual a toda prueba,
estela que en su vuelo al cielo lleva,
una plegaria al divino y su justeza.
Edgar
Rafael Malaver Narro
Mujer
Extiéndete
en la hoja
mujer
y sé el retrato de mis soledadessé mi palabra en poesía.
mujer
y sé el retrato de mis soledadessé mi palabra en poesía.
Luz
que la noche a otros lados lleva
tiéndete en mi verso
y sé antorcha.
tiéndete en mi verso
y sé antorcha.
Extiéndete
canción
encarcélate en mis labios
no huyas
aplaca en algo mi tristeza.
encarcélate en mis labios
no huyas
aplaca en algo mi tristeza.
Deja
que mis manos
te pinten en un poema
y bese tu recuerdo
cada vez que lo lea.
te pinten en un poema
y bese tu recuerdo
cada vez que lo lea.
Hijos
Del Tiempo
Doris
Carranza Gálvez
Han
de saberse madre
que
los hijos,
hijos
del espacio no son.
Son
vástagos esparcidos
en
el minutero cadencioso
del
polvo primogénito de la creación.
Bípeda
aguja sincronizada
al
Gran Círculo infinito,
a
las vueltas repetitivas y repentinas
de
horas y medias horas,
de
venires y coplas.
El
tiempo no es siete veces siete,
no
es lo que demora tu instinto
ni
tus partos ni tus mamas.
Es
el tiempo el silencio
innato
en el centro del barro mismo.
Se
quedarán los hijos
en
el tiempo madre,
cuando
no haya más latidos
y
el despertar mudo y frío
sea
testigo inmóvil del eterno olvido,
entonces…
tu
tiempo, madre, también habrase ido.
Yolandawestphalen
Marina
El
amanecer se agiganta sobre el bosque de mástiles.
La
hierba húmeda palpita de nostalgia
en
un silencio oscuro y miserable
Tu
cuerpo es una larga figura geométrica
absurdamente
azul.
Redes
gigantes se despedazan sobre la playa.
Gritas.
Tu
voz se diluye como un náutico espejismo
sobre
el mar.
¡Oh
la pasión de vivir
con
el corazón
devorado
por
los pájaros!
II
¡átame
a la voracidad
de
tu recuerdo!
al
crujir del ala de un pájaro
al
rodar en ascuas
de
la noche
sobre
los vastos letargos
del
ayer
¡átame
a la persistencia
de
núbiles fardos –de tu voz y la mía-
ahogados
en
la gota de sal
de
la memoria!
III
En
lo alto del silencio
la
noche
en
la sima del horizonte
la
piedra
en
la cumbre del dolor
la
lágrima
en
el silogismo total
de
la memoria
tu
figura.
IV
Desplazando
piedras rotas
declinan
mis pasos
en
un peregrinaje
audaz
tras
el ala
breve
de
una gaviota
que
fragmenta
el
mar.
V
Aquí
tu silencio
y
tu añoranza
crean
un
libro de imágenes
en
góticas letras
de
absurdas palabras.
Luisa
Boggio Carrillo
Quebrando
Esquinas
La buena vida todo lo olvida,
beberé ginebra y andaré descalza
dormiré en la hierba y quemaré la cama,...
abriré cada una de las ventanas y
dejaré mecerme al viento calma.
Olvidaré esa cultura tan ilustrada
cultivaré la danza sobre las aguas,
seguiré los consejos de aquellos grillos
aprenderé a tejer telas de araña.
Comeré serpientes, fumaré tabaco
moriré los viernes y batiré las palmas,
crecerán mis manos en lontananza
caminarán mis cabellos estremeciendo el suelo.
Extenderé mis sienes, desataré los lazos,
me vestiré de eterno enero con ojos claros,
atraeré el fuego y espantaré los fríos
trocaré los libros por plumas lilas
cambiaré las fechas y el cause de los ríos.
Seguiré el quiebre de la dorsal espina,
soltaré la médula hasta la esquina y
lloverán los hijos de la estructura mía
trenzando estrellas cual serpentinas.
Manuela
Serrano Ruíz
Quiero
Tomar La Palabra
Susurros
Quiero
tomar la palabra
para
nutrir el aire
de
palabras no dichas,
para
recoger el aliento perdido
de
tantas mujeres silenciosas.
Quiero
levantar mis brazos
con
los brazos de tantas mujeres
que
transitan huéspedes de su vida,
porque
se la han robado.
Quiero
lanzar mi grito,
por
millones de mujeres ninguneadas,
despreciadas,
humilladas,
ultrajadas,
decepcionadas.
Por
todas aquellas a quienes se ha amordazado
el
caudal de su propia voz.
Quiero
ponerme en camino,
aunando
mi marcha
con
la marcha de tantos pies
que
caminan
el
largo sendero de la justicia
y
la equidad.
Quiero
confiar,
mirar
adelante,
arriesgar,
situarme
hombro con hombro,
con
las personas dispuestas
a
derribar muros
sin
concederse el lujo de mirar atrás.
Quiero
apostar porque las hijas de nuestras hijas
den
a luz niños y niñas iguales,
en
los juegos y la escuela,
en
el trabajo y el ocio,
en
la casa y en la calle,
en
el amor y el deseo.
Quiero
¡en fin!
una
Tierra nueva,
hecha
de amor y justicia,
de
pan y palabra.
Sara
Gutiérrez Sisniegas
Seis
Décadas
Trigo
maduro que le coquetea al viento,
pero
no se dobla,
tierra
fértil que le sonríe a la vida,
porque
ya exprimió un día
la
miel de sus frutos en mi boca
Hoy
es remanso de agua clara,
que
llega a los vergeles,
trasfigurando
el mundo a su paso,
el
secreto de la vida
calcinando
los íconos del pecho
en
los sueños.
Ya
todo es una hermosa amalgama,
de
sentimientos,
que
viven en el alma,
pintando
de cola los años
que
quedan por vivir.
Deilú
Elizabeth Oliveros Soto
Silencio
Huyo
del silencio de tu voz
del
vago pensamiento del olvido
de
tu mirada infiel, hoy me despido
en
la frágil caricia de un suspiro.
Y
aún en la distancia y el olvido
tu
voz se desliza en mi querer,
cual
sensible mariposa que ha perdido
una
noche de luna en el amanecer.
Enf.
Alex Mendoza Salazar
Grito
En El Silencio
Tú
voz, eco suave de un dolor que no termina
se
vuelve, grito desesperado
en
la soledad de la noche...
Se
ahoga con tenue luz del amanecer…
¡Otro
día! de olvido, que apaga tu voz.
¡Estás
sola…!
Desesperada,
herida y vencida.
Levanta
vuelo, libélula de trasparentes alas
grita
con la luz de tus ojos,
Grita,
mujer de lluvia…
¡De
tierra!
¡De
bronce!
¡De
arena!
¡De
sueños y prejuicios!
Que
tú grito… emerja vibrante
Que
no lo apague nadie…
Grita
por las mujeres que las durmieron
en
una alcoba fría, indefensas…
Cubiertas
por el frio acero de su asesino.
¡Grita¡
Mujer… ¡Grita ¡
Por
la sangre derramada,
por
las que no levantan la voz,
ante
su agresor…
Por
las que fueron heridas en el alma.
Que
solo una lágrima silenciosa
cubre
aquella triste cicatriz…
!
Mujer!
¡Grita!,
reclama por las horas yertas
Que
se escapan tras una quimera.
¡Grita
al mundo!
Que
eres hermosa…
Que
eres buena…
¡Que
eres mujer!
Que
tienes derechos,
que
nadie te puede tocar
que
nadie te puede invadir…
No
esperes más…
Tu
silencio será el triste final
de
un poema inconcluso…
Que
se perdió en la nada.
Antonio
Goicochea Cruzado
Un
grito por la mujer
Busco
un mundo grato
para
darlo a la mujer
de
hoy y de mañana
a
la mujer andina,
a
la mujer cajamarquina,
a
la mujer del mundo,
a
la que hace riquezas
para
sí y para su país,
A
aquella madre-niña,
de
cuerpo inmaduro,
que
tempranamente conoció
arrebatos
de amor,
que
fue dañada
como
a endeble surco daña el agua,
creyendo
en el patán
le
entregó su inocencia
y
que después él la abandonó.
A
aquella que
cura
con la magia de un huevo,
y
con tisanas
de
hierbas milagrosas
al
fruto de sus entrañas.
Y
a aquella que torció rumbos
deseando
un pan con que mitigar
las
hambres cotidianas
de
un niño sin padre,
quiero
darle un mundo nuevo.
A
aquella que pensando
con
el corazón,
cual
alquimista, troca
penas
en alegrías.
A
esa mujer que es fuerte,
curtida
por vaivenes de la vida,
fuerte
como una leona
amamantando
a sus cachorros,
darle
un mundo al que pueda volver la cara
para
decir de sus ansias
y
sus aspiraciones
y
no espere la otra vida
ni
espere callada
para
verlas realizadas
y
que como humanos merezcamos
plausible
respeto
a
los ojos de la historia.
Que
no haya barrera
que
no podamos derribar
ni
candado que no podamos abrir.
Busquemos
ese mundo
que
un dilema nos plantea
el
trajinar por la vida:
caminar
solo,
en
tristeza o juntos y en alegría.
Para
dar sentido al vivir
se
precisa un ideal,
un
objetivo,
una
opción que sea el norte cabal:
Uno
más uno,
juntémonos
en cosecha de juncales,
agarrados
de las manos
alerta
de vendavales.
Que
cuando estemos todos juntos,
nuestro
canto y los ajenos
con
e! alma y corazón
al
unísono cantemos.
Blanca
Cortés
Mujer
De
virtudes coronada
ha
nacido la mujer
Y
en ella podemos ver
de
Dios su inmenso poder.
El
Creador ha formado
radiante
y emocionado
dotándola
de hermosura
amor,
piedad y ternura.
Es
un Ser que resplandece
como
el sol de la mañana
Y
su bondad la enaltece
haciéndola
soberana.
Con
alegría y candor
es
blanca estrella de amor
cual
rayo resplandeciente
es
la luz de aurora naciente.
Su
ternura maternal
irradia
amor celestial
arrullando
al hijo amado
que
el Señor le ha enviado.
Madre,
esposa o hermana
fulgores
su pecho mana,
trabajando
con ardor
mitiga
pena y dolor.
Que
Dios bendiga sus pasos
y
la libre de fracasos,
porque
su amor en el mundo
es
verdadero y profundo
William
Guillén Padilla. Hualgayoc
Los
Escritos del Oidor
Sara
—Sara
es mi corazón andante: faro,
montaña,
estrella, camino. Sara es mi
alma
en paz conmigo. Sara es Sara:
amanecer,
puente, puerta. Eso ni el
comienzo
es, pues Sara es Sara: mi
hija
pequeñita que rompe en llanto
sobre
mis brazos cuando le digo que
su
papá falleció en la guerra... ¡Oh,
padre,
deme una penitencia para ser
perdonada
por semejante mentira!
—¿Tienes
algo más que decir en
esta
confesión, hija mía?
—Sí,
padre, realmente por lo que vine: Sara es... hija
suya.
El
confesor mira sin asombro a Patricia, quien presurosa
se
incorpora y atraviesa el templo para alcanzar la calle
donde
la espera Sara.
“Esto
será un secreto más para sufrir”, piensa el viejo
cura,
buscando en su prodigiosa memoria los detalles de su
primer
cumpleaños en su nueva parroquia: los ocho
botellones
de vino añejo, la alegría de su corazón y la única
vez
que incumplió sus votos de castidad. Inmediatamente
imagina
la carta que escribirá a su obispo, explicando el por
qué
de su renuncia.
Patricia,
por su parte, abraza a Sara, suspira y siente un
gran
alivio: el Día de los Inocentes ha tenido un buen
comienzo.
Isabel
Barrantes Zurita
Patria,
Minerva Y María Teresa
Mariposas
infinitamente azules
resurgen
en el laberinto de la violencia
en
el país donde el opresor
rumiaba
la sonrisa de los niños, madres
de
los hombres de República Dominicana.
Ardieron
sus alas en mil semillas de sol
en
el fuego volvieron a volar
por
los continentes del mundo;
nacer
una vez más el 25 de noviembre
recuperando
la mata de la risa
en
labios de la mujer herida
quien
abre los brazos para decir
¡Presente!
a su propio corazón
enjaulado
en el precipicio
de
la subordinación y el mal trato
Vuelan
las mariposas en níveos barquitos
en
mar turbulento y oleoso
bajan
a la arena y escriben sus nombres
entre
la luz ya yéndose en el ocaso
pero
están allí con las gaviotas
resbalando
el destino a su manera
para
desatar sus alas de la crisálida
y
extenderlas bellamente por el mundo.
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